En un contexto de alta volatilidad como la que se ha visto este año 2022, el oro no ha quedado exento del retroceso en su cotización, al igual que ha ocurrido con prácticamente todas las clases de activos. Invesco elabora un informe trimestral en el que se analiza la evolución de la demanda del metal precioso. En su última edición, correspondiente al cierre del tercer trimestre de 2022, recogen todas las variables que han afectado a este tipo de inversión.
No ha sido un buen año
Durante el tercer trimestre de 2022, el oro registró el segundo trimestre consecutivo de resultados negativos, tras registrar una rentabilidad del -6,7% en el segundo trimestre. La caída del 8,1% en el tercer trimestre fue el peor resultado trimestral desde el primer trimestre de 2021, cuando también se enfrentó al aumento de la rentabilidad real (por la vacuna contra la COVID-19) y a la fortaleza del dólar estadounidense.
En términos interanuales, los malos resultados obtenidos implican que el oro ha perdido un 9,2% en lo que va de año y las previsiones actuales sobre el entorno macroeconómico sugieren que continuarán las dificultades a corto plazo, ya que la Fed insiste en que su objetivo es reducir la inflación, aunque haya indicios de que la economía estadounidense está empezando a debilitarse.
No obstante, tal como se observa en el gráfico no estamos ante el peor año del metal precioso. Lejos de los mínimos registrados en 2013, con una caída de más del 28%, se acerca eso sí al comportamiento registrado en 2015 en el que cayó un 10,4%
Fuente: Consejo Mundial del Oro, se muestra la demanda de oro por segmento de mercado en el tercer trimestre de 2021. Datos a noviembre de 2021.
Comparación del precio del oro y la rentabilidad real de los bonos
La rentabilidad real de EE.UU. se fortaleció notablemente durante el tercer trimestre de 2022 hasta el 1,68%, el nivel más alto de los últimos 13 años, conforme los mercados descontaban nuevas subidas de tipos por parte de la Fed. Este hecho responde al insistente mensaje de la Reserva Federal sobre su voluntad de seguir luchando contra la inflación hasta el final, lo que sugiere que la rentabilidad seguirá siendo elevada a corto plazo.
El hecho de que EE.UU. también haya iniciado un ajuste cuantitativo en los últimos meses supone asimismo un estímulo para la rentabilidad real, ya que las expectativas de inflación están regresando a sus medias de largo plazo.
Fuente: Consejo Mundial del Oro, a 30 de septiembre de 2021.
¿Qué nos dice el balance de la Fed?
Desde septiembre, la Fed ha comenzado a reducir el volumen de su balance hasta su máximo de 95.000 millones de dólares estadounidenses al mes, tal y como anunció en mayo. Al final del tercer trimestre de 2022, el balance de la Fed era de 8,8 billones de dólares, ligeramente superior al de finales de 2021. La liquidez ha suscitado la preocupación de que la Fed ponga fin a su programa de ajuste cuantitativo antes de tiempo, aunque el propio banco central espera que el programa se prolongue durante varios años, pero que deje de aplicarse a niveles mucho más elevados que antes de la pandemia. ¿Cómo afectaría al oro? El metal precioso podría beneficiarse de cualquier problema de liquidez ocasionado por la Fed.
Fuente: Consejo Mundial del Oro, a 30 septiembre de 2021.
Comparación del precio del oro y la cotización del dólar estadounidense
El dólar estadounidense se ha visto fortalecido a medida que la Fed seguía subiendo los tipos como se esperaba y en mayor medida que otros bancos centrales: el BCE subió 125 pbs y representa el 58% del índice del dólar estadounidense (DXY); en Japón los tipos no se modificaron y representan el 14% del índice; el Banco de Inglaterra subió 100 pbs y representa el 12% del índice. El Banco de Canadá añadió 175 pbs a su tipo de interés oficial este trimestre y fue el único banco central presente en el índice del dólar estadounidense (9%) que subió los tipos más que la Fed, pero el CAD continuó debilitándose frente al dólar. Este último también se benefició en septiembre de los acontecimientos políticos en el Reino Unido e Italia.

Dado que se espera que los rendimientos de Estados Unidos se moderen debido al debilitamiento de la actividad global, es más probable que los diferenciales de los rendimientos del dólar disminuyan. Esto debería acercar a la principal moneda de reserva del mundo a sus fundamentales. ¿Cómo afectaría al oro? El metal precioso debería beneficiarse de una moderación de los rendimientos estadounidenses en un entorno de recesión.