Los efectos del QE3 sobre las políticas de inversión de las aseguradoras

Pascual
Foto cedida

Mucho se ha hablado de los efectos de los programas de estímulo cuantitativo sobre los activos de riesgo y la psicología de los inversores, pero no tanto sobre cómo los sucesivos QE –y en especial esta tercera edición- están afectando a las políticas de las aseguradoras, que en búsqueda de rentabilidades se están viendo obligadas a diversificar más, añadiendo activos de más riesgo a sus carteras.

Así se explica en “Seguros mundiales: las estrategias de inversión en un punto de inflexión”, informe que recoge encuestas a más de 200 aseguradoras de todo el mundo y que ha sido elaborado por BlackRock en colaboración con The Economist Intelligence Unit. Una de las sugerencias que recoge este documento es que las aseguradoras deban plantearse “cómo esta incertidumbre afecta a su estrategia general de asignación de activos, así como las posibles consecuencias para sus negocios”.

El informe de BlackRock recoge una serie de datos esclarecedores sobre cómo las políticas hiperacomodaticias de los bancos centrales están influyendo sobre las aseguradoras. Por ejemplo, el 73% de las compañías encuestadas han identificado las bajas rentabilidades de sus inversiones como “el motor de cambio más importante para el sector”. Asimismo, el 80% coincide en afirmar que “sus negocios deben cambiar para ofrecer rentabilidades adecuadas a los inversores en los próximos tres años”.

Si bien existe consenso entre las aseguradoras de que subirán los tipos de interés una vez que terminen o se reduzcan los estímulos cuantitativos, existe gran divergencia de opiniones en torno a cómo será ese final o tapering. El 52% de participantes piensa que el QE3 terminará dentro de uno o dos años, frente al 35% que estima que se prolongará más de dos años y al 13% que cree que le queda menos de un año de vida.

“En el mundo de relajación cuantitativa 'infinita' en el que vivíamos antes de que la Fed iniciara el debate sobre la posible reducción del programa, las aseguradoras declararon que, muy probablemente, se inclinarían por aumentar sus posiciones en instrumentos de renta fija con más riesgo y que ofrezcan más rentabilidad, como los préstamos bancarios o la deuda de menor calificación (73%), así como en estrategias con escasa liquidez (68%)”, apuntan desde BlackRock.

No obstante, desde que comenzasen los primeros mensajes de la Fed sobre el fin de la ‘barra libre’, se detecta un cambio en los enfoques y preferencias en materia de riesgo de las aseguradoras. Por ejemplo, tras las declaraciones a finales de junio sobre un calendario no oficial de retirada del QE3, el 52% de las aseguradoras declaró “estar buscando nuevas clases de activos de renta fija con el fin de diversificar”, mientras el 33% tenía intención de aumentar el riesgo en sus inversiones y el 17% buscaba primas de iliquidez.

Iván Pascual, director de ventas de iShares en Iberia, considera que continuar con el programa de relajación cuantitativa o no es la gran disyuntiva. Esa es la cuestión: "las aseguradoras necesitan que la Fed responda definitivamente, ya que las consecuencias para sus carteras, para las rentabilidades de las inversiones y, en última instancia, para sus negocios, son muy grandes”. Para Pascual, el estudio “demuestra que, mientras que la Fed mantenga este programa, las aseguradoras probablemente adquieran activos de renta fija que ofrezcan mayor rentabilidad, inviertan en activos con menor liquidez y aumenten el riesgo de duración”. En cambio, “la reducción de la relajación cuantitativa o la mera sugerencia al respecto provocan una "aversión al riesgo", provocando que las empresas quieran reducir la duración en instrumentos de deuda”.

Otra de las conclusiones de este estudio es que, pese al riesgo regulatorio y la incertidumbre en los mercados, muchas aseguradoras siguen viendo oportunidades “y están convencidas de las perspectivas de crecimiento que les aguardan”. En este sentido, la mayoría de aseguradoras participantes en la encuesta han identificado a sus mercados nacionales como los que les ofrecen mejores perspectivas de crecimiento, señalando al crecimiento orgánico (75% de encuestadas) y a los productos innovadores (63%) como principales catalizadores.

Apuesta por los fondos cotizados

Uno de los instrumentos a los que están recurriendo para diversificar, más allá de los activos líquidos, son los ETF o fondos cotizados, que también les permite “acceder a algunas clases de activos conservando la liquidez”, así como ayudarles a solucionar problemas de oferta al poder invertir en activos de difícil acceso directo. Pascual corrobora esta visión: “Creemos que el atractivo de los ETF está creciendo, ya que ofrecen acceso a nuevos mercados con una gran eficiencia en costes y son adecuados tanto como para inversiones tácticas como para el largo plazo”.

En consonancia con este hecho, el 83% de aseguradoras “cree o está convencida” de que aumentará el número de compañías que invertirán en ETFs en los próximos tres años; además, el 70% ve a estos instrumentos como “adecuados para obtener un posicionamiento estratégico a largo plazo tanto en carteras principales como en secundarias”.

“El mercado seguirá estando dominado por varias temáticas generales, como la escasez de liquidez, la oferta limitada de nuevos bonos, el riesgo de crédito inherente y la retirada de unas políticas monetarias de estímulo sin precedentes”, continúa el responsable de iShares, que señala al respecto que este estudio “revela los grandes desafíos a los que se enfrentan las aseguradoras en los próximos meses y la destreza necesaria a la hora de tomar decisiones sobre la asignación de activos”.

El último punto del informe que resalta el responsable de iShares atañe a la estrategia de las aseguradoras de reforzar su gestión del riesgo para poder afrontar la volatilidad y el aumento de la gama de productos. “La creciente importancia que se le otorga al riesgo les está dando la confianza necesaria para crecer orgánicamente e innovar con nuevos productos, incluso aunque algunas líneas de productos comienzan a presentar dificultades”, concluye Pascual.