La reforma fiscal de Japón soltará la liebre para los inversores extranjeros ávidos de mandatos

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Iota_fr, Flickr, Creative Commons

Una de las tres flechas de las políticas puestas en marcha en Japón por Shinzo Abe y su gabinete toca a las reformas estructurales para dinamizar la economía nipona. Dentro de este paquete de medidas, Cerulli ha elaborado en colaboración con el Instituto de Investigación de Nomura un informe que evalúa el impacto de las nuevas cuentas ahorro exentas de impuestos. Las conclusiones son colosales: estiman que, con esta medida, Japón atraerá depósitos por valor de 6 billones de yenes (61.000 millones de dólares) al año durante los próximos cinco años. 

El documento creado por ambas identidades aporta interesantes datos para los desconocedores de la idiosincrasia del país del Sol Naciente. En primer lugar, que los mayores inversores institucionales del país son los planes de pensiones, con un volumen de activos de 277 billones de yenes (datos a 31 de marzo de 2013). En segundo lugar, los activos de las instituciones financieras del país, equivalentes a 823 billones de yenes (también a marzo de 2013), proceden principalmente de deuda soberana nipona. En este contexto, parte de los cambios fiscales que pretende implementar el Ejecutivo van encaminados a fomentar la inversión y diversificarla hacia nuevos productos y a nuevas oportunidades a través de la subcontratación de profesionales de la inversión. 

¿Qué implicaciones puede tener para la industria de fondos? Cerulli hace distinciones entre gestores extranjeros y locales. De los primeros advierte que sólo serán bien recibidos los que tengan un conocimiento superior sobre el proceso que se sigue para hacer negocios en el país y su idiosincrasia, y que además sean capaces de ofrecer a sus clientes unos servicios de calidad superior. De los locales, destacan que ahora están inmersos en la externalización de funciones de back-office para recortar costes, lo que da una oportunidad a los inversores de otros países que estén para ganar nueva cuota de negocio por esta vía. 

La última derivada de la reforma fiscal nipona tiene que ver con el efecto que tendrá sobre el sistema público de pensiones. La principal conclusión al respecto es que se incrementará la demanda de productos de alfa elevado y los de inversiones alternativas. 

Se abre la veda para los mandatos

“Los innumerables cambios macro y micro apoyan un movimiento de los inversores institucionales japoneses para premiar con mandatos a los gestores foráneos”, explican desde Cerulli. Aportan el siguiente dato: los fondos gestionados por un equipo distinto al de la gestora creadora supusieron el 65% del patrimonio de los fondos de inversión a 30 de junio de 2013, frente al 61% que aportaron en 2008. 

Estos acuerdos de subrogación de la gestión, continúan desde la entidad, se pueden materializar de dos maneras: bien a través de un mandato discrecional (12,4 billones de yenes o 126.500 millones de dólares a 30 de junio de 2013) o bien  a través de un breve fondo de fondos (15 billones de yenes). Aparte, los acuerdos híbridos aportan otros 12,1 billones de yenes al patrimonio. Este mercado “ofrece amplias oportunidades para los gestores extranjeros, particularmente en áreas como divisas o REITS de otros países en donde los fondos supervisados por equipos diferentes a la gestora matriz suponen más del 90% de los activos bajo gestión”, señala el informe.  

“La diversificación gradual de las carteras de los bancos nipones, desde la deuda soberana japonesa a ‘papel’ de otras naciones, y los cambios sobre la gobernanza de los planes de pensiones ofrecen grandes oportunidades a los gestores extranjeros”, afirma Yoon Ng, el director de investigación en Asia de Cerulli Associates. Éste ha añadido que “el interés más fuerte por productos asesorados vendrá de clases de activos como renta fija extranjera y divisa extranjera, seguida por mercados emergentes”. 

Por su parte, el investigador senior del Instituto de Investigación de Nomura, Sadayuki Horie, considera que “los gestores extranjeros que quieren irrumpir en el mercado japonés como gestores de versiones de fondos deberían enfocar sus ventas a las compañías de fondos de mayor tamaño y a planes de pensiones”. Horie hace notar que “los planes de pensiones han empezado a incrementar su uso de gestores extranjeros, incluso con los que no tienen presencia física. Es crucial para los gestores foráneos asegurarse de que estas instituciones son conscientes de sobre qué descansa su experiencia al estar atentos a los gestores con rasgos distintivos de todo el mundo”.