La nueva receta de las aseguradoras para compensar la caída estructural de los beneficios

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En los últimos años, se han vertido ríos de tinta sobre los desafíos que afronta la industria de gestión de activos. Sin embargo, se ha hablado mucho menos de los retos que afronta el negocio asegurador. Para pulsar las inquietudes del sector, BlackRock realiza todos los años una encuesta anual a 300 altos directivos de aseguradoras de todo el mundo; los resultados de la sexta edición de esta encuesta reflejan un mayor interés por rentabilizar sus carteras de inversión.

En concreto, el sondeo ha recogido que dos tercios de las empresas del sector coinciden en que replantearse la cartera de inversiones será determinante para mantener o mejorar los beneficios futuros de su negocio, ante la caída de los beneficios. Más del 41% de encuestados señalaron adicionalmente que la presión para elevar la contribución de las inversiones a los beneficios totales del negocio está aumentando.

Esto no significa que las aseguradoras no hayan dedicado tiempo y esfuerzos en los últimos años a captar beneficios de una forma más eficiente; un 44% de los encuestados señaló que los beneficios empresariales no habían experimentado cambios en el último lustro a pesar de las dificultades para el sector vistas en este periodo, incluyendo los tipos persistentemente bajos y la presión regulatoria.

Para conseguir estos resultados, la mayor parte de las aseguradoras ha centrado sus esfuerzos principalmente en realizar cambios en sus operaciones y en la suscripción de riesgos. Sin embargo, dos tercios de la muestra (66%) cree que replantearse su cartera de inversiones será esencial para mejorar los beneficios futuros. “Estamos ante un cambio de gran magnitud: históricamente, solo el 28% de los encuestados consideraba la generación de mayores rentabilidades con las inversiones como una prioridad”, afirman desde BlackRock.

El estudio también pregunta cómo se podrían maximizar esos retornos sobre las inversiones. El 84% de encuestados respondió que sería vital para realzar la rentabilidad la entrada en mercados no cotizados o activos alternativos, mientras que el 70% aprecia un “margen importante” para mejorar la gestión del riesgo de cartera y la eficiencia del capital.

“Después de que la predisposición al riesgo de inversión haya aumentado durante el último año, las aseguradoras están tratando ahora de optimizar el riesgo y se están alejando de las clases de activos tradicionales para generar rentabilidades”, comenta Patrick M. Liedtke, responsable del negocio de gestión de activos para aseguradoras de BlackRock en Europa,

Tareas pendientes

Ahora que las aseguradoras tratan de mejorar la rentabilidad de sus inversiones, la conciencia sobre la amplia panoplia de riesgos que les podrían afectar se ha incrementado. Así, un 71% de los encuestados apuntaron al riesgo geopolítico como uno de los riesgos macro más serios a los que se enfrenta el sector, frente al 51% que respondió en este sentido en 2016. Otro 64% de encuestados citó al riesgo regulatorio como uno de los mayores retos del sector, frente al 46% que lo hizo en 2016 y el 40% en 2014. Adicionalmente, más del 40% de los encuestados declaró que el entorno regulatorio actual limita las opciones de inversión a disposición de su empresa para mejorar las rentabilidades e impulsar los beneficios totales.

También se ha incrementado la percepción sobre los riesgos de mercado, hasta el punto de que los tres más citados han superado por primera vez el 70% desde que se elabora el estudio: un 74% se refirió al riesgo de liquidez y a la volatilidad de los precios como los principales riesgos en los próximos 12 a 24 meses, mientras que un 72% mostró su preocupación por un aumento acusado de los tipos de interés.

En contraste, el 79% de las aseguradoras indicó que están tranquilas con su perfil de riesgo actual, frente al 46% en 2016. El porcentaje de aseguradoras que pretende incrementar el riesgo se ha reducido hasta apenas el 9%, frente al 47% en 2016. La paradoja detectada por el estudio es que, pese a esta disposición a no alterar los perfiles de riesgo, alrededor del 40% de los encuestados pretenden elevar su exposición a activos no cotizados en los próximos 12 a 24 meses, frente a tan solo el 16% en 2016. Los activos favoritos han sido el inmobiliario comercial (34%), las infraestructuras (33%) y el capital riesgo (33%).  

De hecho, los cambios en la asignación de activos ya se notan. Según un 57% de los encuestados, la medida más eficaz que tomaron para elevar los beneficios fue aumentar la exposición a activos no cotizados o alternativos. Otros factores que han contribuido son el aumento de la exposición a renta variable (35%) y de la duración de las carteras de renta fija (26%).

En cambio, la disposición a incrementar la asignación a renta fija ha caído radicalmente: un 9% de los encuestados pretende elevar la exposición a deuda pública (47% en 2016), frente al 31% que quiere reducirla (3% el año pasado). En la misma línea, sólo un 16% de los encuestados quiere incrementar su exposición a deuda high yield (29% en 2016), mientras que el 33% reducirá su exposición. El interés por los bonos municipales también ha descendido en picado: si el 42% de inversores querían incrementar su exposición en 2016, este año son sólo el 9% del conjunto.  

Para concluir con el estudio, un 70% de los encuestados consideran que existe un margen considerable para mejorar el perfil de riesgo de las carteras y la gestión de la eficiencia del capital. Un 30% de los encuestados afirmó disponer de más capital en el balance -frente a los volúmenes que marca la legislación- del que tenían hace cinco años, mientras que el 61% aseguró que este nivel no ha cambiado durante los últimos cinco años.

Los encuestados mencionaron la necesidad de gestionar la volatilidad de los activos (55%) y la volatilidad del negocio asegurador (54%) como las razones principales para aumentar o mantener los niveles de capital. Al mismo tiempo, un 51% de participantes defendió la necesidad de tener un volumen elevado de liquidez en el balance precisamente para gestionar dicha volatilidad, y así poder reaccionar ante las subidas de los tipos (40% de respuestas), la volatilidad de su negocio asegurador (40%) y los requisitos normativos (36%). Finalmente, tres cuartas partes de los encuestados creen que su nivel de liquidez es adecuado para sus pasivos actuales y previstos.