La postura obstinada de Alemania durante la crisis es un riesgo, según Capital International

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El mundo está dividido por áreas de progreso, o así al menos lo establece Capital International, que sitúa en las zonas con un mayor avance a países como China, Estados Unidos o, curiosamente, Portugal, España, Italia e Irlanda -sólo en ciertos aspectos muy concretos, eso sí-. Por el contrario, en las zonas donde no ve un progreso real o, en su defecto, existe un nicho de futuros problemas, se encuentra Alemania -no tanto por sus variables económicas, sino más bien por su postura obstinada durante la crisis- o la UE como institución.

Así, en esa zona más privilegiada, a juicio de la gestora, destacan hechos como que el superávit por cuenta corriente se ha reducido notablemente en China y casi ha sido eliminado en Japón, el tipo de cambio real del yuan ya no está infravalorado gracias al aumento de los costes salariales reales y el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos se ha reducido a la mitad y los balances de sus bancos han mejorado. También los países periféricos de Europa tienen algo positivo que decir, ya que Grecia, Portugal, España, Italia e Irlanda han pasado de tener grandes déficits públicos a pequeños superávits.

Además, la deuda de los hogares norteamericanos ha disminuido 21 puntos y se ha producido un importante ajuste a la baja en los salarios reales en Irlanda, España y Portugal.

No obstante, para Capital International aún quedan focos de conflicto y desequilibrio a largo plazo que los inversores deberán tener en cuenta a la hora de colocar su dinero, como son resolver el problema de la deuda privada en España y Portugal o reformar el mercado laboral italiano y liberalizar algunos de sus sectores (abogados o conductores de taxi, entre otros) y también el francés. Sin embargo, los mayores problemas podrían surgir, según la gestora, por la obstinación de Alemania a reconocer que los acreedores deben soportar una parte del ajuste en el “clásico equilibrio” de los pagos de la crisis, por una adicional condonación de la deuda griega o por la necesidad de que la UE retoque con un nuevo marco sus instituciones.

Mientras tanto, Capital International señala los bonos corporativos emergentes, entre otros, como una de las principales apuestas de inversión a tomar en cuenta. La gestora apunta en ellos beneficios como altas rentabilidades (más que los bonos soberanos), una gran mayoría de bonos investment grade o una buena diversificación de mercado. Pero también recuerda sus riesgos: el gobierno corporativo de sus empresas puede ser débil, el acceso a datos financieros en ocasiones es limitado y la liquidez es irregular en muchos casos ya que el tamaño de la emisión es pequeño.

Oportunidades en los emergentes

En este sentido, Capital International quiere empujar su fondo de mercados emergentes, el Emerging Markets Total Opportunities, que invierte en renta variable, divisas locales y bonos denominados en dólares, deuda corporativa, convertibles y efectivo.

El fondo logró el pasado año una rentabilidad del 16,4%, mientras que su índice de referencia, el Emerging Markets Equity Index, alcanzó el 18,7%.