El sector de los semiconductores ha evolucionado desde los ciclos sucesivos de subidas y caídas que experimentó en el pasado, y que estuvieron marcados por un gasto de capital excesivo, una deficiente gestión de los inventarios y una falta de disciplina de precios. En la actualidad, el sector es mucho más disciplinado y está mucho mejor posicionado, tras varios años de consolidación que han favorecido la existencia de una serie de empresas dominantes en cada área de especialización de la cadena de suministro global.
En lo que respecta a la demanda, pensamos que la transición de las compañías, los gobiernos y las industrias hacia las tecnologías 5G, la inteligencia artificial y las soluciones basadas en la nube podría beneficiar enormemente al sector en los próximos años. Según algunas estimaciones, las ventas mundiales de semiconductores podrían pasar de los 450.000 millones de dólares en 2019 hasta casi el billón de dólares en 2030.
Problemas de desabastecimiento
Los problemas de desabastecimiento no tienen naturaleza estructural ni afectan a la demanda a largo plazo, sino que están más relacionados con el COVID. Las analizamos.
El sector automovilístico se vio afectado por la cancelación de pedidos a los fabricantes que se registró en los primeros meses de la pandemia.
Al mismo tiempo, el mundo se volvió virtual, acelerando el cambio hacia lo digital. Dicho cambio incrementó el número de pedidos destinados a ordenadores personales, dispositivos de videojuegos, electrodomésticos y aplicaciones basadas en la nube. Aunque el mercado de los ordenadores aún representa una tercera parte del mercado de los semiconductores, ha ido registrando una lenta tendencia a la baja durante la última década. Esta situación, sin embargo, cambió el año pasado en el que el sector creció a su ritmo más rápido en diez años.
Por eso, cuando los fabricantes de automóviles reanudaron sus pedidos el pasado otoño, se encontraron con que no había capacidad suficiente. Afortunadamente, el sector automovilístico representa un pequeño porcentaje del mercado global de semiconductores, aun cuando se trata de un área de potencial crecimiento futuro, dada la previsión de aumento de la producción de vehículos eléctricos. Se tarda unos cuatro meses en fabricar chips para automóviles, por lo que la situación podría corregirse hacia final de año.
La inteligencia artificial y el aprendizaje automático impulsan el crecimiento del sector
En el futuro, lo más probable es que la mayoría de los datos sean creados por máquinas que requieren una enorme potencia de procesamiento. El reto estará en aumentar la potencia de procesamiento y reducir el consumo eléctrico.
Estas enormes cantidades de datos no residirán en nuestros teléfonos, sino en centros de datos. En la actualidad, los centros de datos representan aproximadamente el 3% del consumo mundial de electricidad. Si no hacemos nada por aumentar su eficiencia, dentro de diez años podrían llegar a representar el 25% del consumo de electricidad. Para tratar de abordar este dilema, el diseño de semiconductores pretende reducir en un 30% el consumo eléctrico en estos componentes cada dos años.
Esta reducción podría impulsar el crecimiento de chips más complejos y avanzados, utilizados en smartphones de alta gama y en centros de datos, lo que impulsará el valor de los semiconductores más avanzados en los próximos cinco años.
Se aproxima un gran ciclo de gasto en semiconductores
Las mayores compañías de semiconductores del mundo planean gastar miles de millones de dólares en nuevas instalaciones manufactureras destinadas a satisfacer la nueva demanda, así como para hacer frente a las tensiones geopolíticas, ya que los semiconductores se consideran una prioridad de seguridad nacional.
Estados Unidos y Europa tratan de acercar a sus respectivos territorios las principales cadenas de suministro, ya que Taiwán controla la mayor parte de la producción manufacturera de semiconductores.
La compañía líder del sector, Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC), tiene previsto destinar 100.000 millones de dólares de aquí a 2023 a la construcción de nuevas instalaciones de fabricación de chips, incluida una gran fábrica en Arizona. TSMC posee cerca del 80% de la cuota de mercado de producción de chips de última generación, y entre sus clientes se encuentran Apple, Qualcomm y Broadcom.
Consolidación del sector en los distintos segmentos
Tras varias rondas de consolidación, cada uno de los segmentos de la cadena de suministro (diseñadores de chips, fabricantes de equipos de chips, fundiciones que fabrican los chips y compañías que los prueban) está dominado por unas pocas empresas.
El elevado grado de especialización de cada una de estas áreas ha favorecido el aumento de las ventajas competitivas.
Fabricantes de equipos de semiconductores: este mercado ha vivido un importante proceso de consolidación. Actualmente, cinco grandes compañías controlan casi el 75% de la cuota de mercado, frente al 40% de hace 15 años. Además, los fabricantes de equipos han desarrollado un modelo de mantenimiento de la maquinaria que les proporciona ingresos recurrentes. En los últimos cinco años, los márgenes de explotación han alcanzado una media del 25% y, según cálculos de Capital Group, podrían superar el 30%. En años anteriores, estos márgenes no alcanzaban el 10%.
Chips de memoria: la estructura del sector ha evolucionado, y ahora resulta más atractiva. El sector es ahora más disciplinado y racional. Y los chips de memoria continúan siendo un componente fundamental de los procesadores informáticos que se utilizan en una amplia gama de dispositivos. Aunque Corea representa casi las tres cuartas partes de la fabricación mundial de chips de memoria, Estados Unidos continúa dominando el mercado mundial de semiconductores con una cuota de mercado de aproximadamente el 47%, gracias a su dominio en los segmentos de equipos, de diseño intelectual y de compañías de semiconductores que carecen de fundiciones propias.