Aunque podamos haber dejado atrás lo peor de las caídas de mercado, en el 2023 sigue habiendo una elevada incertidumbre económica y de mercado. En este contexto volátil y complicado, los hedge funds se mantienen como una buena opción para seguir añadiendo valor a las carteras de los inversores al ofrecer alfa, protección contra la inflación y oportunidades en los desajustes de mercado.
Además, son quizá los productos que más se parecen a los fondos tradicionales ya que pueden ofrecer liquidez de forma trimestral, anual o diaria, y tienen mucha más flexibilidad tanto por tipo de activos como por estilo de gestión a la hora de invertir que los productos tradicionales, por lo que se han convertido en una de las primeras opciones que se tienen en cuenta cuando se empieza a invertir en activos alternativos.
Existen diferentes estrategias de hedge funds en el mercado. Las más populares son:
–Long/Short: La estrategia consiste en tomar posiciones largas de las compañías con potencial alcista y posiciones cortas de aquellas en las que los gestores están negativos.
–Gestión de futuros (managed futures): buscan identificar tendencias e invertir, a corto o largo plazo, en contratos de futuros en los mercados de tipos de interés, divisas, acciones y materias primas.
– Deuda corporativa distressed: invierte en deuda de empresas que están pasando por dificultades financieras.
–Renta variable market neutral: Permite a los inversores tomar posiciones activas y al mismo tiempo mantener baja la exposición al riesgo de mercado.
– Arbitraje de fusiones y adquisiciones (merger arbitraje): Invierten en empresas que participan en fusiones, adquisiciones, escisiones, ofertas de intercambio y compras apalancadas.
– Global macro: construyen sus carteras en función a sus predicciones de determinados acontecimientos económicos.
Como se ve en el gráfico inferior cada estrategia tiene un comportamiento diferente según el contexto de mercado
Al igual que sucede con los mercados alternativos privados en líneas generales, también se aprecia una gran dispersión entre los distintos gestores de hedge funds.
Lo vemos claramente en el gráfico inferior. Teniendo en cuenta la rentabilidad de los últimos diez años se ve cómo la rentabilidad mediana de todos los hedge funds (primera columna a la izquierda del gráfico inferior) fue del 7,1% (la primera barra a la izquierda del gráfico) pero con una dispersión entre el mejor y peor resultado de entre el 0,4% y el 14,7% Diferencias que también se aprecian cuando se analizan las rentabilidades por tipo de estrategia y que refuerza la importancia de una buena selección de gestores.
Un aspecto que queda claro con los datos históricos desde 1990 es la descorrelación que añaden los hedge funds en una cartera tipo 60/40, tal y como se percibe en le gráfico inferior.
La clave de este gráfico es entender la importancia de los HF como herramienta para aportar descorrelación frente a activos tradicionales en una cartera en momentos de tensión o incertidumbre económica y de mercados tales como la crisis financiera mundial de 2008 o la recesión de la zona euro en 2012.
¿Qué pasa en entornos de inflaciones al alza?
Un último punto que debemos revisar con atención es el de cómo se comportan los hedge funds en los distintos contextos de inflación.
Como se ve, es precisamente en las fases de inflación elevada (grafico de la izquierda), como puede ser la actual, cuando los hedge funds suelen mostrar un comportamiento mejor que el los activos tradicionales de renta variable y renta fija. Y esa mejor rentabilidad se aprecia tanto en contextos de inflaciones altas con tendencia igualmente alcista como en los de inflaciones altas con tendencia bajista.
Por lo tanto, los hedge funds pueden ser un activo clave en las carteras multiactivos porque añaden valor gracias a su capacidad de generar rentabilidad, protección contra la inflación y la capacidad de aprovechar las oportunidades que generan los desajustes de mercado (volatilidad).