"La renta variable europea parece cara y sobrecomprada y la fortaleza del euro puede repercutir en los beneficios empresariales"

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Foto cedida

Moderadamente partidarios del riesgo, con preferencia por Japón y los países emergentes y viendo mejor comportamiento en la renta variable frente a la fija, donde encuentran poco valor. Así puede resumirse la postura de los expertos de Pictet AM, el estratega jefe Olivier Ginguené y el director de estrategia Luca Paolini (en la imagen), que plasman en la última actualización trimestral de la firma.

Sus primeras palabras de este análisis de perspectivas están dedicadas a Estados Unidos. Consideran que la decisión de la Reserva Federal de retrasar la retirada de estímulos “ha eliminado uno de los mayores riesgos que afrontaban los mercados de renta variable”. Ginguené y Paolini se hacen eco del pronóstico del consenso de que el desmantelamiento del QE3 podría empezar en marzo de 2014. “Entretanto, seguiremos muy atentos al desempleo, mercado de la vivienda y crecimiento del crédito y política fiscal en EE.UU, que podrían hacer que la Reserva Federal se desvíe del calendario”, puntualizan.

Por otra parte, también se muestran positivos con la “aceptable” temporada de resultados de las empresas estadounidenses pese a la debilidad del crecimiento nominal del PIB, y consideran que, una vez alcanzado in extremis un pacto sobre el techo de la deuda, “la próxima ronda de negociaciones puede ser menos traumática, con mayor margen de solución negociada entre demócratas y republicanos”.

Los datos que manejan ambos estrategas sobre el ciclo económico señalan a una sólida recuperación en Estados Unidos, con perspectivas de que el país registre un crecimiento anualizado del 3,1% en el primer trimestre fiscal de 2014, “impulsado por creciente inversión y desaparición del lastre fiscal”. Ginguené y Paolini no se olvidan no obstante de recordar que las subidas de tipos han tenido efecto directo sobre el mercado inmobiliario, al subir los tipos de interés de las hipotecas.

Elevando exposición a Asia- Pacífico

En la cartera regional de Pictet se mantiene la preferencia por emergentes y Japón. En particular, Ginguené y Paolini detectan la mayor mejoría en los parqués de países en vías de desarrollo, reforzada por indicadores adelantados positivos, la caída de la volatilidad y el retorno de la confianza. Ambos estrategas observan que, de media, los mercados emergentes están cotizando a un PER de 10,7 veces a 12 meses vista, lo que supone un 22% de descuento frente a la media mundial.

Además, piensan que gracias el retraso en la retirada de estímulos, estas bolsas “pueden pasar por un período de rentabilidad superior”. Por otra parte también consideran un apoyo adicional la recuperación de las entradas de dinero en fondos de mercados emergentes. En base a todos estos datos, junto con la perspectiva de crecimiento en China y los datos económicos más positivos en Australia, los expertos han optado por elevar a neutral la posición en Pacífico sin Japón.

En cuanto a la exposición a Japón, aunque Ginguené y Paolini aseguran que “la renta variable de Japón no está barata”, sí consideran importantes puntos de apoyo “la debilidad del yen, la política de reflación de activos de su banco central y la sensibilidad superior a la media al ciclo económico mundial de las empresas japonesas”. En este contexto, observan que el aumento previsto de inversiones en bienes de capital, junto con los últimos datos de producción industrial y las ventas al por menor, “apuntan a una reactivación antes de fin de año”. Adicionalmente, estiman que “la caída de las rentabilidades reales de los bonos hasta territorio negativo, por primera vez desde 2008, debe fomentar el endeudamiento”.

Posicionamiento en bolsa

La visión de los estrategas respecto a las bolsas de las principales regiones desarrolladas es relativa. Así, aunque estimen que “la renta variable europea parece cara y sobrecomprada y la fortaleza del euro puede repercutir en los beneficios empresariales”, prefieren mantener una posición neutral, apoyándose en la mezcla de una menor aversión al riesgo más la aceleración económica. Eso sí, sin descartar una reducción de exposición en el caso de que se prolonguen las subidas.

Más firmes se muestran con respecto a la renta variable estadounidense, donde han aumentado su infraponderación al considerar que “los indicadores adelantados han sido más débiles que en otras regiones, el ímpetu relativo de beneficios, flojo, y las valoraciones no son atractivas, pues los márgenes de beneficio están cerca de niveles insosteniblemente elevados”.  

No obstante, al tomar la renta variable mundial en su conjunto los dos expertos consideran que “parece valorada razonablemente en precio-beneficios y precio-valor contable, pero atractiva frente a la renta fija”, debido a que “la caída de la rentabilidad de los bonos ha contrarrestado una rebaja de previsiones de beneficios empresariales”. Ginguené y Paolini afirman que el crecimiento de beneficios mundial puede acelerarse más del 10% el año que viene, un 11% en el caso estadounidense y un 13% en Europa.

Esto les lleva a afirmar, como ya habían hecho en informes anteriores, que “la renta variable debe comportarse mejor que la fija los próximos tres meses”. Las bolsas cuentan con el respaldo de liquidez de los bancos centrales, los datos sobre oferta monetaria en Estados Unidos “son tranquilizadores, en un momento en el que el crecimiento de préstamos bancarios están desacelerándose”, y las inquietudes sobre un posible endurecimiento de la política monetaria china “parecen exageradas”.

Sin embargo, llaman a la cautela pues sus indicadores de sentimiento reflejan altos niveles de optimismo “que no se refleja plenamente en las asignaciones a renta variable y las entradas en fondos de acciones no se encuentran en niveles extremos”. En lo que se refiere a los bancos centrales, creen que el BCE “seguramente anuncie un nuevo programa de préstamos bancarios para contrarrestar el efecto negativo de su revisión de la calidad de activos de los bancos”.

En concordancia con todos estos datos, los responsables de Pictet han intensificado el sesgo cíclico dentro de su distribución sectoral. Sobreponderan tácticamente materiales, industriales y tecnología. Asimismo, siguen al alza en el segmento de energía – “no es probable que el precio del petróleo siga cayendo”, apostillan- y con exposición baja en finanzas y telecomunicaciones, por su sensibilidad a los tipos de interés. Por otra parte, consideran que el consumo discrecional “parece caro” y,  paralelamente, han empezado a infraponderar ligeramente el consumo básico.

Poco valor en renta fija

El mayor pesimismo está localizado en el segmento de renta fija: “No vemos valor significativo en bonos”, constatan los estrategas. Además, esperan subidas en la rentabilidad de los bonos como consecuencia de las perspectivas de mayor inflación, junto con el reciente rally. “El aumento de la correlación entre clases de activos en renta fija es un incentivo para mantener una posición neutral”, explican. Debido a esta correlación, han optado por no tomar posiciones activas en renta fija.

En lo que respecta a los treasuries, Ginguené y Paolini observan que los futuros sobre fondos federales en Estados Unidos para diciembre de 2015 “descuentan tipos de interés a dos años al 0,6%”, mientras que el consenso sobre la primera subida de tipos desde 2008 se ha desplazado hasta junio de 2015, “lo que indica que el mercado puede haber reaccionado en exceso a los comentarios conciliadores de la Reserva Federal y deja los bonos especialmente vulnerables a una aceleración del crecimiento los próximos meses”. El posicionamiento en la cartera de Pictet han considerado un aplanamiento de la curva de tipos de interés: “Esperamos que las maduraciones más cortas sean más sensibles a sorpresas positivas de datos económicos”.

En territorio europeo, desde la firma ven la deuda soberana italiana a la baja, como consecuencia de que el país no haya implementado suficientes reformas estructurales. “Además, no se ha resuelto el nocivo nexo entre solvencia soberana y balances bancarios”.
Finalmente, la postura en deuda corporativa sigue siendo prudente. “El entorno de bajo crecimiento y baja inflación presta soporte, pero las valoraciones parecen tensas, tanto en deuda empresarial grado de inversión y de alta rentabilidad europea”, afirman.