Los gestores apuntan que sería un sentimiento positivo hacia acciones europeas, en especial small y mid caps y sectores procíclicos.
Todo indica que el Banco Central Europeo (BCE) esta preparándose para iniciar su ciclo de recortes de tasas de interés, según lo insinuó en su conferencia de prensa la presidenta Lagarde, que esto podría suceder en junio, adelantando, muy probablemente, a la Fed en un enorme giro política monetaria.
Como apuntamos en una nota reciente, los últimos datos de inflación y de nóminas en EE.UU. hacen prever una flexibilización tardía por parte de Powell, e incluso hay quienes ya se aventuran a decir que no recortará tipos en 2024, sino ya en 2025. Habrá que esperar a la próxima reunión de mayo para ver si Powell ofrece una señal al respecto.
Martin Skanberg, gestor del Schroder ISF Euro Equity, con Rating FundsPeople, apunta que “la inflación se ha moderado notablemente en los últimos 6 meses y está a punto de volverse más predecible, lo que hace que el BCE, el Banco de Inglaterra y el Riksbank parezcan dispuestos a ser los primeros bancos centrales en recortar los tipos de interés en Europa”.
Añade, que cualquier recorte de tipos por parte del BCE servirá para asegurar el repunte económico, y el impulso crediticio de la zona euro está mejorando, lo que se traduce en un mayor impulso de los préstamos a corto plazo.
Políticas diferentes en el pasado
No es la primera vez que el BCE se ha distanciado de la Reserva Federal, ya que ha habido al menos tres ocasiones donde esto ha pasado. En esta ocasión las palabras de Lagarde fueron contundentes en sentido que lo que suceda en Estados Unidos se incorporará a las perspectivas económicas del BCE, pero al ser los shocks inflacionarios diferentes, es posible que su final también lo sea.
Una de las principales diferencias entre los dos bancos centrales son sus mandatos. La Reserva Federal opera con un mandato dual, centrado tanto en la estabilidad de precios como en el pleno empleo, mientras que el BCE tiene un mandato jerárquico que prioriza la estabilidad de precios por encima de todo lo demás. De ahí que las políticas monetarias de la Fed y del BCE mostraban algunas diferencias, principalmente en su enfoque de la gestión de la inflación y sus estrategias de comunicación.
Según resume Tatjana Greil Castro, co responsable de Mercados Públicos en Muzinich & Co, y gestora principal del Muzinich Enhanced Short Term Fund, con Rating FundsPeople en 2024, las principales divergencias de políticas monetarias en los últimos años fueron las siguientes:
- A finales de 2015, el BCE redujo su tipo de depósito de -0,20% a -0,40%, mientras que la FED comenzó una gran subida de los tipos de interés, pasando del 0,25% al 2,5% del tipo de los Fondos Federales a finales de 2018.
- El tipo de depósito del BCE se mantuvo en -0,40% hasta finales de 2019, cuando lo recortó en otro 0,10 hasta el -0,50%.
- En su punto álgido, a principios de 2019, los tipos entre el BCE y la FED alcanzaron una divergencia del 2,9%, lo que provocó unos costes de cobertura de divisas cercanos al 3,0%.
- Tanto el BCE como la FED mantuvieron el rumbo reflejando su mandato y las experiencias económicas a las que se enfrentaban los dos diferentes bancos centrales.
Y concluye diciendo que “a partir del pasado ciclo de subidas se puede concluir que efectivamente podría materializarse una gran divergencia en los tipos entre EE.UU. y la Eurozona”
¿Qué pasaría en las carteras?
Nick Sheridan, gestor de carteras de Renta Variable Europea de Janus Henderson Investors advierte sobre la posible volatilidad en los mercados hasta que se clarifiquen los factores macroeconómicos. Señala que el Janus Henderson Horizon Euroland Fund, fondo con Rating FundsPeople en 2024, se basa en la selección de valores individuales en lugar de una visión macroeconómica específica, y por tanto debería ser menos susceptible a las fluctuaciones relacionadas con un escenario macroeconómico particular. Esto implica una estrategia más enfocada en fundamentales de empresas específicas en lugar de depender exclusivamente de pronósticos económicos generales.
Giles Rothbarth, gestor del BGF Continental Europe Flexible en BlackRock, también con Rating FundsPeople en 2024, considera que “si viéramos recortes de los tipos de interés en Europa antes que, en EE.UU., junto con mejores indicadores económicos, sin duda podría ser positivo para el sentimiento hacia las acciones europeas. Dado que esta clase de activos no tiene suficiente propiedad ni está subrepresentada en las carteras de los clientes, este cambio en el sentimiento puede ayudar a respaldar los niveles del mercado”, detalla el gestor.
Rothbarth coincide que las empresas operativas más sensibles a las tasas de interés, especialmente el segmento de pequeña y mediana capitalización, un recorte en las tasas de interés europeas puede ofrecer la oportunidad de cierta recalificación después de dos años de un desempeño significativamente inferior al de las empresas de gran capitalización europeas. Y también comenta que hay sectores con oportunidades de crecimiento en industriales, semiconductores, construcción, artículos de lujo y bancos en Europa. Enfatiza que las empresas de mediana y pequeña capitalización podrían beneficiarse de dicho recorte de tasas, mejorando su rentabilidad después de un período de bajo desempeño relativo. Este cambio de sentimiento refleja una perspectiva optimista para el mercado de acciones en la región.
De acuerdo con Skanberg, los inversores se verán incentivados a diversificar sus enormes inversiones en fondos del mercado monetario y sus reducidas participaciones en renta variable para obtener mejores oportunidades de riesgo y rentabilidad, lo que se reflejará en diferentes regiones, sectores y estilos.
“La renta variable de la zona euro ya ha empezado a superar a la renta variable mundial, junto con Japón, como regiones de mayor valor”, apunta y a la vez se pregunta ¿se han perdido los inversores fundamentales el repunte? No necesariamente, cualquier recorte de los tipos ampliará el atractivo del mercado para los sectores cíclicos y de valor y, lo que es más importante, es probable que las pequeñas capitalizaciones mejoren tras un prolongado periodo de depreciación debido a las subidas de tipos”, y concluye diciendo que “la situación no es muy distinta del último recorte de tipos del BCE, pero con el diferencial de valor relativo entre EE.UU. y el resto del mundo en máximos históricos esta vez.”