En este encuentro del Insights ETF organizado por FundsPeople se analizaron las tendencias en el negocio de ETF, las categorías ganadoras, las perspectivas y hacia qué clase de activos o temáticas se dirigen los flujos, entre otros temas. En esta ocasión, los anfitriones fueron BlackRock y J.P. Morgan AM, y contó también con la participación […]
En este encuentro del Insights ETF organizado por FundsPeople se analizaron las tendencias en el negocio de ETF, las categorías ganadoras, las perspectivas y hacia qué clase de activos o temáticas se dirigen los flujos, entre otros temas. En esta ocasión, los anfitriones fueron BlackRock y J.P. Morgan AM, y contó también con la participación de representantes de Afi Inversiones Globales, Santander Private Banking y Singular Bank.
¿Qué ha pasado desde que estalló la crisis del COVID?
“En el último año y medio en Afi hemos incorporado algo de ETF, sobre todo para la parte core de renta fija corporativa (investment grade de elevada calidad crediticia)”, explica Francisco Lomba, analista de inversiones en Afi Inversiones Globales. Parte de los tres tipos de ETF que diferencia la firma: los clásicos de gestión pasiva, que replican un sector; los de gestión semipasiva, en los que la gestora propone a un proveedor de índices determinadas características y a partir de ahí se crea el ETF; y los de gestión activa, que no replican ningún índice sino que intentan obtener el objetivo de inversión, ya sea una pura temática u otro tipo de inversión. “Y en los últimos meses hemos visto un importante desarrollo en esa parte de ETF semipasivos o de gestión activa”, añade.
Álvaro Galiñanes, responsable de Inversiones en Santander Private Banking, lo que ha detectado es un aumento del apetito de los clientes institucionales por temas no tradicionales. Considera que las bondades que aportan a los inversores los ETF clásicos que replican un índice están más que demostradas, y estos productos se han quedado en estos momentos algo relegados. “Lo que buscan nuestros clientes son estrategias que, por ejemplo, dentro de la tecnología, repliquen subsectores como el de inteligencia artificial, reconocimiento de imágenes o sensores biométricos, compañías más centradas en temas muy concretos”. Explica que esta es “una de las virtudes de los ETF. Permiten hacer un seguimiento específico de una cesta de cosas más pequeñas y no limitarse al universo de mercado”. También advierte que estos instrumentos no están exentos de riesgos: “No porque sea un ETF y un subsector muy concreto se va a escapar a las leyes naturales del mercado”. Al fin y al cabo, detrás hay compañías y hay renta variable.
“Hemos visto un crecimiento elevado sobre todo en la negociación de ETF temáticos: robótica, energías limpias...”, comenta Javier Tejedor, jefe de Oferta Digital de Productos de Trading en Singular Bank, quien para contextualizar esta aseveración explica que el número de operaciones de este tipo que la entidad realizó en 2020 se duplicó respecto a 2019. No obstante, matiza: “Aunque las consultas de nuestros clientes se han centrado mucho en estos ETF de temáticas muy concretas, no vemos que haya bajado el interés por los ETF más tradicionales de renta variable mundial o por áreas geográficas”. En general, explica, la negociación de renta variable ha crecido mucho. Y ha detectado, además, otra tendencia: “Hay cada vez mayor conocimiento del producto por parte del inversor minorista, lo que está ayudando a que el crecimiento sea tan elevado”.
El crecimiento de los activos bajo gestión
Los datos que avalan ese crecimiento los pone sobre la mesa Lorena Martínez-Olivares, responsable de ETF de J.P. Morgan Asset Management para España y Portugal. A finales de agosto, el mercado de ETF UCITS ascendía ya a 1,41 trillones. Desde 2016 a 2020 los activos bajo gestión han aumentado un 87%, según Morningstar. En 2021 ya se ha marcado un récord de flujos, unos 136.000 millones. Por categorías, los ETF pasivos son los que acumulan el mayor volumen, acaparando el 39% del total y con 52.000 millones en entradas. Todo lo relacionado con la ASG también está creciendo a marchas forzadas, acumulan ya el 38% del volumen total y son casi 52.000 millones los que han ido a parar a estas estrategias.
Por tipo de activo, la renta variable sigue siendo el ganador, algo que favorece “un escenario macro con políticas monetarias relajadas y crecimiento positivo”. Añade que, en este ámbito, los ganadores han sido la renta variable global y la americana; y dentro de los temáticos, ha habido entradas positivas en todo lo relacionado con transición energética, conectividad, big data y health care. En septiembre, la tendencia es la misma, “con la particularidad de que se han vuelto a ver flujos positivos en emergentes, algo que se había frenado por todo el ruido procedente de China”.
En renta fija explica que también ha habido entradas positivas, sobre todo en los últimos meses: “Ha sufrido más la renta fija más tradicional, la de investment grade y, sin embargo, ha atraído muchos flujos la renta fija ASG”.
Motores estructurales y coyunturales
Javier García Díaz, responsable de Ventas para BlackRock en España, Portugal y Andorra, hace hincapié en la importancia de la indexación y en la relevancia de reforzar este mensaje ahora, cuando se cumplen 50 años del nacimiento de la gestión indexada con el lanzamiento en 1971 del primer fondo indexado en EE.UU. “Fue un evento muy importante, ha marcado el devenir de la industria de la gestión de activos. Medio siglo después podemos decir que la gestión indexada, tanto ETF como fondos indexados, representan ya un tercio de la industria global de gestión de activos con tasas de crecimiento anualizadas récord”. Y lo que es más importante, “ya ningún inversor pone en duda el beneficio que supone la combinación de gestión activa tradicional con gestión indexada”.
Hace hincapié en que el potencial de crecimiento es todavía enorme. Hay fuerzas estructurales que la impulsan, como el interés de los inversores por combinar gestión activa e indexada; un marco regulatorio que aboga por una mayor transparencia, menores costes y porque no haya conflictos de interés; o el cada vez mayor uso de los ETF como instrumentos financieros, es decir, como alternativa a bonos en directo y derivados. Pero, además de esos motores, explica que “hay una serie de elementos más circunstanciales, como el buen comportamiento de los ETF de renta fija durante la pandemia o el gran interés que han despertado los ETF ASG, dinámicas que están permitiendo que los ETF sigan registrando flujos récord”.
Aporta cifras globales que dan fe de esa buena evolución del negocio de ETF. El año pasado ya fue un año récord en la industria de ETF, con un 15% más de flujos respecto al ejercicio récord anterior (2017). “Y en 2021, a septiembre, la industria ya ha registrado a nivel global casi un billón de dólares, prácticamente el doble de las entradas del año pasado, por lo que sin ninguna duda vamos hacia otro hito”. Destaca tres categorías ganadoras: las estrategias core o aquellas con vocación de núcleo, donde han entrado casi el 40% de los flujos; la renta fija (22% de cuota de mercado en flujos este año); y la inversión sostenible (10%).
Las perspectivas en un mundo posCOVID
Esta es la foto de lo que ha ocurrido hasta ahora en la industria. Y a partir de aquí, ¿qué ocurrirá? Álvaro Galiñanes (Santander Private Banking) cree que el avance es imparable. Y lo es “porque una de las grandes ventajas que tiene el ETF es que permite trocear, permite al inversor hacer un asset allocation más eficiente en función de sus expectativas, mientras que en el caso de un fondo de inversión siempre hay una capa adicional, hay un gestor detrás que toma decisiones”. Considera que por delante queda todavía prácticamente todo el camino por recorrer. “La traspasabilidad de los fondos de inversión es un hándicap para el desarrollo de los ETF pero, aun así, lo cierto es que el uso de estos instrumentos está siendo cada vez mayor y es una tendencia imparable”.
También Javier Tejedor (Singular Bank) califica de imparable el crecimiento esperado. Cita varios motivos. Por un lado, el uso cada vez mayor de los ETF para inversiones a largo plazo por parte de los inversores ya familiarizados con estos instrumentos. Pero es que, además, “el conocimiento del inversor medio ha aumentado mucho en los últimos años. Y, a su vez, ha descubierto la posibilidad de diversificar sus inversiones con una sola operación”. Por otro lado, al inversor muy acostumbrado a la operativa con acciones, el ETF le sirve para aprovechar no solo inversiones o megatendencias a largo plazo, sino oportunidades a medio plazo. “Esto nos permite como banco proponer al cliente ideas en un sector que nuestro equipo de inversiones considere que tiene un elevado potencial de crecimiento o en el que hay una oportunidad por precio en un momento dado”. Explica que también ha percibido en este perfil de inversor acostumbrado a operar en bolsa el uso a corto plazo de ETF inversos y apalancados. “Si combinamos ambas cosas, el uso a corto y medio plazo, vemos que la negociación se está multiplicando y también las posiciones. Y no parece que la tendencia vaya a cambiar. Vemos crecimiento, sobre todo, en los ETF que replican un sector concreto”.
Francisco Lomba (Afi Inversiones Globales) explica que en las carteras más conservadoras y en aquellas infraponderadas en renta variable, de manera oportunista y en pocas ocasiones, “nos aprovechamos de la posibilidad que ofrece el ETF de salir del mercado de manera intradiaria para incluir posiciones en renta variable, sobre todo en entornos en los que podemos aprovecharnos de la volatilidad, de momentos de caídas”. Destaca, además, el uso de los ETF temáticos. “En este ámbito no hay todavía tanta oferta de fondos de gestión activa. Pero sí que vemos que hay industria en la parte de ETF. Hay algunas temáticas nicho que están en el mundo ETF y que, por el momento, no se encuentran en el de la gestión activa, como la de sports”.
A la espera de que cale en el cliente minorista
Pese al crecimiento que ha experimentado la industria de ETF (ya hay unos 9.000 millones de euros a nivel global, cerca de 1.500 millones en Europa, que permiten acceso a todo tipo de activos), Javier García Díaz (BlackRock) cree que el potencial de aumento es todavía importante. “No solo por lo poco que representan frente al mercado subyacente, tanto en renta variable como en renta fija, sino por el tipo de inversor. En Europa, casi el 55% de los inversores que usan ETF en cartera son institucionales. Es decir, aún no ha calado en el mundo minorista. En EE.UU. sí: más de tres cuartas partes de los inversores son retail”.
A su juicio, hay tres palancas de crecimiento: las soluciones que ayudan a construir una cartera de una manera más eficiente (donde se englobarían los productos más tradicionales, con vocación de núcleo), la renta fija y la inversión sostenible. Es en esta última categoría en la que la gestora se está centrando. “De cara a los próximos años la gran mayoría de los flujos van a venir por este lado. Hay varios motivos: la ISR no está reñida con la rentabilidad, cada vez hay más información y de más calidad con la que construir índices de referencia, el acceso a soluciones ASG se está democratizando y el amplio abanico de alternativas que ofrece para construir carteras”.
Lorena Martínez-Olivares (J.P. Morgan AM) también está convencida de que el negocio de ETF va a seguir creciendo a ritmos importantes y también mira hacia EE.UU, donde el mercado está más maduro, “y vemos que ese componente, ese peso más minorista, todavía no ha llegado a Europa, y menos a España, donde la ventaja fiscal de los fondos de inversión pesa mucho. Es cierto que el minorista se empieza a animar, pero sobre todo con ese perfil más de inversor de bolsa”. En la gestora están tan convencidos del potencial de crecimiento que tiene la industria de ETF que se atreven a hacer pronósticos: “Con un volumen actual a nivel global de casi ocho trillones, estimamos un crecimiento para 2025 de hasta los 20 trillones, con lo que supone casi triplicar el número actual”. En su caso, considera que los drivers de ese avance van a ser los ETF de inversión sostenible, los temáticos, los de renta fija y los de gestión activa.
Mercados para tomar exposición vía ETF de renta fija
Los ETF de renta fija están centrando la atención en los últimos tiempos. Entre otras cosas, por su menor desarrollo y, por tanto, su mayor potencial de crecimiento. Hay varios nichos de mercado especialmente interesantes para tomar exposición a través de estos instrumentos.
Javier Tejedor (Singular Bank) ha detectado “un crecimiento de su negociación, sobre todo para tener exposición a renta fija en dólares, que es donde más interés vemos”. Francisco Lomba (Afi Inversiones Globales) explica que mantienen exposición vía ETF de renta fija a deuda pública americana y apuestas puntuales como puede ser actualmente el breakeven de inflación. Álvaro Galiñanes (Santander Private Banking) ve oportunidades en nichos tan concretos como el de bonos municipales de EE.UU. (munis) y en toda la parte ligada a la inflación como una cobertura en un momento determinado.
Actualmente, en el mundo de la renta fija los ETF solo pesan un 25%. Queda mucho que hacer, mucho de lo cual está relacionado con la complejidad de estos productos. Lorena Martínez-Olivares (J.P. Morgan AM) explica que lo que han hecho en la gestora ha sido aprovechar las capacidades y esa gestión activa (ETF de gestión activa) para ir más allá de la gestión tradicional a través de índices mejorados mediante el uso de filtros específicos (de liquidez, riesgos, calidad crediticia). “Por ejemplo, lo hemos hecho en un ETF de renta fija emergente, en el que se ha planteado que no se quiere tener exposición a todo el EMBI, sino que se han establecido unos filtros de liquidez y de riesgo”. Pone otro ejemplo, el de la renta fija corporativa, “donde lo que busco es aprovechar a mis analistas, mis procesos de inversión de gestión activa porque no quiero tener el índice de las 3.000 emisiones, sino solo aquellas que desde un punto de vista fundamental tienen más sentido para poder lograr ese alfa”.
Hoy en día los ETF de renta fija a nivel global suponen ya 1,7 billones de dólares y se espera llegar a los dos billones próximamente. Javier García Díaz (BlackRock) comenta una serie de tendencias que ha identificado la gestora que van a ayudar no solo a llegar a esos dos billones sino a sobrepasarlos. En primer lugar, la modernización del propio mercado de renta fija gracias a un mayor uso de la tecnología, del trading electrónico, y de ETF de renta fija como herramienta para mejorar la fragmentación y la opacidad. En segundo lugar, la aceptación de la indexación como un concepto para gestionar la renta fija: “Lo mismo que se empezaba a ver en renta variable hace 15 años, ya lo estamos observando en la renta fija”. En tercer lugar, la innovación de producto, que está permitiendo el acceso a mercados hasta ahora inaccesibles, como puede ser el mercado local chino de renta fija. Y, por último, la adopción de ETF de renta fija (principalmente en el mundo más institucional) como alternativa a los bonos en directo.