A lo largo del módulo hemos leído varias veces el término ‘normal’. Y es que es normal que se produzcan correcciones en las bolsas; también es normal experimentar más de una en el transcurso de un mercado alcista. Una corrección bursátil puede ser un buen momento para invertir en acciones, ya que las valoraciones se vuelven más atractivas y eso da a los inversores la posibilidad de generar rentabilidades superiores a la media cuando el mercado rebote. Algunas de las pérdidas bursátiles más grandes a corto plazo de la historia dieron paso a rebotes.
En este capítulo nos detenemos en la capacidad de no hacer nada cuando el mercado está revuelto. La virtud de la paciencia. Y es que se debe evitar salir y entrar de las inversiones al son de los temores que reflejan los mercados. Lo explicamos:
Cuando los inversores intentan acertar con los tiempos del mercado y entran y salen de sus inversiones, pueden correr el riesgo de erosionar las rentabilidades futuras, ya que se pueden perder los días de mayor recuperación del mercado y las oportunidades de compra más atractivas que generalmente aparecen en periodos de pesimismo. Los que mantienen sus inversiones generalmente se benefician de la tendencia alcista a largo plazo de las bolsas. Perderse tan solo cinco de las mejores jornadas bursátiles puede tener un impacto importante en las rentabilidades a largo plazo.
Cada cierto tiempo, las bolsas atraviesan periodos de incertidumbre. Estos podrían deberse como mencionábamos en el capítulo uno a malas noticias económicas o tal vez a una crisis política. Los fuertes descensos que pueden registrarse en estos momentos son comprensiblemente inquietantes para los inversores. Incluso pueden tentar a algunos a variar su plan a largo plazo vendiendo sus inversiones. Sin embargo, la volatilidad bursátil suele durar poco. Por lo tanto, la mayoría de los expertos coincide en que a los inversores probablemente les vaya mejor estándose quietos durante estos periodos de nerviosismo.
Una cosa es aprovechar las caídas de mercado para comprar a un mejor precio como explicábamos en el capítulo uno y otra es postergar una nueva inversión cuando las bolsas sufren incertidumbre están utilizando en realidad una estrategia conocida como market timing. La intención suele ser invertir cuando los mercados se han calmado o comprar cuando las bolsas han caído. Esa estrategia puede resultar muy peligrosa.
Los fuertes descensos de las bolsas suelen concentrarse en periodos muy cortos. Del mismo modo, las mayores ganancias suelen suceder juntas. También es muy común que tras una gran caída se produzca una subida acusada (o viceversa). Así, un inversor que trata de vaticinar cuándo será el mejor momento para invertir corre el riesgo de perderse las mejores ganancias. Eso puede tener un impacto muy grande en su rentabilidad a largo plazo.
Para ilustrarlo, analizamos la rentabilidad anual media de la bolsa estadounidense durante los últimos 15 años. Como se observa en el gráfico, perderse tan solo los diez mejores días durante este periodo habría reducido la rentabilidad anual sustancialmente. Acertar con los tiempos del mercado es extremadamente difícil y la mejor estrategia suele ser mantener las inversiones a largo plazo.