Antes de analizar la sostenibilidad de una cartera es importante definir nuestros objetivos. Hay que decidir lo que consideramos sostenible y lo que no, así como qué valores queremos defender.
¿Cuáles son tus objetivos?
El objetivo podría ser la protección contra el riesgo reputacional en primer lugar, es decir, no financiar sectores o empresas controvertidos y que podrían afectar a la reputación de las inversiones.
También se podría defender los valores y las buenas prácticas y, por lo tanto, financiar a las empresas reconocidas como ejemplares en términos de licencia social para operar. Además, se podría financiar soluciones a problemas sociales y sostenibles como el cambio climático, el hambre (por ejemplo, ¿cómo alimentar a una población mundial cada vez más numerosa?), los problemas de salud (por ejemplo, la búsqueda de soluciones para alimentos más sanos), etc. Hay muchos objetivos desde diferentes ángulos y enfoques.
Un buen punto de partida es revisar si la cartera respeta algunos requisitos mínimos a través de un filtro normativo y, en particular, evaluando el cumplimiento de los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas. La mayoría de las carteras sostenibles cumplen plenamente con estos principios, por lo que invertir en empresas que no cumplen con estos principios puede empañar rápidamente las credenciales de sostenibilidad de su estrategia.
Una segunda manera de mirar a la cartera es verificar si aplica exclusiones de actividades controvertidas (tales como armamento, juegos de azar, entretenimiento para adultos, tabaco, etc.) y/o de países (por ejemplo, dictaduras).
Además, tiene sentido verificar si la gestora tiene una política de propiedad activa, lo que significa que apoya los principios de sostenibilidad a través de la votación en las asambleas generales de la empresa en la que invierte, y a través de la participación en la gestión de esas empresas.

Yendo más allá, puede revisar si hay limitaciones firmes en la cartera en cuanto a la puntuación ESG. Los llamados filtros Best-In-Class / Best-In-Universe evitan que los gestores inviertan en empresas con menor puntuación ESG y pueden beneficiar a la calidad ESG de la cartera. De hecho, los expertos externos evalúan los perfiles de sostenibilidad de los emisores y les conceden una puntuación ESG. Por el contrario, algunas estrategias no establecen ninguna regla firme sobre la forma en que tienen en cuenta los riesgos y oportunidades ESG, sino que lo incluyen en su análisis fundamental. Este enfoque se denomina integración ESG y, por lo general, es menos ambicioso desde la perspectiva de la sostenibilidad.
Para todos estos enfoques, una buena manera de medir la sostenibilidad de su cartera consiste en comparar su rendimiento con un universo de referencia. Esto da una idea de si su análisis de sostenibilidad realmente ayuda a mejorar la calidad ESG de su cartera, en comparación con su universo o índice de referencia.
Sin embargo, para otros tipos de cartera, no es posible realizar una comparación con un punto de referencia. Las estrategias temáticas sostenibles se construyen específicamente en torno a temas sostenibles (por lo general, algunos temas relacionados con la agricultura y la alimentación, temas sociales o de salud) a través de la selección de valores, y solo invierten en empresas que están en condiciones de beneficiarse de estos temáticas. Para estas estrategias, se debe tener en cuenta las líneas de negocio reales de las empresas de la cartera (es decir, qué es lo que producen/ofrecen).
Por último, las estrategias de inversión de impacto invierten en empresas, organizaciones y fondos con el objetivo explícito de generar un impacto social y/o ambiental positivo además del retorno financiero. Este impacto se mide a través de los Indicadores Clave de Rendimiento (KPI) ESG. Estos KPI ESG le dan una idea del impacto sostenible de su cartera.
La lista anterior muestra que hay una amplia variedad de estrategias sostenibles, desde las exclusiones hasta las estrategias puras de impacto sostenible. Incluso la combinación de diferentes enfoques constituye una opción.
Conseguir la fuente de datos ESG correcta
Ahora que ha definido sus objetivos, el segundo paso es encontrar los datos relevantes. En los últimos años, ha surgido un nuevo ecosistema de los llamados proveedores de investigación extrafinanciera. Estas agencias de investigación, especializadas en el análisis de la sostenibilidad de empresas y países, así como en métricas relacionadas con la sostenibilidad, ofrecen información valiosa para la evaluación de las carteras. Mientras que algunos proveedores están especializados en ciertas áreas como gobierno corporativo o criterios ambientales, otros también ofrecen servicios más generales como la revisión del cumplimiento de las carteras con las normas internacionales, exámenes de actividades controvertidas y puntuación ESG.
La puntuación ESG es resultado, generalmente, de modelos de calificación de sostenibilidad específicos de la industria que agrupan un amplio conjunto de criterios ambientales, sociales y de gobernanza en una sola puntuación. Ejemplos comunes de tales criterios son la exposición de las empresas a las tecnologías ecológicas (medio ambiente), la frecuencia de los accidentes laborales o la media anual de horas de formación (social), y la proporción de consejeros independientes que ocupan un puesto en su Consejo de Administración (gobernanza).
Normalmente, cada compañía es evaluada según los criterios ESG que se consideran relevantes para su industria. La puntuación global ESG de la empresa se calcula utilizando una media ponderada. Finalmente, además de esta puntuación, los proveedores de investigación extrafinanciera también desarrollan herramientas para evaluar las noticias negativas en las que aparecen las compañías (por ejemplo, las pruebas de «Controversia ESG») o la exposición a actividades o sectores específicos (por ejemplo, las proyecciones de «Actividades Controvertidas»).
Ejemplo de puntuación ESG. Fuente DPAM