Debido a la evolución macroeconómica y monetaria de las últimas décadas, las denominadas estrategias multiactivos se han hecho muy populares. El descenso constante de los tipos de interés libres de riesgo(reales) en los mercados desarrollados, que se podía observar hasta no hace mucho tiempo, así como los estudios científicos de las últimas décadas que dicen que se puede lograr un perfil atractivo de riesgo-rentabilidad mediante una diversificación sensata, han hecho de las estrategias multiactivos una estrategia de inversión consolidada tanto para los inversores minoristas como para los institucionales.Las estrategias multiactivos pueden estar compuestas por distintas clases de activos con características diferentes en cuanto a patrones de riesgo esperado y realizado, expectativas de rentabilidad, tamaño y liquidez.
Además de las clases de activos tradicionales (acciones, bonos, efectivo) también hay inversiones alternativas (materias primas, bienes inmuebles, capital privado, hedge funds, CTAs, activos distressed…). Sin embargo, la mayoría de las estrategias multiactivos se basan en las clases de activos líquidos, en su mayoría tradicionales (acciones, bonos, bienes inmuebles -en forma de REITs-, materias primas y cash).
La gran ventaja de las estrategias multiactivos es la posibilidad de diversificar el capital entre distintas clases de activos, que tienen una baja correlación entre sí. La agrupación de clases de activos poco correlacionadas en una cartera, que se reequilibra anualmente, permite obtener un perfil de riesgo-rentabilidad que supera a las clases de activos individuales en términos de riesgo-rentabilidad de forma constante a lo largo de varios años, sin necesidad de una previsión correcta del rendimiento de las respectivas clases de activos.
Sin embargo, las correlaciones entre las clases de activos pueden cambiar con el tiempo debido a cambios en las condiciones macroeconómicas y de política monetaria. Clases de activos que antes estaban relativamente descorrelacionadas pueden, de repente, pasar a estar muy correlacionadas. Anticipar estos cambios, o los llamados cambios de paradigma, en los mercados financieros y reasignar el capital gestionado, en consecuencia, es la labor de un gestor de activos activo.
Con la ayuda de la asignación estratégica (SAA) y táctica de activos (TAA), se consigue la mejor reacción posible a los cambios en las condiciones macroeconómicas y monetarias. Esto puede mejorar significativamente el rendimiento de las estrategias multiactivos.
En el mundo desarrollado, donde el tipo de interés sin riesgo (real) es muy bajo, son especialmente populares las estrategias multiactivos que generan ingresos y los distribuyen regularmente. Al seleccionar los valores más atractivos con una rentabilidad duradera y sostenible, los gestores activos con muchos años de experiencia y conocimientos pueden generar un verdadero valor añadido.
Las ventajas de las estrategias multiactivos como estrategia de inversión son evidentes. Un rendimiento competitivo a largo plazo con la posibilidad de distribuciones atractivas sostenibles con un riesgo razonable, es lo que pueden obtener los inversores que eligen esta estrategia de inversión.