Dado que los cambios en los tipos de interés son uno de los principales motores de los mercados financieros, los inversores en renta fija necesitan comprender muy bien cómo pueden afectar a sus carteras. No solo deben considerar si el próximo movimiento del banco central va a ser un recorte o una subida del precio del dinero, sino también a qué ritmo van a producirse recortes o subidas ulteriores y en qué nivel acabarán asentándose los tipos de interés.
Aunque siempre habrá multitud de opiniones al respecto, entender cómo posicionar su cartera de bonos en base a su perspectiva es un aspecto clave para el inversor en renta fija.
En general, es probable que un periodo de tipos de interés al alza provoque una subida de las TIR de la deuda, y con ello una caída de sus precios. Si bien las TIR se ven afectadas por un abanico de factores —como las expectativas de inflación, la política monetaria y la demanda de activos refugio, percibidos como seguros— cualquier cambio significativo (o al menos inesperado) de los tipos de interés tendrá seguramente un impacto considerable en ellas.
Duración o riesgo de tipo de interés
La duración (o riesgo de tipo de interés) mide la sensibilidad del precio de un bono a un cambio en su TIR (expresada habitualmente en años), y es uno de los principales conceptos con los que un inversor en renta fija debe estar familiarizado.
A modo de simple ejemplo, un bono con una duración de 10 años sufriría una pérdida de capital del 10% si su TIR subiera un 1%, pero experimentaría una revalorización del 10% si su TIR cayera un 1%. Sin embargo, un fondo de deuda con una duración de dos años vería su capital disminuir o crecer solamente un 2% en los dos escenarios mencionados de evolución de la TIR.
Así, los inversores que anticipen una fuerte caída de las TIR —como ocurrió en 2008, por ejemplo— podrían añadir duración a sus carteras para maximizar las ganancias potenciales, pero deberían ser conscientes de que sufrirían una minusvalía si las TIR subieran.
En cambio, los inversores preocupados por una subida pronunciada de las TIR podrían optar por una posición más defensiva y reducir su duración. Los treasuries estadounidenses con distintos vencimientos han mostrado una evolución distinta durante periodos de subida de sus TIR. Recientemente, la curva se ha aplanado: las TIR de los bonos de menor vencimiento han subido al anticiparse subidas de los tipos de interés a corto plazo que podrían requerirse para frenar la inflación. Las TIR de los treasuries a más largo plazo no han subido tanto, lo cual sugiere que el mercado no descuenta un crecimiento económico significativo a futuro; esto significa que los inversores no están bien remunerados por asumir riesgo en estos bonos de mayor vencimiento si la inflación resulta ser un problema duradero.
De media, la duración de los bonos soberanos británicos (gilts) ronda los 10 años, la de los bonos corporativos con grado de inversión los ocho años, y la de los bonos high yield los cuatro años. Aunque esto puede variar enormemente entre bonos individuales, es algo a tener en cuenta a la hora de invertir en estas clases de activos.
Fuente: M&G, 2022. Únicamente a efectos ilustrativos. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras
A menudo se suele confundir el término de duración de un bono con el vencimiento del mismo pero, como comentamos en el siguiente capítulo, son dos términos muy diferentes.