Las cuatro salidas que le quedan a Italia para escapar al entuerto político

Italia
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“La única cosa que ha quedado clara tras las elecciones en Italia es que nada está claro y que la incertidumbre se mantiene. Como el propio Bersani reconoció, Italia está en una situación muy delicada”. Esta es la opinión de los expertos de Nordea, quienes creen que sin una coalición con mayoría en el Congreso y el Senado, la ingobernabilidad es la que ha ganado por ahora. “Dado que formar un gobierno estable se antoja difícil, por no decir imposible, vemos una alta probabilidad de nuevas elecciones en los próximos meses. Nadie puede asegurar que la próxima vez que los votantes acudan a las urnas le vayan a dar una oportunidad a los partidarios de las reformas”.

¿Qué salidas le quedan ahora a Italia para escapar del entuerto político en el que está metida? Según explica la gestora nórdica en un artículo, las opciones son cuatro. La primera: la gran coalición o incluso un gobierno de unidad nacional. “Bersani y Berlusconi podría formar una gran coalición con una mayoría holgada en ambas cámaras. Por supuesto, esto sería una colación entre enemigos declarados. Sin embargo, Berlusconi ya ha indicado que está abierto al diálogo. Si, en contra de todos los pronósticos, esta hipótesis sale adelante podría llevar a Italia a un periodo de estabilidad política que el país tanto necesita. Por el momento, la probabilidad de este escenario es muy baja”.

Segunda opción: un Gobierno en minoría liderado por Bersani. “Esta es, en nuestra opinión, el escenario con mayor probabilidad”, aseguran. La coalición de centro-izquierda ha obtenido la mayoría absoluta en la Cámara Baja y, junto con el partido de Monti, está a 20 votos de la mayoría en el Senado. “Bersani podría tratar de convencer a los senadores de Berlusconi y a los partidarios del Movimiento Cinco Estrellas para que apoyen las políticas promulgadas por el ejecutivo. Tal gobierno probablemente no sobrevivirá mucho tiempo y tampoco sería lo suficientemente fuerte como para poner en marcha las reformas necesarias. Los mercados probablemente no encontrarían divertida esta situación”.

Tercera opción: un gobierno tecnócrata. “El presidente de Italia podría pedir a Mario Monti que forme un nuevo gobierno tecnócrata, sacando el apoyo parlamentario de donde buenamente pueda. La pregunta es si esta opción es creíble después de que Monti haya obtenido solo el 10% de los sufragios. A nuestro entender, la respuesta es no”, afirman. La última opción sería la convocatoria de unas nuevas elecciones dentro de unos meses, algo que podría traer nuevas caras. “Es posible que Bersani se vea obligado a dimitir y dar paso a un nuevo rostro, probablemente Matteo Renzi. Berlusconi podría verse forzado a su vez a dar un paso atrás en favor de Angelino Alfano”, indican.

La visión de Pioneer Investments

Para Cosimo Marasciulo, director de Renta Fija soberana europea en Pioneer Investments, y Andrea Brasili, economista y analista macro en la entidad, el resultado de las elecciones conduce a más incertidumbre. “Esperamos cierta volatilidad adicional hasta que la situación se clarifique, pero no creemos que el nuevo escenario político en Italia pueda provocar turbulencias como las experimentadas durante el peor momento de la crisis del euro en 2011 y 2012: el país ha puesto en marcha medidas para corregir los desequilibrios, el Pacto Fiscal ha sido introducido en la Constitución y el BCE se ha comprometido a intervenir en caso de empeoramiento de la crisis de deuda”, aseguran desde la firma.

En su opinión, el resultado de los comicios indica la necesidad de un cambio de las políticas de austeridad por las de crecimiento, lo que confirma que la tendencia iniciada con las elecciones francesas se propaga por el sur de Europa. “Mantenemos una visión constructiva sobre Italia, con un enfoque de la gestión de la volatilidad a corto plazo y el control de la evolución de la situación política. Creemos que el nuevo gobierno, sea cual sea la solución que se encuentre en su formación, debe continuar en el camino de las reformas estructurales para fomentar el crecimiento económico y para afrontar cuestiones no resueltas, como la ley electoral y la reforma del sistema político”, indican.

En su opinión, la cuestión fundamental que debe abordarse en Italia es el crecimiento. “No estamos pensando en medidas keynesianas que impulsen la demanda, sino en reformas estructurales como la liberalización del sector de servicios, que podría liberar recursos y tener un impacto positivo sobre el PIB a medio y largo plazo. A todo ello hay que añadir la fuerza del país, que emana de una situación fiscal bajo control y del hecho que la mayor parte del ajuste fiscal haya sido realizado ya por el Gobierno anterior. Creemos que este es un punto de partida sólido que el nuevo gobierno debe aprovechar”, señalan los expertos de la gestora transalpina en un informe.