Así como los mercados privados han ido ganando peso en las carteras, han surgido dentro de los mismos varias tendencias que afectan tanto a la forma de invertir de ellos, con cada vez más alianzas entre inversores (las llamadas coinversiones) como al propio mecanismo de mercado donde se desarrollan esas operaciones, con un auge de los mercados secundarios.
Empecemos por explicar lo segundo. Empecemos por explicar a qué se debe el auge de los mercados secundarios y qué beneficios ofrece a los inversores.
Mercados secundarios como fuente de liquidez
El mercado secundario en capital riesgo, que en un principio se creó con el fin de permitir a los socios comanditarios (LP) obtener efectivo mediante la venta de un fondo o cartera de fondos antes de que hubieran madurado y realizado sus distribuciones finales, se ha convertido en una parte cada vez más importante del ecosistema de capital inversión desde la crisis financiera mundial. A medida que los mercados privados crecían de alrededor de 2 billones de USD a 10 billones entre 2010 y 2022, las transacciones en el mercado secundario pasaron de 20 000 millones de USD al año a bastante más de 100 000 millones, según Jefferies.
A partir de 2020, tres oleadas han provocado un aumento sustancial de la demanda de liquidez en el mercado secundario, al tiempo que han creado una escasez de dry power.
- La primera oleada, en 2020-21, fue el “efecto numerador”. El rendimiento de las inversiones en capital inversión fue tan bueno y las solicitudes de capital se realizaron con tanta rapidez que muchos LP se encontraron sobreasignados a esta clase de activos en relación con el valor de su cartera de inversión global.
- La segunda oleada, en 2022, fue el “efecto denominador” Las valoraciones de los mercados públicos de renta variable y de renta fija se desplomaron, mientras que en general se produjo un descenso mucho menor, si es que se puede decir que produjo alguno, en las carteras de fondos de renta variable privada de los inversores. La sobreasignación de los LP era ahora todavía mayor.
- Por último, hasta 2022 y 2023, las vías de salida se cerraron, dejando a los LP aún invertidos en fondos que esperaban que madurasen. Asimismo, como las empresas de capital inversión siguieron solicitando capital para nuevas inversiones, incluso cuando las distribuciones se agotaron, los flujos de efectivo netos de los inversores se tornaron negativos por primera vez en muchos años. Esto agravó todavía más si cabe el problema de la sobreasignación.
Observamos tres tendencias notables en el mundo de los secundarios, que están creando un panorama especialmente atractivo para los inversores secundarios bien capitalizados que no necesitan recurrir al apalancamiento y pueden ser muy selectivos a la hora de elegir activos de calidad.
- Auge de las empresas secundarias dirigidas por socios generales (GP), una tendencia ya consolidada que sigue generando un impulso.
- Recientemente, hemos asistido a un descenso del dry power disponible para el mercado secundario en relación con los volúmenes anuales de transacciones.
- Aumento significativo de la proporción de transacciones secundarias, las denominadas operaciones mosaico, en uno o dos fondos en lugar de carteras enteras.
Derivado en parte de ese despertar de los mercados secundarios en donde los GP y los LP se han aliado para poder cumplir con sus compromisos de inversión maximizando las oportunidades que se les puede generar, surge el auge de un tipo de inversión que se realiza de forma conjunta entre los dos grandes inversores del mercado: las llamadas conversiones.
El caso de las coinversiones
La co-inversión es una operación en la que un LP (inversores externos o coinversores que aportan el capital para las inversiones privadas) invierte en una empresa junto con un GP (profesionales de la inversión responsables de la gestión del fondo).
La mayor demanda de capital de coinversiones refleja diversos puntos, entre ellos la mayor necesidad de financiación mediante capital propio, ya que el coste de la deuda ha subido y la disponibilidad general de financiación mediante deuda se ha reducido.
Esto está llevando a los socios generales a buscar la forma de preservar el capital sin invertir, y utilizar capital para coinversiones en algunas transacciones puede ser una solución atractiva. Por ejemplo este entorno de mercado está impulsando las inversiones conjuntas en sociedades “en mitad de su ciclo de vida”, en particular. De hecho, según los datos de Neuberger Berman, el flujo de operaciones de coinversión en sociedades “en mitad de su ciclo de vida” para el segundo semestre del año aumentó casi un 60% entre 2021 y 2022, y más de un 80% en el primer semestre de 2023, en relación con el mismo periodo del año pasado.
Una inversión “en mitad de su ciclo de vida” es una inversión directa en una sociedad que ya es propiedad de un fondo de capital privado. Estas inversiones se producen a veces muchos años después de que se realice la inversión original y es una forma de que los socios generales generen liquidez para los LP permitiendo al socio general (GP) mantener la propiedad mayoritaria y el control de activos preciados, así como mantener sus estructuras de capital de deuda existentes (más atractivas). Los socios generales también suelen buscar la coinversión en sociedades «en mitad de su ciclo de vida» para pasar a la ofensiva, tratando de conseguir una adquisición o una entrada en un nuevo mercado en un momento en el que es difícil conseguir financiación mediante deuda, lo que genera grandes oportunidades para los inversores más experimentados.