Por último, vamos a abordar un aspecto de la economía circular vinculado al mercado de los vehículos eléctricos: el reciclaje de las baterías de los vehículos eléctricos.
Se prevé que las ventas mundiales de vehículos eléctricos se aceleren drásticamente en la próxima década. Solo hay que echar un vistazo a los datos de los que disponemos[1]:
- Se vendieron cerca de 2 millones de coches de pasajeros de batería e híbridos enchufables en todo el mundo en 2018, lo que supone un aumento del 82% respecto al año anterior.
- Se prevé que las ventas de coches de pasajeros eléctricos aumenten a 28 millones en 2030 y a 56 millones en 2040.
- El mercado de autobuses eléctricos creció alrededor de un 32% en 2018. Se espera que en 2040 haya en circulación 1,6 millones de autobuses municipales en todo el mundo, de los cuales el 40% serán eléctricos.
Las baterías están revolucionando nuestra forma de transportarnos y de almacenar energía y dado que la vida media de las baterías es de unos 11 años, se prevé un aumento sustancial de los residuos al final de su vida útil, lo que creará un gran mercado potencial para los recicladores.
Apunte especial al mercado de litio
El litio es un metal abundante, pero todavía relativamente poco explotado. Las reservas mundiales se estiman en 23,1 millones de toneladas de litio, lo que equivale a 123 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente. Si tenemos en cuenta las reservas en relación con los niveles de demanda de 2016, de 201.000 toneladas, las reservas son, en teoría, suficientes para durar más de 600 años.

La mayor parte del litio sigue utilizándose en sectores tradicionales, como la cerámica, el vidrio y las grasas lubricantes. Sin embargo, el aumento de la demanda de litio para baterías ha elevado el interés a un nuevo nivel. Se espera que la demanda de litio del sector de las baterías crezca a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 15,4% durante la próxima década, mientras que la del sector de los vehículos eléctricos lo hará a una TCAC del 19,6%. Para 2026, se espera que el uso de litio en el sector de los vehículos eléctricos alcance los 260 kt, lo que supone multiplicar por 10 su uso en tan solo 10 años.
Las baterías también son fundamentales para superar el problema de la intermitencia de las energías renovables.
Mejora de los costes y la densidad de almacenamiento de las baterías de iones de litio
Existen muchas tecnologías en uso, pero la de iones de litio predomina por su densidad energética, su eficiencia superior al 80% y la posibilidad de utilizarla en aplicaciones de gran potencia y capacidad energética. Según BNEF, se espera que el coste medio de las baterías de iones de litio se reduzca a la mitad de aquí a 2030 y que mejore la densidad de almacenamiento.
Promedio histórico y previsto de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos
Promedio histórico y previsto de la densidad energética de las baterías
Fuente: Bloomberg New Energy Finance, 2020. Las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Las declaraciones prospectivas, por su naturaleza, están sujetas a riesgos e incertidumbres significativos y se basan en previsiones e hipótesis internas, por lo que no deben considerarse fiables.
Habida cuenta de que la demanda de litio igualará a la oferta de la minería para 2030, la necesidad de cerrar el círculo de la cadena de suministro de baterías resulta evidente: la minería no puede ser la solución global, sino que debe trabajar en tándem con la industria del reciclaje.
Además del potencial comercial, lograr la circularidad será fundamental para respaldar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, especialmente en relación con las modalidades de consumo y producción sostenibles (ODS 12).
¿Un periodo de escasez?
Aunque el reciclaje de baterías puede ser lucrativo, obtener el alcance suficiente para generar un negocio rentable sigue siendo un reto: en 2021, BloombergNEF estimó que solo había 52.000 toneladas de baterías disponibles para reciclar, frente a una capacidad mundial de 286.000 toneladas.
La lucha por conseguir suficientes materiales de residuos para reciclar seguirá estando a la orden del día hasta que se dé un amplio suministro de baterías al final de su vida útil. Además, los recicladores se enfrentan al reto de la volatilidad de los precios al contado de los metales y su impacto en sus beneficios. A la inversa, esta misma volatilidad puede aumentar el atractivo relativo del reciclaje interno para los fabricantes de equipos originales de vehículos eléctricos y baterías al proporcionar una cobertura natural frente a los costes de los insumos.
¿Cómo de ecológica es mi batería?
Los principales procesos para extraer elementos de las baterías son la pirometalurgia y la hidrometalurgia; esta última tiene mayores credenciales medioambientales y mayores tasas de recuperación. Utilizando cualquiera de los dos procesos, las emisiones pueden reducirse drásticamente.
Además de reducir el impacto de carbono de la producción, integrar el reciclaje en la cadena de suministro puede ayudar a disminuir la dependencia de los países con baja puntuación ESG que dominan la cadena de suministro descendente.
La minería del níquel está dominada por Indonesia y Rusia, mientras que la mayor parte del cobalto se extrae en la República Democrática del Congo. En cuanto al resto, China controla el suministro de casi todo el grafito para baterías y tiene la supremacía del procesamiento de material para baterías. Todos presentan un riesgo país medio, alto o grave según los datos de Sustainalytics. Al reutilizar los materiales, los recicladores y los fabricantes de automóviles pueden trabajar para reducir la dependencia de estos países rezagados en materia de ESG.
Marco normativo
Este componente ESG ha sido un factor que ha contribuido al desarrollo del entorno normativo. China y la UE han introducido, o introducirán pronto, mandatos que exigen el seguimiento de las baterías a lo largo de toda su vida útil.
Además, junto con la aplicación de tasas mínimas de recuperación para el reciclaje, la UE también exigirá a los fabricantes de equipos originales que aumenten el porcentaje de material reciclado en sus baterías. La Ley de reducción de la inflación en EE. UU. ha convertido el reciclaje en un imperativo para satisfacer la oferta. Los requisitos de la ley para la desgravación fiscal estipulan que al menos el 40% de los componentes de las baterías de los vehículos eléctricos deben proceder de Estados Unidos o de un país con el que Estados Unidos tenga un acuerdo de libre comercio.
Dado que la mayor parte de los materiales proceden de fuera de EE. UU., resulta probable que el reciclaje se sitúe en primera línea para satisfacer la demanda.
¿Oportunidades de inversión?
Si bien el sector se encuentra actualmente en fase embrionaria y es poco rentable, resulta probable que pronto genere oportunidades de inversión. En su alcance estimado, el reciclaje de baterías de los vehículos eléctricos sigue siendo atractivo para las empresas de toda la cadena de valor. Algunos proveedores de componentes en Europa se han expandido hacia el reciclaje para crear una cadena de suministro de circuito cerrado. Los fabricantes de automóviles también se han interesado y han abierto plantas piloto de reciclaje, algunos se han asociado con empresas de reciclaje para desarrollar un proceso, mientras que otros lo han hecho con fabricantes de baterías para garantizar un suministro sostenible de baterías y materiales de componentes.
Al otro lado del océano han surgido recicladores especializados. Aunque la mayoría son deficitarios, el significativo aumento futuro de las retiradas de baterías debería crear el alcance necesario para que surjan líderes que alcancen la rentabilidad hacia finales de la década.
El reciclaje de baterías es un sector inmaduro, incluso menos desarrollado que el de la recarga de vehículos eléctricos, y es probable que siga siendo un área para el capital privado durante algunos años. El crecimiento depende de la adopción generalizada de los vehículos eléctricos, que ahora tiene una clara trayectoria ascendente, de los desarrollos químicos de las baterías y de los precios de las materias primas.
Sin embargo, podrían surgir oportunidades para los inversores en deuda. A medida que se amplíe la normativa hacia los fabricantes de automóviles, los requisitos mínimos de reciclaje mejorarán la previsibilidad del flujo de efectivo para los recicladores. Pueden surgir modelos de tarifas en los que los fabricantes de automóviles firmen contratos a largo plazo con los recicladores para que se hagan cargo de las baterías al final de su vida útil a cambio de pagos acordados previamente, lo que podría mejorar el atractivo relativo para los inversores en deuda de infraestructura.
A medida que mejoren la rentabilidad y el alcance de la industria del reciclaje, resulta probable que estas tarifas reduzcan su importancia; sin embargo, la previsibilidad restante en las eliminaciones al final de la vida útil abrirá las puertas de la industria a los inversores de crédito privado.
[1] Fuente: Bloomberg New Energy Finance, 2019. Las declaraciones prospectivas, por su naturaleza, están sujetas a riesgos e incertidumbres significativos y se basan en previsiones e hipótesis internas, por lo que no deben considerarse fiables.