Las dos opciones multiactivo que Lyxor está potenciando en España

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La volatilidad es uno de los aspectos más importantes a la hora de evaluar la rentabilidad conseguida por un fondo de inversión. La mayoría la entiende como una medida de riesgo y es por ello que los inversores valoran especialmente de un producto el hecho de ser capaz de ofrecer una alta rentabilidad con la menor volatilidad posible. Esa búsqueda de rentabilidad ajustada al riesgo es lo que persigue Lyxor con sus fondos de Absolute Return Multi Assets (ARMA), gama de fondos ‘long only’ de la que destaca dos productos registrados en España que acaban de cumplir tres años de vida y con un patrimonio conjunto superior a los 300 millones: el Lyxor Absolute Return Multi Assets (ARMA) y el Lyxor Absolute Return Multi Assets 8 (ARMA 8).

El primero está diseñado para un perfil de cliente que busca preservar el capital y que busca productos predecibles, que no le den sustos. Se trata de un fondo UCITS cuyo objetivo es ofrecer a los inversores una rentabilidad positiva constante, con una volatilidad inferior al 3%. Está dirigido fundamentalmente a clientes institucionales con un perfil conservador. El segundo (ARMA 8) también es un producto UCITS, si bien en su caso está más enfocado a clientes de distribución, como bancas privadas, family offices y algunas redes que crean productos a medida para sus clientes. Su objetivo es ofrecer una rentabilidad Eonia más 6% con una volatilidad inferior al 8%.  

Cédric Baron, gestor de la gama ARMA, ha estado estos días por España presentando ambos fondos. El experto parte de la base de que una alta diversificación de la cartera entre las diferentes clases de activos es la mejor estrategia para conseguir una rentabilidad fuerte y consistente a lo largo del tiempo. Con un matiz. Esto debe hacerse con una exposición equitativa al riesgo. “Si tienes una cartera compuesta al 50% entre renta variable y renta fija, el riesgo no es equilibrado puesto que el ‘equity’ es un activo de mucho mayor riesgo que los bonos”, ejemplifica. “En el caso de nuestros fondos, no apostamos por una clase de activo. La idea inicial es asumir el mismo riesgo en cada uno de ellos”.

Otra de las peculiaridades de su estrategia es que solo invierten en instrumentos líquidos. “Solo invertimos haciendo uso de los futuros de mayor liquidez. Cuando no existen, nos apoyamos en los ETF para construir nuestras posiciones, con un máximo del 10% al ser un producto UCITS”. Los índices bursátiles sobre los que operan son el S&P 500, el EuroStoxx 50, el Nikkei y el MSCI Emerging Markets. En renta fija, únicamente invierten en el futuro del bono a 10 años americano y alemán. En ‘commodities’ utilizan índices diversificados.

El proceso de inversion comienza con una distribucion de activos estratégica (neutral) que utiliza la volatilidad y correlacion de los activos, con el objetivo de tener una cartera diviersificada. Esta cartera estratégica se complementa con una asignación ‘táctica’ de activos, mediante la cual se trata de adaptar la cartera al entorno de mercado imperante en cada momento, aumentando el peso en aquellos activos con mejores perspectivas más favorables según el equipo de gestión de Lyxor.

“Por un lado, hacemos un análisis de tendencias; por el otro, un análisis macro basándonos en el análisis de previsiones económicas y valoraciones de los distintos mercado … Una vez que hemos efectuado ambos análisis, los combinamos ambos y nos formamos una opinión”, explica. El gestor destaca de ambos fondos su gran flexibilidad. “Si la visión sobre un determinado mercado es negativa, podemos reducir la exposición a ese activo al 0%. Podemos mover la cartera muy rápidamente en muy poco tiempo. Por ejemplo, actualmente, nuestra exposición a emergentes es cero”.

Baron revela que, a la hora de reducir posiciones, lo hacen por dos razones: o bien por encontrarlo necesario desde un punto de vista táctico o bien para controlar la volatilidad. En este sentido, la volatilidad anualizada del Lyxor Absolute Return Multi Assets desde su creación es del 2,4%, por debajo incluso del objetivo del 3% fijado. El año pasado, su rentabilidad fue del 3,25%, mientras que la del Lyxor Absolute Return Multi Assets 8 alcanzó el 9,4%. “Lo que verdaderamente diferencia a un fondo del otro es la volatilidad asumida. No existen más diferencias entre ambos”, asegura.

“Tradicionalmente, la correlación entre las acciones y los bonos ha sido negativa. A veces se producen excepciones, como las vividas en los meses de mayo-junio de 2013, cuando el discurso de Ben Bernanke provocó una significativa corrección tanto de los mercados de renta variable como los de renta fija. Es el peor escenario para nuestra estrategia, si bien suelen ser momentos puntuales que no suelen durar en el tiempo. En periodos como estos, la única salida es estar en liquidez. En nuestro caso, supimos reaccionar reduciendo la exposición al riesgo en la parte táctica de la cartera”, afirma el gestor de Lyxor.

No le preocupa el efecto que pueda tener en el fondo una posible subida de la TIR del activo libre de riesgo. “La contribución negativa que podría tener un aumento de la rentabilidad del bono del Tesoro americano a 10 años es muy limitado. En su opinión, la TIR del bono de Estados Unidos debería situarse en torno al 3,4%. En cuanto a la renta variable, Baron cree que la valoración de la Bolsa europea es más atractiva que la de Estados Unidos. “Aunque las noticias que se producen en Europa son menos buenas, el mercado cotiza con descuento frente al americano. Los inversores están volviendo a Europa”.

En cuanto a los mercados emergentes, el gestor reconoce que en el equipo mantienen una visión negativa sobre la evolución del MSCI Emerging Markets. “El 60% del índice está compuesto por compañías asiáticas, que es un mercado muy influenciado por la evolución de la economía china. La ralentización del crecimiento de China y la sensibilidad de los mercados emergentes a las políticas de retirada de estímulo (tapering) en Estados Unidos son factores que nos hacen ser pesimistas”. En lo que respecta al mercado de crédito, el experto se muestra optimista con respecto al mercado de high yield, especialmente el europeo, donde actualmente aprecia más valor. Se muestra negativo en deuda emergente.