Los ABS se hacen un hueco en las carteras de renta fija: los motivos

Desayuno Aegon T1, 27 mayo 2021
De izq. a dcha. y de arriba abajo: Elena Delfino (Aegon AM), Montserrat Formoso (FundsPeople), Víctor Gordón (Gestifonsa), Manuel Rodríguez (Abante Asesores), Pablo Mansilla (Santander Private Banking) y Francisco Julve (A&G). Firma: FundsPeople.

En un entorno como el actual, atenazado por las expectativas de subida de la inflación y tipos de interés, los inversores buscan activos de renta fija con los que protegerse y que ofrezcan un extra de rentabilidad a las carteras. Y los encuentran. Varios gestores analizan las características de los Asset Backed Securities (ABS) y las diferencias en términos de rentabilidad y riesgo con otros segmentos del mercado de renta fija en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por Aegon AM.

Los ABS son bonos en los que el pago de los intereses y la devolución del capital están ligados a una bolsa de préstamos. Hablamos de un mercado de 1,1 trillones de euros en Europa. Un tamaño nada despreciable, y en crecimiento. ¿Y también rentable?

Un mercado fundamentalmente institucional

“Cuando lo comparas con la renta fija más tradicional, con el crédito, ya sea en Europa o en Estados Unidos, se aprecia que cuenta con un cierto gap de rentabilidad”, afirma Manuel Rodríguez, selector de fondos de renta fija de Abante Asesores. Apunta que, en la parte más sénior de la estructura, la de más calidad crediticia, “todavía paga una rentabilidad interesante. Ahí hay mucho colchón para protegerse de posibles shocks del mercado”. No es el único atractivo, destaca una característica que le gusta especialmente, el hecho de que es un mercado fundamentalmente institucional. “Los players que forman parte de él son inversores que tienen la información y que saben en lo que están invirtiendo, lo que hace que sea un mercado más estable”.

El entorno actual, además, juega a su favor. “El ABS está más ligado a la evolución macroeconómica. Y en un momento en el que vemos una recuperación y un crecimiento económico muy fuerte, al tiempo que existe cierta complacencia, en general, en los activos de riesgo, nos parece que este tipo de bonos tiene atributos muy interesantes”. Destaca una cualidad más, el hecho de que en su mayoría son activos flotantes, lo que protege de ciertos riesgos, como los que preocupan ahora mismo al mercado, las expectativas de inflación y tipos de interés al alza, debido a que su sensibilidad a los mismos es inferior.  

El BCE da soporte a estos bonos

En este análisis coincide Víctor Gordón, responsable de Renta Fija de Gestifonsa. “Es verdad que el ABS te da cierto spread con respecto a otro tipo de activos más tradicionales dentro del universo de renta fija”. Y da una explicación: los programas de compra del Banco Central Europeo. “El BCE ha adquirido alrededor de 50.000 millones de euros de crédito corporativo europeo, ha incrementado su balance en torno a un 25%. Sin embargo, las compras de ABS se han limitado a alrededor de 1.100 millones.

“Esa diferencia da ese gap adicional y orienta sobre el peso que deben tener en la cartera. Al mismo tiempo, el hecho de que el BCE también esté comprando ABS da soporte a estos bonos, algo importante a tener en cuenta a la hora de incorporarlos al portfolio”. Añade que es un activo relevante para diversificar “y salirnos de esos productos más estándar o mainstream; ofrece un aliciente interesante”.

Sin apenas relación con los tipos de interés

Pablo Mansilla, responsable de Fondos de Inversión de Santander Private Banking, incide en la relación con la inflación. Considera que, al margen de las bondades de largo plazo anteriormente citadas, “en el entorno del corto plazo, en el táctico, también han sido un buen aporte a las carteras desde principios de año en un contexto de repunte de tipos de interés de largo plazo y de alzas en las expectativas de inflación”. ¿El motivo?

Al ser bonos de cupón variable, el spread tiene ninguna o mínima relación con la evolución de los tipos de interés, lo que le otorga un atractivo adicional”. Otra discusión es “si la inflación nos parece un freno de mano coyuntural o estructural. Pero desde el punto de vista coyuntural, sin duda, es uno de los activos que, por sus características, nos ayuda en la construcción de carteras en este 2021”.

Ojo con los tramos equity o mezzanine

En ese atractivo que tienen los activos de titulizaciones como los ABS se detiene también Francisco Julve, director de Selección de Fondos de Inversión de A&G. Considera que se lo otorgan dos componentes principales. “Con los spreads en los niveles que están, con las duraciones tan largas a las que te tienes que ir a menudo para poder obtener algo de yield, con el consiguiente riesgo de tipos de interés, este activo te ofrece todo lo contrario”. Es decir, se cambia el riesgo de tipos de interés por el riesgo de crédito al ser activos prácticamente flotantes o con duraciones muy bajas.

Eso sí, nadie regala nada. Por lo que, a su juicio, hay que buscar las partes más altas del orden de prelación de las titulizaciones. “Hay que tener en cuenta que en esas titulizaciones puede haber activos de peor calidad, pero los tramos más altos van a tener ratings elevados. Hay que analizarlo con cuidado”. La clave, según explica, es no ir a los tramos equity o mezzanine. También pone de relieve la importancia de analizar la calidad del colateral, de los préstamos que hay debajo del vehículo, puesto que, al final, “la parte de renta fija en las carteras queremos que sea la parte más defensiva”. Recuerda que son instrumentos que, sobre todo desde la crisis de 2008 provocada por las hipotecas subprime, generan muchas reticencias entre los inversores. “Y aquí entra en juego la prima de complejidad: puesto que te adentras en un terreno delicado es posible que se te recompense con unas yields un poco más ventajosas”.

Mejor en Europa que en EE.UU.

Elena Delfino, directora de Aegon Asset Management en España, pone sobre la mesa las diferencias entre el mercado de ABS europeo y el americano. Diferencias que, de alguna manera, alejan de Europa el fantasma de la crisis de las subprime. Entre otras cosas, en el Viejo Continente la mayoría de las emisiones son a tipo flotante, mientras que en el mercado americano son a tipo fijo. Además, la tasa de impago acumulada en EE.UU. es del 19% desde 2007, mientras que en Europa es del 1,6%, y concentrados los defaults en el segmento de las hipotecas para empresas.

En este punto es importante conocer las diferencias entre el sistema de hipotecas en Europa y en Estados Unidos. En el mercado americano la única garantía que tiene el banco, u otro emisor de ABS, una vez que hay impagos, es el colateral de la casa. Mientras, en Europa, el banco tiene como garantía el colateral de la casa, pero, además, en el caso de default, si el valor que obtiene por la venta del inmueble es inferior al de la hipoteca, sigue teniendo derecho a hacerse con la nómina, futuras ganancias, e incluso herencias. “Se trata de un nivel de protección bastante más alto”. También son relevantes las diferencias culturales. “En Europa la sociedad es más conservadora: lo primero que se paga a final de mes es la hipoteca; una diferencia muy significativa respecto a la sociedad americana”.