La realidad de las clases limpias españolas: todos los datos de un negocio en pleno crecimiento

agua limpia
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Una de las consecuencias más claras de MiFID II es la irrupción de las clases limpias en las gestoras españolas. A cierre de 2018 la cuota de este tipo de clases que no retribuyen al comercializador (retrocesión) por el tipo de servicio al que se destinan se acercaba al 20% del patrimonio en fondos españoles, con un volumen superior a los 45.000 millones de euros, cuando dos años atrás este peso no alcanzaba el 5% del patrimonio. 

En apenas 24 meses se ha producido un cambio muy notable en el sector en el que casi dos de cada 10 euros invertidos en fondos españoles se canaliza a través de fondos libres de retrocesiones, utilizados, principalmente, en un servicio de gestión discrecional de carteras o en un servicio de asesoramiento independiente. Solo en 2018, las clases limpias recibieron flujos netos superiores a los 14.400 millones, frente a los 8.850 millones de captaciones de la industria en su conjunto, tal y como se analizó en la revista de julio y agosto de Funds People.

Este cambio supone un antes y un después para el sector nacional de la gestión que, poco a poco, cambia de un modelo de comercialización basado en ceder una parte de la comisión de gestión al distribuidor del producto a otro en el que las entidades apuestan por el pago explícito y donde el factor fundamental está en el servicio.

El porcentaje medio de retrocesión en los fondos de gestoras españolas cayó durante el año pasado del 59% hasta el 54%, según datos de las últimas estadísticas trimestrales de IIC de la CNMV. El principal efecto del cambio de modelo para las gestoras es que sus ingresos por comisiones son inferiores al reducirse las comisiones de gestión, pero al tiempo ceden una menor parte al distribuidor.

El impulso de la banca

La banca está siendo el principal impulsor de este cambio, siendo CaixaBank AM una de las que ha realizado una apuesta determinante por estas clases en las que atesoran más de 20.000 millones, un 44% de su volumen total de sus fondos. La diferencia frente al resto de entidades en términos absolutos es notable pues no hay ninguna que supere los 10.000 millones, siendo Kutxabank Gestión e Ibercaja Gestión las que más se acercan con casi 7.700 y 4.450 millones en cada caso.

Otros cinco grupos (BBVA AM, Sabadell AM, Santander AM, Santalucía AM y Bankinter Gestión de Activos) superan los 1.000 millones. En total, 15 firmas españolas ya tienen más de 100 millones en fondos con clases limpias. Por cuota sobre el patrimonio total de la gestora, aunque CaixaBank AM sea la que más volumen tenga en clases limpias, firmas como Kutxabank Gestión o Santalucía AM concentran más parte de su patrimonio en estas clases, un 59% y un 85%, respectivamente.

Únicamente se han tenido en cuenta para este análisis aquellas firmas que han lanzado clases específicas para los servicios que las requieren, pero la cifra total en clases sin retrocesión podría incrementarse si se tienen en cuenta otras gestoras, como Azvalor, Bestinver, Cartesio, Cobas o Magallanes, entre otras, que han manifestado en reiteradas ocasiones que no ceden parte de sus ingresos al distribuidor.

En este sentido, es importante destacar que, en otras firmas en las que la gestión de carteras también ha ido ganando fuerza en los últimos meses, el subyacente utilizado no son fondos propios. Según datos del barómetro anual de Funds People, solo en banca privada habría cerca de 50.000 millones en gestión discrecional, situando Inverco el total en este servicio en cerca de los 70.000 millones.

Internacionales

Además, según cálculos de Funds People, en España habría otros 110.000 millones en clases sin retrocesiones (clases limpias más clases institucionales) de la mano de fondos internacionales, elevando el patrimonio total en el mercado local que no retribuye al comercializador a casi 150.000 millones de los cerca de 500.000 millones que hay en fondos. Es decir, uno de cada tres euros invertidos en fondos en España está en clase de estas características.

Una proporción que, de mantenerse el avance de los servicios relacionados con estas clases, como son la gestión discrecional y el asesoramiento independiente, podría seguir incrementándose en los próximos meses.