La razón por la que las gestoras internacionales están seguras de que el BCE anunciará más estímulos

Draghi
European Central Bank, Flickr, Creative Commons

La divergencia entre políticas monetarias de bancos centrales desarrollados no puede ser más evidente: en EE.UU. por fin se ha empezado a hablar del regreso de la inflación (leer más). En cambio, se puede afirmar que la inflación en la zona euro – 0,4% en septiembre- ni está, ni se la espera n 2016. 

Desde UBS AM, el equipo gestor del UBS (Lux) Bond Global Inflation-linked (calificado como Consistentes) resume así la situación: “La expectativas del mercado sobre la inflación continúan por debajo del objetivo del BCE, reflejando la incertidumbre sobre la capacidad del BCE de cumplir con los objetivos en el futuro. Los indicadores de las expectativas basados en encuestas (por ejemplo: the Survey of Professional Forecasters) son mayores que las provenientes del mercado, pero aun así por debajo del objetivo del BCE”.

La previsión que maneja Tristan Perrier, del equipo de estrategia de Amundi, es que la tasa de inflación cierre en el 0,3% este año y suba al 1,3%. “En la zona euro, la economía está todavía muy por debajo de su potencial y todavía estamos en la parte plana de la curva de Phillips, en donde la mejoría del desempleo genera poca presión inflacionaria (aunque esto podría empezar a cambiar a finales de 2017 y habrá bolsillos de mayor presión salarial, notablemente en Alemania)”, detalla Perrier. 

La previsión del 1,3% para 2017 se explica por el efecto base de la subida del precio del petróleo, “por lo que la inflación general todavía se acelerará brevemente desde niveles bajos, pero esto no durará”, prevé el experto. Adicionalmente, espera que la inflación subyacente “subirá muy gradualmente y seguirá muy por debajo del objetivo del 2% del BCE”.  

“Esperamos en Europa los mismos ajustes técnicos que en otras regiones, debido en gran parte al repunte en los precios del petróleo y otras commodities”, corrobora desde Schroders Thomas Sartain, gestor del Schroder ISF Global Inflation Linked Bond (calificado como Blockbuster). En su caso, calcula que la inflación general podría recuperarse hasta alcanzar el 1,2%, “un nivel significativamente elevado en comparación con la tasa actual”. Aun así, puntualiza, “las presiones inflacionarias van a seguir todavía hundidas y por debajo del objetivo del BCE en el medio plazo. Por esta razón, creemos que el BCE claramente anunciará más estímulos”.

Consenso: habrá más estímulos

Esa es la lectura principal que extraen las fuentes consultadas para este artículo: el BCE tendrá que tirar de creatividad para seguir estimulando a la economía de la eurozona. Jonathan Baltora, gestor del AXA WF Global Inflation Bond (con sello Blockbuster) afirma que la visión de AXA IM es que el BCE (y el Banco de Japón) tendrán que anunciar nuevos estímulos, pero afirma que “también es interesante la forma en que los bancos centrales implementarán la política monetaria en el futuro”. En este sentido, considera que la última gran medida del banco nipón – de compras mensuales de activos a control de la curva de tipos- “es interesante”. “En algún momento, el BCE puede empezar a considerar políticas similares, pero no completamente idénticas, para afrontar la escasez de activos elegibles. Esto es potencialmente significativo, pues puede poner en juego la credibilidad y el compromiso de los bancos centrales”.

La proporción de las compras de bonos (actualmente son 80.000 millones al mes) del BCE es sin duda el quid de la cuestión. El experto de Amundi anticipa una extensión del programa PSPP (como se conoce formalmente al QE del BCE) más allá de su fecha límite actual, en marzo de 2017. “Sin embargo, admitimos que la cantidad de adquisiciones mensuales podría reducirse más adelante, en 2018 si todo va bien: el precio del petróleo se estabiliza o sube, cae el desempleo y suben crecimiento e inflación”, sentencia Perrier.

En cambio, el gestor de Schroders se muestra más escéptico: “Creemos que lo más probable es que extienda la duración del QE, aunque el debate está en si podrá mantenerlo con las condiciones actuales: matemáticamente, es imposible poder comprar todos los bonos”. Thomas Sartain también coincide en que la nueva política del BoJ también podría ser “el modelo a seguir por el BCE”. “En resumen, pensamos que el BCE cambiará la naturaleza de su programa, pero que continuará con una política monetaria acomodaticia. Es muy prematuro hablar de tapering en estos momentos”, expone el experto a modo de conclusión.