Lo que los datos esconden sobre los movimientos de dinero que está provocando la crisis del COVID-19

Flecha
Stephan Henning, Unsplash

La pandemia del coronavirus está provocando una crisis económica sin precedentes a nivel mundial, con unas consecuencias que también golpean a la industria europea de fondos de inversión. Según datos de Refinitiv, en el primer semestre del año, el patrimonio gestionado por el sector se redujo, al pasar de los 12,3 billones de euros con los que había cerrado 2019 a los 11,7 billones a los que terminó junio. Es decir, en seis meses el volumen de activos atesorado por la industria disminuyó en aproximadamente 600.000 millones. Es la mala noticia de un dato que esconde movimientos subyacentes de dinero que ocultan tendencias muy importantes.

En primer lugar, cabe señalar que ese negativo dato se explica por el mal comportamiento de los mercados financieros. La fuerte caída del precio de los activos (tanto de renta variable como de renta fija) hizo que el patrimonio de la industria europea menguase en la primera mitad del año en algo más de 700.000 millones. A este respecto, es interesante observar cómo las pérdidas registradas por los mercados no derivó en una quiebra de la confianza de los inversores en el producto fondo. Todo lo contrario. Siempre según datos de Refinitiv, entre enero y junio de 2020, el sector registró entradas netas por 123.000 millones, paliando de este modo los estragos provocados por el efecto mercado.

La apuesta de los inversores por los fondos aumentó, sobre todo en los productos de gestión activa, donde entraron 105.600 millones de esos 123.000 que captó el sector en su conjunto. Los otros 17.400 millones los atrajeron los ETF, un segmento que también está saliendo reforzado en lo que a la confianza del inversor se refiere. Aunque el volumen de activos en Europa en ETF disminuyó en el primer semestre, al pasar de 870.000 millones a 830.000, la popularidad de estos vehículos sigue creciendo en Europa, como evidencian unas entradas que compensaron parte del efecto mercado y dejaron el resultado final en esos 40.000 millones que separan los activos de diciembre a los que tenían los ETF en junio.

Un análisis más en profundidad de los datos pone al descubierto interesantes realidades. En el caso de la gestión activa, resulta llamativo ver que el grueso de las entradas netas se han centrado en fondos del mercado monetario. Hasta 150.000 millones habrían recibido estos productos en Europa entre enero y junio. Esta búsqueda de refugio en monetarios es lo que ha permitido a J.P.Morgan AM y Goldman Sachs AM situarse en el primer y tercer puesto del ranking de captaciones netas en la primera mitad del año. El hecho de ser entidades con productos de gran tamaño y de contar con una marca reconocida son factores que históricamente han beneficiado a ambas entidades cuando el inversor busca cobijo.

“Las fuertes entradas en fondos monetarios demuestra que los inversores aún no están muy seguros de cuál va a ser el impacto económico provocado por la crisis del COVID-19. Comprar este tipo de productos puede ser visto como un paso lógico teniendo en cuenta la incertidumbre que existe”, subraya Detlef Glow, director de Análisis de Refinitiv para EMEA. La mayor parte de las captaciones las registraron los monetarios en dólares (61.000 millones), aunque también fueron muy destacables las registradas por los productos en euros (47.000 millones) y en libras esterlinas (42.500 millones).

Otra realidad, ésta mucha más preocupante para el sector, es la brutal crisis de confianza por la que están atravesando los fondos UCITS de gestión alternativa durante la pandemia. Entre enero y junio las salidas alcanzaron los 60.000 millones, un dato que pone claramente de manifiesto que la confianza de los inversores europeos en este tipo de estrategias se resquebraja. Y lo hace justo en un momento en el que los fondos alternativos deberían lucir, al tratarse en muchos casos de productos que se supone cuentan con una baja correlación con el mercado y que, por consiguiente, deberían aportar protección y descorrelación a las carteras.

Por último, caben destacar dos corrientes subyacentes no menos relevantes. La primera, la tracción que siguen ganando los fondos de renta variable global, especialmente los de gestión activa. Entre enero y junio las entradas en productos englobados dentro de esta categoría captaron 35.000 millones, de los 30.000 fueron a estrategias activas y 5.000 a productos pasivos. La segunda, las salidas en fondos de bolsa americana (-18.600 millones en el primer semestre). La novedad es que, en esta ocasión, los reembolsos no solo afectan a fondos activos, sino que también a los ETF. Los fondos cotizados de renta fija han tomado el relevo a los de renta variable como motor de crecimiento de la gestión pasiva.