Las tres cuestiones que han llevado el pesimismo a los mercados emergentes

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Los emergentes están en el punto de mira de los inversores, después de que la última encuesta de Bank of America-Merril Lynch haya puesto de manifiesto que la infraponderación hacia estos mercados crece. El director mundial de inversiones del área de Renta Variable de Fidelity Worldwide Investment, Dominic Rossi, ha reconocido en el reciente evento celebrado por la gestora en Madrid que los emergentes deben buscar un nuevo modelo de crecimiento, si bien siguen deparando oportunidades de inversión. La visión que el gestor tiene sobre ellos es muy crítica. Son tres los motivos principales que le empujan a ello.

En primer lugar, el experto prevé que la tendencia estable/al alza del dólar siga tirando a la baja de los precios de las materias primas (y, por extensión, de algunos mercados emergentes). “Estos mercados requieren ahora una estrategia más matizada que tenga en cuenta los diferentes factores que impulsan a estos países. Durante el periodo 2003-2007, el vendaval chino y la debilidad del dólar/fortaleza de las materias primas inflaron todas las velas. Ahora estamos en un entorno diferente en el que se ha reafirmado la heterogeneidad subyacente de los mercados emergentes. Algunos mercados no lo harán bien y otros lo harán mejor”, explica.

El segundo aspecto en el que fundamenta su pesimismo hace referencia a las estructuras de sus economías. “En mi opinión, los mercados emergentes deben alejarse de los modelos económicos basados exclusivamente en las exportaciones y aplicar reformas estructurales. Los que lo hagan, como China, deberían comportarse bien y los que no podrían seguir enfrentándose a importantes dificultades. Es evidente que los mercados emergentes ya no pueden depender de las ventajas de un dólar débil y el encarecimiento de las materias primas”, sentencia Rossi.

El tercer punto hace referencia a los riesgos. “La evolución del ciclo crediticio en China es el riesgo que más me preocupa por la falta de transparencia. Es evidente que la creación de créditos en China ha sido superior al crecimiento económico durante algún tiempo y la deuda del país es ahora equivalente al 200% del PIB. En un país que carece de mercados financieros maduros como los que tenemos en Occidente, la magnitud de la deuda comparada por el tamaño y la experiencia del mercado financiero es un motivo de preocupación. La pregunta es cómo un mercado así podría abordar un posible proceso de desendeudamiento. En última instancia, creo que veremos una menor tasa de crecimiento económico como resultado de ello”.