Ante esta capacidad disruptiva de la Inteligencia Artificial, como inversores debemos analizar su potencial, identificando a aquellas compañías que se benefician, desarrollan y crecen de manera sostenible gracias a esta tecnología, pero atendiendo también a los desafíos que depara.
Como se ha indicado, esta tecnología revolucionará el mundo laboral y nuestras vidas, haciendo que la industria sea más eficiente, nuestros hogares más seguros y nuestra salud más fuerte. Sin embargo, introducir una tecnología tan innovadora también conlleva nuevos retos.
Por ejemplo, los avances en la fabricación de vehículos autónomos pueden afectar no solo a los gigantes del automóvil, sino también a las empresas que les prestan soporte. Los coches controlados por Inteligencia Artificial se moverán de forma diferente. Su titularidad y uso, su reparación y, con la eliminación de los errores “humanos”, la cobertura de los seguros, también serán diferentes.
Los beneficios potenciales de la IA han llevado a algunos a comparar su avance con la próxima revolución industrial. Del mismo modo que las máquinas de vapor cambiaron las economías rurales y la mano de obra, esta tecnología tiene el potencial de alterar modelos empresariales enteros. Y hoy es sinónimo de ser líder en el mercado.
Afrontar esos retos y adaptarse a ellos será una de las razones por las que los próximos treinta años serán muy prometedores.
En una encuesta realizada por la consultora Deloitte, entre octubre y diciembre de 2019 a 2.737 ejecutivos de TI y de línea de negocio de empresas que habían adoptado ya tecnologías de IA, en nueve países indicaron lo siguiente:
- El 81% afirmó que el periodo de amortización de sus inversiones es inferior a dos años.
- El 74% estuvo de acuerdo en que la IA se integrará en todas las aplicaciones empresariales en un plazo de tres años.
- El 73% consideró que la IA es “muy relevante” o ” crucial” para su negocio en la actualidad.
- El 64% afirmó que las tecnologías de IA les permiten tener una ventaja sobre sus competidores.
- Menos de la mitad reconoció tener la habilidad necesaria para seleccionar tecnologías y proveedores de IA.
Fuente: Thriving in the era of pervasive AI – Deloitte’s State of AI in the Enterprise, 3ª edición, 2020.