Sebastián Albella revela en la entrega de premios de Morningstar cuáles son los planes que el organismo que preside está acometiendo o tiene previsto realizar a corto-medio plazo.
Sebastián Albella se muestra convencido de que la industria de gestión de activos goza de muy buena salud en España. El presidente de la CNMV apoya su optimismo en el crecimiento patrimonial experimentado por el sector en 2016 (hasta los 395.000 millones a cierre de enero), así como en el importante aumento del número de partícipes (ya hay más de 10,6 millones, récord histórico), datos que califica de “impresionantes” y que marcan una tendencia muy positiva que –a su juicio- “no tiene visos de cambiar”, al ser una industria a la que los inversores seguirán acudiendo en un contexto de tipos de interés ultra reducidos en los que buscan productos que les ofrezcan rentabilidad con un nivel controlado de riesgo. “El desafío para el sector es ofrecerles el producto adecuado teniendo en cuenta el perfil del cliente y manteniendo la buena gestión y seguridad de las instituciones, todo ello en un contexto de creciente competencia”.
Así lo afirmó Albella en la presentación de los premios Morningstar 2017, evento que el presidente de la CNMV aprovechó para desvelar cuáles son las principales actuaciones que el organismo regulador está acometiendo o tiene previsto acometer en 2017. En total, el plan de actuaciones previsto para este año se puede resumir en cuatro puntos:
1. Revisión del cumplimiento de los requisitos de gobierno corporativo de las sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva, requisitos que -según Albella- contribuyen a que la gestión sea correcta y a que, además, sea percibida como tal. En este sentido, en la CNMV van a prestar atención al habitual seguimiento de las normas de separación entre gestoras y depositarios previstas en el nivel II de UCITS V.
2. Revisar los procedimientos de estrés establecidos por las gestoras ante posibles movimientos de los tipos de interés. “Lo haremos en coherencia con el actual entorno de tipos de interés y la previsible evolución de la política monetaria”, explica Albella. Esta actuación la planean complementar con un análisis de las características de los reembolsos realizados en los fondos de inversión españoles en periodos de dificultades en los mercados financieros. “Se trata de identificar patrones de comportamiento de los inversores en fases que podrían volver a repetirse en el futuro, así como determinar qué fondos o tipo de fondos están más expuestos a sufrir suspensiones de reembolsos”.
3. La tercera actuación que la CNMV tiene previsto realizar en 2017 alcanza de lleno a las gestoras internacionales. Se trata de hacer una reflexión acerca de posibles mecanismos adicionales a través de la revisión de la Circular II 2011 de la CNMV para enriquecer la información estadística de la que dispone el organismo supervisor con respecto a las instituciones de inversión colectiva extranjeras comercializadas en España. “Las entiades extranjeras cada vez representan una cuota de mercado mayor, generándose una situación de contraste con la información estadística exhaustiva de las que disponemos con respecto a las instituciones de inversión colectiva españolas”, indica.
4. Por último, en la CNMV tienen la intención de hacer un uso más intensivo de su capacidad de publicar guías técnicas que favorezcan la comprensión de la normativa. Albella pone como ejemplos las dos guías técnicas relacionadas con la inversión colectiva publicadas recientemente por el organismo que preside, una relativa al refuerzo de la transparencia de los fondos de inversión con rentabilidad objetivo, y otra sobre operaciones de compra y venta de instrumentos financieros por parte de los fondos y también de las gestoras, algunas de las cuales plantean conflictos de interés. “En unos meses publicaremos una segunda guía que de pautas o criterios orientativos en relación con esas operaciones vinculadas relacionadas con servicios intragrupo”, adelanta.
Según Albella, los contenidos de estos documentos no persiguen poner en evidencia prácticas inadecuadas, sino colaborar para lograr una industria mejor y que así sea percibida por parte de los inversores. “El objetivo final debe ser ofrecer valor final a los clientes. De su logro dependerá el que exista una industria fuerte y sostenible a largo plazo en España”, concluye.