Los flujos anuales de ETF de renta variable alcanzan máximos históricos

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Juandao, Flickr, Creative Commons

La inversión en productos cotizados a escala mundial creció en diciembre hasta alcanzar los 24.700 millones de dólares, tras la decisión de la Fed de comenzar a reducir su programa mensual de compra de bonos, por valor de 85.000 millones de dólares. Esta medida disipó la incertidumbre de los mercados y los productos cotizados de renta variable respondieron positivamente, aumentando así su volumen de inversión en diciembre hasta los 28.900 millones de dólares sólo en los mercados desarrollados, según indica el último informe ETP Landscape de BlackRock correspondiente al último mes del año pasado.

Los flujos anuales registrados por los ETF de renta variable alcanzaron su máximo histórico en los 247.300 millones de dólares, mejorando los niveles de 2008, único año en el que se superaron los 200.000 millones de dólares. Las exposiciones a Estados Unidos captaron 174.800 millones de dólares en 2013, seguidas por las exposiciones a Japón, con 38.200 millones. Los fondos europeos mejoraron en la segunda mitad del año y cerraron en 26.700 millones de dólares, doblando con creces el total de 2012.

Los productos con estrategia de renta variable smart beta —entendiéndose como aquellos productos cotizados de renta variable que no ponderan por capitalización de mercado— se anotaron un volumen de inversión histórico de 65.100 millones de dólares en 2013, gracias a los fondos ponderados por dividendos, y casi doblaron los 34.200 millones de dólares del año pasado. Por otro lado, la inversión en ETP de renta fija no alcanzó los niveles de 2012, aunque también creció al captar 27.500 millones de dólares, y mantuvo su solidez gracias a la asignación por parte de los inversores de 35.900 millones a productos cotizados de corta duración.

Las salidas experimentadas por los ETP de oro en 2013 (que ascienden a 40.100 millones de dólares) empañaron el volumen de inversión total registrado en últimos tres años, ya que el precio de este metal precioso cayó desde su nivel máximo y los inversores recurrieron a la renta variable para conseguir rentabilidades más atractivas.