James Kwok, Gestor Global de Renta Fija y Divisas de Amundi
Los mercados de divisas no son eficientes. Muchas transacciones que realizan bancos centrales, empresas o turistas no se realizan para maximizar los beneficios. Esto deja muchas oportunidades de arbitraje con una liquidez elevada y unos reducidos costes operativos.
Para James Kwok, gestor del fondo SGAM Fund Absolute Return Forex, de Amundi, los mercados de divisas ofrecen múltiples oportunidades de arbitraje con una reducida correlación con otros mercados. A pesar de su elevada liquidez, es un mercado poco eficiente. “Las intervenciones de los bancos centrales son un ejemplo. El banco central no busca maximizar su beneficio; lo mismo sucede con las empresas que cubren la divisa en una operación de comercio internacional; igual pasa si se producen compras o ventas masivas de acciones de la bolsa de un país, lo que se traduce en movimientos de su divisa, y las operaciones de cambio de divisa por parte de turistas tampoco tienen un objetivo de inversión. Todo ello deja oportunidades a los fondos especializados en el mercado de divisas”, explica; unos productos que mueven muy poco de los 3 billones de dólares que se negocian al día en los mercados de divisas.
Esto ha convertido a los mercados de divisas en un activo ideal para diseñar productos con un enfoque de rentabilidad absoluta. En el caso del SGAM Fund Absolute Return Forex la idea es combinar tanto estrategias diferentes como distintas divisas. Entre las estrategias más eficientes en este tipo de productos, Kwok destaca las global macro, volatilidad, tendencia y carry trade.
A diferencia de otros mercados, en los que la liquidez en algunos países es reducida, en el de divisas hay un amplio grupo de países con alta liquidez. “Tenemos unas 40 divisas con liquidez e intentamos mantener unas 20 en la cartera del fondo”, explica. Así, se puede tener exposición a países como Colombia, Perú, Filipinas, Malasia o Indonesia a través de su divisa. A la hora de seleccionar las divisas adecuadas en cada momento se combinan modelos fundamentales, técnicos y cuantitativos.
Como todo producto de rentabilidad absoluta, la clave es no perder. “Nunca duplicarás el dinero que tienes, por lo que es importante proteger el capital”. Por eso, se realiza un seguimiento a través del modelo VaR, donde se fija un límite de pérdida máxima de la cartera a nivel global. Una pérdida máxima cuya cuantía se ha ido modulando según las circunstancias del mercado. Así, “en verano de 2008 decidimos reducir el VaR hasta casi el 1% y en 2009 decidimos aumentarlo hasta superar el 4%.
La combinación de estrategias ha sido una protección en los peores momentos de la crisis. “Las perdidas de la estrategia de carry fueron compensadas con el éxito de las operaciones en global macro y estrategias de tendencias”, explica.
En la actualidad, su principal apuesta es la corona sueca. “En lo que va de año el mercado de acciones sueco gana más del 10% mientras el resto de bolsas europeas están en negativo. El conjunto de bolsas de los países bálticos ofrecen en lo que va de año los mejores resultados del mundo. Por un lado, el riesgo de crédito de estos países está reduciéndose y las compañías suecas se están beneficiando del tirón de las exportaciones alemanas como consecuencia de un euro débil. Suecia es uno de los principales productores de la maquinaria utilizada por las empresas alemanas. El aumento de las exportaciones alemanas está tirando de la economía sueca y de su divisa”, explica.