Aparte de los acontecimientos actuales y de las posiciones tácticas a corto plazo (considerando este periodo de tres a seis meses), la gestora DWS mantiene las claves de su enfoque estratégico a largo plazo, que pueden resumirse en los siguientes puntos:
1. Las tendencias relacionadas con la infraestructura, la agricultura y el cambio climático permanecen intactas.
2. El mundo deberá vivir con bajos tipos de interés durante mucho tiempo. Una tendencia que lastra a los mercados de renta fija, mientras las bolsas, anticipando periodos de crecimiento económico débil, seguirán sin definir su tendencia. De ahí que en DWS consideren que las carteras necesitan una alta rotación.
3. Los mercados emergentes continuarán siendo en un motor sustancial de la economía mundial, e incluso ampliarán su contribución, por lo que DWS da a las empresas de países en desarrollo un importante peso en sus carteras.
4. El crecimiento potencial de las economías consagradas se moderará.
5. En los próximos años, el problema del exceso de capacidad siempre estará presente.
6. Las materias primas pertenecen a todas y cada una de las carteras.
7. Además, la gestora apuesta por las firmas exportadoras europeas, pues, como efecto secundario ante la crisis griega, el debilitamiento del euro favorece la exportación de bienes.