Los fondos de pensiones españoles invierten hoy el doble en bolsa que hace 10 años

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Jungwoo Hong (Unsplash)

El pasado mes de julio se cumplieron 10 años del famoso discurso del entonces presidente del BCE Mario Draghi en el que pronunció ese “whatever it takes” que tanto celebró el mercado de deuda.  En estos 10 años de tipos bajos y rentabilidades al alza, ya no solo en deuda sino también en bolsa, los inversores han ido cambiando sus perfiles de riesgo, incluyendo cada vez más renta variable en las carteras.

De hecho, apenas el 18% del ahorro en fondos de inversión se canaliza a través de instrumentos conservadores (monetarios, renta fija y garantizados) y la cifra en planes de pensiones es incluso más llamativa: solo el 11% del patrimonio en planes está en ese tipo de productos.

Eso en lo que respecta a los planes individuales, pero esa mayor aversión al riesgo se ha notado también en la industria de fondos de pensiones a nivel general (incluye tanto los planes individuales como los de empleo y asociados).

Se nota por ejemplo en que, con datos a cierre de junio según Inverco, el porcentaje de renta variable en las carteras es ya del 41% cuando hace 10 años, en 2012 era de apenas el 18%. Por el contrario, el peso de la renta fija ha caído en este periodo del 25% al 16%.

Esta mayor exposición a bolsa se está notando también en las preferencias de los partícipes a la hora de elegir plan en un año como éste. De hecho, según los últimos datos al cierre de septiembre de 2022 publicados por Inverco, las dos únicas categorías que acumulan más suscripciones que reembolsos en el año son precisamente las que incluyen más bolsa: la de renta variable, y la renta fija, por lo que se mantiene la tendencia vista en el primer semestre. En concreto, en la primera de ella las aportaciones netas son en 2022 de 119 millones de euros, y en renta variable mixta éstas ascienden a 134 millones

Más fuera que dentro

No es ese el único gran cambio que se ve cuando se observa la evolución de la cartera de estos productos de ahorro.

También se nota un cada vez menor sesgo por país. Es decir, el porcentaje de los activos españoles en cartera ha ido reduciéndose. Si hace diez años suponía el 63% de todos los activos, ahora la cifra es del 41%. Por el contrario, la cartera exterior ha pasado de ser de un 15% sobre el total a un 37%.

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