El comportamiento que en 2022 tuvo la renta fija demostró aquello que se dice de que la renta fija no es fija, sobre todo en un contexto de cambio radical en la política de tipos de interés como el que ha visto en los últimos meses. Sin embargo, las fuertes pérdidas que registraron estos activos, provocaron que se crearan en el mercado tantas oportunidades como para considerar que la renta fija tiene las mayores papeletas para ser el activo rey de cara a los próximos meses.
Es por ello que en este primer capítulo vamos a repasar qué es exactamente la renta fija, por qué puede ser una buena opción para los inversores en general y para los que busquen rentas en particular, así como los diferentes tipos de renta fija que se pueden encontrar en los mercados. Empecemos por el principio.
¿Qué es la renta fija?
Los instrumentos de renta fija son títulos de deuda emitidos por empresas, gobiernos y otras organizaciones para financiar sus actividades. Estos títulos están diseñados para abonar a los inversores un pago regular y fijo durante un período determinado, normalmente durante la duración del préstamo. Esto hace que las inversiones en renta fija sean ideales para quienes buscan un flujo de rentas fiable ya que al final del plazo, el inversor recibe la cantidad principal prestada al prestatario.
¿Qué tipos de deuda hay?
En el mercado de renta fija existen diferentes tipos de emisiones en función del tipo de emisor (público o privado), del plazo de la emisión o del riesgo que presente el emisor. Estos son los tipos más comunes.
Bonos corporativos
Son títulos de deuda emitidos por empresas (lo desarrollamos en el capítulo 2). Hay que aclarar que la deuda corporativa es el término que engloba tanto a los valores negociados públicamente como a los que no lo hacen. Estos activos no públicos pueden incluir préstamos privados concedidos directamente a pequeñas y medianas empresas.
Bonos del Estado
Son títulos de deuda emitidos por los gobiernos. Pueden tener varios nombres en función del país de emisión, como Treasuries (Estados Unidos), Gilts (Reino Unido) o Bunds (Alemania). Algunos están vinculados a un índice de inflación, lo que significa que los pagos de intereses y el capital devuelto al término del plazo suben y bajan con el coste de la vida; otros no.
Los bonos del estado forman parte de la deuda pública. También se incluyen en este grupo los bonos municipales en algunos países del mundo. Las autoridades gubernamentales locales de los países desarrollados, como Australia, Estados Unidos y el Reino Unido, pueden emitir estos bonos (directamente o a través de un organismo central) para financiar proyectos de infraestructuras y servicios públicos.
Bonos de titulizaciones de activos
Son grupos de préstamos (normalmente emitidos por bancos, prestamistas especializados y originadores entre pares) que se combinan en un paquete. Pueden incluir grupos de hipotecas, préstamos para la financiación de automóviles y deudas de estudiantes entre otras posibilidadesEstos tres tipos de deuda son los tres básicos del mercado, pero también hay otras dos tipologías que conviene dejar definidas en este primer capitulo debido a su gran desarrollo en los últimos años:
La deuda de los mercados emergentes.
Es el término que engloba los bonos emitidos por empresas y gobiernos de economías en desarrollo. La deuda de los mercados emergentes puede emitirse en moneda fuerte o moneda local. «Moneda fuerte» hace referencia a las monedas consideradas económicamente estables, como el dólar estadounidense o la libra esterlina. La deuda de los mercados emergentes emitida en moneda local conlleva un riesgo de divisas adicional, ya que puede ser vulnerable ante niveles más elevados de volatilidad y fluctuación del valor.
Los bonos verdes
Son títulos que se emiten para recaudar dinero para un propósito específico, centrado en el medio ambiente. Cualquier gobierno, institución financiera o empresa que pueda emitir un bono estándar puede emitir un bono verde.