“La política de los bancos centrales es combustible de alto octanaje para los activos de riesgo”

Con el poder de la imprenta, los bancos centrales tienen la posibilidad de crear tanta liquidez como deseen. A lo largo de las últimas semanas, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el BCE han prometido dar apoyo ilimitado a sus respectivas economías. En el caso de la autoridad monetaria americana, además de extender la expectativa de tipos al 0% hasta mediados de 2015, ha introducido una nueva ronda de QE3 por la que se compromete a ampliar aún más su balance. Lo verdaderamente significativo es que la Fed extenderá su actuación hasta que la tasa de paro baje significativamente del 8%. “Si en algún momento su políca podría calificarse de ultra-laxa es ahora”.

Así lo cree Robert Spector, gestor de carteras de multiactivas en MFS Investment Management (en la imagen), quien además considera que “los inversores ven esto como combustible de alto octanaje para los activos de riesgo”. La Fed está poniendo implícitamente más el acento en la creación de puestos de trabajo que en la inflación. “Así, no es de extrañar que las valoraciones en el mercado de bonos se hayan incrementado ante las expectativas de inflación para los próximos diez años. Aunque creemos que el riesgo de inflación a corto plazo es muy bajo, es lógico que los inversores quieran construir una cartera que les proteja de la inflación a largo plazo, dada la magnitud de creación de dinero nuevo”, afirma el experto.

Por su parte, el BCE también ha prometido apoyo económico ilimitado. Ha dejado claro que va a comprar deuda de países que, como España o Italia, atraviesan dificultades. No obstante, esto se hará con condiciones. En su opinión, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) responde a las demandas del Tribunal Constitucional alemán y sólo podría ser activado si el gobierno solicita formalmente el rescate, lo que para el país supondría una mayor austeridad y cierta pérdida de soberanía. “Mientras que la acción del BCE puede ayudar a ganar tiempo, la solución a la crisis se encuentra por desgracia en las manos de los políticos”, asegura Spector.

A su juicio, la ironía de la reciente disminución de la rentabilidad de los bonos españoles a raíz del compromiso anunciado por el presidente de la autoridad monetaria europea, Mario Draghi, es que se cortocircuita la urgencia de que España solicite la ayuda, tema recurrente de la crisis. “La realidad es que el país podría necesitar un rescate completo”. Aunque aplicarlo de manera proactiva podría ser óptimo, esto resulta poco probable. En este sentido, tal vez otro episodio de volatilidad del mercado es lo que se necesita para forzar a España a echar mano a la ayuda que le brindan sus socios comunitarios, indica el gestor de carteras de MFS Investment Management.

“A pesar de que los riesgos de cola han retrocedido sensiblemente, la recuperación mundial está lejos de ser normal. La austeridad fiscal está en pleno apogeo, una situación que seguirá frenando el crecimiento económico en Estados Unidos y Europa”. Según sus previsiones, la economía americana apenas crecerá un 2% mientras que Europa continuará en recesión. El crecimiento de los emergentes también tenderá a disminuir. “No obstante, también hay algunos datos que suponen una sorpresa positiva, como por ejemplo la recuperación del mercado inmobiliario estadounidense o los sólidos balances en el sector empresarial”, apunta.