Otra temática estrella es la electrificación generalizada como impulso a la transición energética. En este capítulo nos centramos en la transición de los vehículos con motor de combustión interna a los vehículos totalmente eléctricos. Pero, ¿estamos ante un camino fácil?
La tendencia es comprensible: varios factores han incrementado la demanda de vehículos eléctricos, desde una mayor concienciación medioambiental hasta la volatilidad de los precios del combustible. Sin embargo, cambiar a un vehículo totalmente eléctrico es actualmente un acto de fe, ya que la infraestructura mundial de recarga sigue siendo desigual y poco fiable, lo que contribuye a la ‘ansiedad de autonomía’. En teoría, los vehículos eléctricos híbridos enchufables podrían resolver estos problemas. En el siguiente gráfico muestra como la cobertura de cargadores de vehículos eléctricos en Europa y EE.UU. es inferior a la de los principales mercados asiáticos.

Al combinar los sistemas de propulsión de combustión interna y eléctrica en un solo vehículo, los vehículos eléctricos híbridos enchufables pueden ayudar a los consumidores a disfrutar de algunas de las ventajas del transporte limpio y electrificado sin preocuparse demasiado por encontrar el próximo punto de recarga. Esta propuesta ha impulsado la penetración de los vehículos eléctricos híbridos enchufables en Europa por encima del 10%.
Sin embargo, para que los vehículos eléctricos híbridos enchufables cumplan adecuadamente su papel de ‘tecnología puente’ hacia la electrificación total, es necesario hacer más para abordar los problemas de transparencia. Esto es especialmente importante en el caso de las afirmaciones de los fabricantes de automóviles sobre el ahorro de emisiones, que pueden inducir a error a los consumidores y otras partes interesadas.
Emisiones… no ahorradas
Según un informe publicado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), el consumo medio de combustible de los vehículos eléctricos híbridos enchufables y las emisiones de CO2 del tubo de escape en conducción real son aproximadamente entre dos y cuatro veces superiores a lo que se afirma. En parte, esto se debe al ‘factor de utilidad’, o al porcentaje de la conducción total que se realiza en modo eléctrico. Spoiler: es bajo. Varía de una región a otra en función de la disponibilidad de infraestructuras de recarga, pero suele oscilar entre el 26% y el 54%, con Estados Unidos en el extremo superior de ese rango.
Los Gobiernos están emprendiendo medidas para hacer frente a estas preocupaciones. La UE podría dejar de etiquetar los vehículos eléctricos híbridos enchufables como inversiones sostenibles a partir de 2025, el presidente Biden ha señalado la posibilidad de nuevas normas federales para estos vehículos, y California Air Resources Board (CARB) ha fijado un límite de precio para ellos y una autonomía eléctrica mínima. Resulta probable que estas medidas influyan en la oferta futura de los fabricantes de automóviles, que ahora tendrán que cambiar de orientación antes de lo previsto o incurrir en costes para adecuar sus modelos previstos a la norma.