Los ETF también mueren

Reloj
Aron Visuals, Unsplash

El cada vez mayor interés de los inversores por los ETF ha hecho que los proveedores hayan inundado el mercado de estos productos. El objetivo: contar con una oferta en la que no existan vacíos y permita cubrir todas las demandas de los inversores. La consecuencia: un tsunami de lanzamientos de nuevos ETF cuyo éxito en el mercado, a menudo, es tan escaso que obliga a las gestoras a dar marcha atrás y liquidarlos. Los datos muestran claramente cuáles son las causas que provocan la mortandad de estos productos.

Según Morningstar, desde 2002 las gestoras han liquidado más de 800 ETF en Europa, de los cuales la mitad fueron retirados del mercado durante los últimos tres años. Se trata de ISIN que han desaparecido del mercado. El 96% de ellos contaban con un patrimonio inferior a los 85 millones de euros. Más concretamente, los fondos cotizados suprimidos tenían, de media, un volumen de activos del orden de 20 millones de euros y una comisión de gestión del 0,69%. Es decir: eran pequeños y caros. Su vida media fue de apenas tres años y medio. Si se analiza aún con más precisión este fenómeno se observa hasta qué extremo el tamaño del fondo cotizado es importante para su supervivencia.

La mediana de toda la serie de ETF que se han ido liquidando a lo largo de los últimos 15 años evita el efecto de las colas y muestra que el punto medio ha estado exactamente en los cinco millones de euros, una comisión de gestión del 0,65% y una vida media de tres años. Ese es el tiempo que suele durar la paciencia de los proveedores con respecto a los nuevos ETF que van lanzando al mercado. Si en 36 meses el producto no ha alcanzado un volumen digno, lo más probable es que el producto acabe en el cubo de la basura. Existe un cierto nivel de activos que, si el producto no supera, conduce a su defunción.

Para Juan San Pío, responsable de Lyxor para Iberia y América Latina, éste se sitúa en la horquilla comprendida entre los 50 y los 100 millones de euros. “En términos de coste y eficiencia a una gestora no le conviene mantener vivo un ETF con menos de 50 millones”, afirma. Sin embargo, esta regla no siempre se cumple, ya que no todos los subyacentes cuentan con el mismo potencial de crecimiento. “No puedes pedir los mismos activos a un ETF que replica un índice de Malasia que a uno de China, por lo que la entidad debe ponderar si estratégicamente le interesa ofrecer ese producto”, indica César Muro, responsable de distribución pasiva en la península Ibérica de DWS.

Puede conocer qué gestoras han liquidado más ETF desde 2002 y las categorías donde más productos se han cerrado en la sección de fondos cotizados de la edición de noviembre de 2017 de la revista Funds People.