Cartera A: únicamente activos del núcleo
La conclusión a la que llegaron es que, para las carteras invertidas exclusivamente en activos del núcleo (A), la asignación en activos de mayor riesgo aumenta a medida que se reduce la aversión al riesgo.
“Mientras que la cartera conservadora invierte casi un 60% en efectivo, la cartera agresiva de mayor riesgo invierte solamente en renta variable. La ratio de Sharpe decreciente obedece a la restricción de plena inversión. No obstante, y pese a las ratios de Sharpe más bajas, la expectativa es que la cartera más arriesgada generará mayores rentabilidades que las carteras menos arriesgadas invertidas solamente en activos del núcleo”, aseveran.
Cartera B: activos del núcleo y satélite de diversificación
Si permitimos un satélite invertido en activos de diversificación, encontraron mayores rentabilidades esperadas para las carteras núcleo-satélite que para sus homólogas invertidas exclusivamente en activos del núcleo. “El tamaño del satélite en la cartera B aumenta a medida que decrece la aversión al riesgo, desde en torno al 8% para la cartera conservadora hasta más del 15% para las carteras más arriesgadas. La asignación en activos de mayor riesgo en el satélite aumenta a medida que decrece la aversión al riesgo, por ejemplo, si la cartera agresiva deja de invertir en bonos de mercados emergentes”.
Todas las ratios de Sharpe y rentabilidades esperadas son más elevadas para esta cartera más diversificada en B que para sus respectivas homólogas en A. El error de seguimiento resultante del satélite oscila entre el 0,7% para las carteras B de los perfiles Conservador y Agresivo y el 0,9% para las de los perfiles Moderado y Moderado agresivo. Las restricciones long-only hacen que sea más atractivo reducir ligeramente el error de seguimiento para la cartera B del perfil Agresivo.
Cartera C: activos del núcleo, satélite de diversificación e inversiones temáticas
Cuando también se permiten inversiones temáticas (cartera C), observaron que las ratios de Sharpe y las rentabilidades esperadas aumentan más si cabe en comparación con sus respectivos homólogos en B o A. “El tamaño del satélite aumenta más si cabe, hasta en torno al 29% en el caso de la cartera del perfil Conservador y casi el 41% para la del perfil Moderado agresivo: esto conduce a un error de seguimiento respecto a sus homólogas invertidas solamente en activos del núcleo (cartera A) desde el 0,8% en el perfil Conservador hasta el 1,2% en el perfil Moderado agresivo”, revelan.
A su juicio, es interesante constatar que algunas inversiones temáticas sostenibles en C simplemente sustituyen a algunos de los activos de diversificación en B, como en el caso de las Acciones globales de mercados emergentes, que dejan de aparecer en las carteras. “La asignación en activos del núcleo también se ve afectada, con una reducción significativa en renta variable y renta fija”.
Por último, los bonos de sostenibilidad medioambiental (menos arriesgados que las inversiones temáticas en renta variable) tienen una mayor ponderación en el satélite. “Por supuesto, la elección de temas y sus exposiciones a factores de riesgo tradicionales (al igual que las rentabilidades esperadas empleadas como base) explican gran parte de estos resultados. El hecho de que las inversiones temáticas aporten un alfa positiva adicional juega un papel importante en las asignaciones finales”.
Asignación estratégica de riesgo en inversiones temáticas
En la tabla 6 se muestra las exposiciones a factores de riesgo de las carteras de la tabla 4 para los perfiles Conservador, Moderado y Agresivo. Los resultados los calcularon combinando linealmente las exposiciones de los activos del núcleo, de diversificación y temáticos a los factores del modelo de riesgo. Para el riesgo no explicado por las exposiciones a los factores del modelo de riesgo distinguieron entre el procedente de riesgo específico de activos del núcleo o de diversificación (que llamaron volatilidad específica en la tabla 6) y el procedente de activos temáticos (que denominaron volatilidad temática).
Tabla 6: Exposiciones al riesgo de ciertas carteras de asignación de activos de la tabla 4
Nota: En base a los mismos cálculos empleados para la tabla 4.
Fuente: Bloomberg, ECPI, Foxberry, FTSE, Morningstar, MSCI y NASDAQ. Cálculos de los autores.
Observaron que, al permitir diversificación en las carteras (de A a B), las exposiciones a factores de riesgo son básicamente iguales. “Las carteras B están más diversificadas y tienen una menor volatilidad específica, sobre todo para los perfiles Moderado y Agresivo. No obstante, las carteras C añaden riesgo específico (volatilidad temática) derivado de asignaciones en inversiones temáticas. Esto no sorprende, pues atribuimos un alfa positiva a este riesgo: la cartera tratará de reproducir las exposiciones a otros factores de riesgo, creando al mismo tiempo una exposición a la volatilidad temática. Dicho esto, incluso de no haberlo hecho, las inversiones temáticas todavía aparecerían en las carteras al aportar diversificación adicional”.
Por último, también consideraron revelador investigar el error de seguimiento de las carteras C respecto a las carteras B para los distintos perfiles de riesgo. “Tal como se muestra en la tabla 7, la mayor parte del error de seguimiento creado con la introducción de inversiones temáticas se compone de volatilidad temática. Como es de esperar, el optimizador de cartera trata de asignar capital en activos temáticos para crear exposición al riesgo específico de los activos temáticos a los que atribuimos un alfa positiva”, concluyen.
Tabla 7: Error de seguimiento de las carteras C respecto a las carteras B con un perfil de riesgo similar en la tabla 4
Nota: En base a los mismos cálculos empleados para la tabla 4.
Fuente: Bloomberg, ECPI, Foxberry, FTSE, Morningstar, MSCI y NASDAQ. Cálculos de los autores.
Conclusiones
Los temas son tendencias estructurales que presumiblemente tendrán un impacto significativo en las economías y redefinirán los modelos de negocio. Por este motivo, deberían tener impacto sobre las rentabilidades y riesgos de inversiones más expuestas a dichas tendencias estructurales. La inversión temática permite a las carteras obtener rentabilidad excedente generada por activos cuya rentabilidad se ve afectada por los cambios estructurales que subyacen a los temas relevantes.
La inversión temática puede verse como una dimensión adicional en carteras, que trasciende las clasificaciones por regiones, estilos y sectores, pero sin ser plenamente independiente de ellas. Construir carteras con inversiones temáticas requiere una gestión de riesgos adecuada para evaluar en qué medida está expuesto cada tema a factores de riesgo tradicionales, y estimar cuánta alfa puede aportar cada tema a la cartera por encima de tales exposiciones.
Los resultados mostrados son exclusivamente a efectos ilustrativos, no constituyen consejo o asesoramiento de inversión, y muestran cómo puede utilizarse el marco para asignar capital en inversiones temáticas.
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