Las tres instituciones europeas acuerdan las normas que crearán el supervisor único europeo

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Cedida por la Comisión

“Etapa esencial”, “etapa fundamental”, “paquete legislativo de gran importancia”… Con estos términos, el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, se congratulaba del acuerdo a tres bandas alcanzado este martes 19 por la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos sobre el conjunto de normas que darán lugar al nacimiento del mecanismo único de supervisión bancaria en la zona euro. “Se trata de una primera etapa fundamental hacia una verdadera unión bancaria que debe restaurar la confianza en los bancos de la zona euro y asegurar la solidez y la fiabilidad del sector bancario”, afirmó Barnier.

Según las declaraciones del comisario, la creación del supervisor único debería darse a mediados de 2014. Lo que se va conociendo sobre las líneas básicas del paquete legislativo, que aún debe aprobarse por el Parlamento en sesión plenaria, no parece distar mucho de lo ya anunciado en diciembre. El BCE será el encargado de ejercer la tarea de supervisión de “todas las bancas de la zona euro, estableciendo una repartición clara del trabajo entre los supervisores nacionales y el BCE”, señaló Barnier. Asimismo, el mecanismo único de supervisión estará abierto a todos los estados miembros, incluso a los de fuera de la zona euro, lo que para el comisario supondrá “la posibilidad de una unión bancaria ampliada”.

El texto acordado por el Parlamento y el Consejo establece reglas de gobierno y de responsabilidad del BCE para asegurar una separación estricta entre sus tareas de supervisión y sus funciones ligadas a la política monetaria. Se prevén también mecanismos apropiados tendentes a reforzar la responsabilidad democrática del BCE para su actividad de supervisión.

Desde que la Comisión propusiera la puesta en marcha del supervisor europeo a mediados de septiembre hasta ahora apenas han pasado seis meses, un tiempo que bien se puede calificar de récord dado el que habitualmente se maneja en sede europea.

El acuerdo provisional adoptado ahora tendrá que ser aprobado por todos los Estados miembros y lógicamente se irán introduciendo revisiones técnicas finales al texto.

Asimismo, el comisario Barnier recordó que se está trabajando en el establecimiento de un sistema de resolución europeo integrado por los países participantes en la unión bancaria. Este sistema se apoyará en la Directiva sobre resolución bancaria para los estados miembros, que debería estar ya adoptada el próximo verano.