Los fondos monetarios de EEUU agudizan la cautela y reducen su posición a la Eurozona

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Kamil Molendys, Unsplash

Los fondos han reducido su exposición a los mismos en un 2% desde finales de marzo, según Fitch. Ampliando el horizonte temporal a 2011, el recorte de posiciones en el sistema bancario del Viejo Continente es de casi dos tercios de las posiciones, una merma que se realizó de forma especialmente brusca en la segunda mitad del año pasado, coincidiendo con el recrudecimiento de la crisis de deuda en la eurozona.

Aunque la tendencia revertió a comienzos de 2012 en la medida en que las ayudas del BCE destinadas a financiar el sector financiero tranquilizaron a los inversores, las cifras muestran de nuevo cautela, debido a la ansiedad derivada de las dudas ante una posible salida de Grecia de la unión monetaria y el contagio de los problemas de la eurozona a otras regiones del mundo. En este sentido, “los inversores estadounidenses parecen estar en modo de esperar y ver hasta que emerja una tendencia clara en la eurozona”, dice Fitch en su informe.

Así, los gestores parecen haber hecho caso de las advertencias que la propia agencia, así como el FMI y la Fed, hicieron el año pasado, alertando de los riesgos de transmisión de la crisis europea a EEUU a través de los fondos monetarios, debido a sus posiciones en deuda bancaria de la eurozona. El FMI fue el primero que dio la voz de alarma, a través del capítulo de un informe dedicado a los fondos monetarios, explicando el riesgo de transmisión de la crisis desde Europa hacia EEUU, al igual que antes se había producido a la inversa y la crisis subprime se trasladó a Europa a través de fondos monetarios dinámicos, especialmente franceses. En el texto, el FMI indicaba la reducción de la oferta de instrumentos denominados en dólares y el aumento de la exposición de los fondos monetarios estadounidenses a la deuda extranjera denominada en la divisa americana, especialmente bancos europeos (los llamados yankee bonds).

Poco después, la Reserva Federal se mostró de acuerdo con la institución, mostrando su desconfianza ante la capacidad de los gestores de monetarios de capear los problemas de los bancos al otro lado del Atlántico.

Por último, Fitch Ratings advertía a finales de año de que los fondos de inversión centrados en instrumentos del mercado monetario están afrontando “desafíos materiales”, derivados de los mercados crediticios volátiles, las incertidumbres de la eurozona, los tipos de interés históricamente bajos, la falta de oferta de activos y las reformas regulatorias que están por venir como principales retos para los gestores de este tipo de productos. Y preveía que los monetarios estadounidenses mantuvieran una posición defensiva, a la espera de que las condiciones de crédito de los emisores financieros internacionales se aclarara, dada la ausencia de emisiones en el sector no financiero.

Estadio defensivo: más repos, Tesoro y deuda bancaria canadiense

En su informe anterior, Fitch ya hablaba de esa reducción o eliminación, por parte de los fondos monetarios estadounidenses, de las posiciones en las instituciones financieras europeas –incluyendo alemanas y francesas, pues de noviembre de 2010 a noviembre de 2011, los ocho mayores fondos redujeron en un 78% su exposición a deuda de bancos franceses-, aumentando a cambio sus niveles de liquidez y también sus posiciones sobre los bonos del Tesoro estadounidense, un estadio defensivo que sigue en 2012.

En este contexto, los fondos de EEUU buscan formas más seguras de prestar a los bancos europeos, como a través de los repos: así, estos fondos han incrementado fuertemente sus posiciones en dichos activos, que se encontraban en niveles máximos en abril y suponían ya una tercera parte de la exposición total de los monetarios estadounidenses a los bancos europeos.

Otro signo de esa huida hacia la calidad es que los activos de los fondos monetarios estadounidenses en bonos del Tesoro de corto plazo se incrementaron fuertemente en marzo. En paralelo, aceleraron sus inversiones en bancos de países como Australia, Canadá o Japón. De enero a noviembre del año pasado, los monetarios incrementaron el peso de deuda bancaria canadiense en 28.000 millones de dólares, según Fitch.

Respuesta contundente

“En la medida en que los fondos empezaron a reducir su exposición a bancos de la eurozona el año pasado, los bancos también empezaron a recortar sus posiciones en activos en dólares”, afirma Martin Hansen, analista de Fitch. Esa bajada de la petición de financiación en la divisa americana sería una devolución de la pelota al tejado de los inversores estadounidenses: “Parece que los bancos están respondiendo a la caída en financiación en dólares a corto plazo con un desapalancamiento de sus activos en dólares también”, comenta el experto.

A finales del año pasado, el acceso a financiación estadounidense se congeló, con el recrudecimiento de los problemas en Italia y España, lo que forzaba a los bancos a pagar una gran prima por financiarse en dólares. Los préstamos concedidos a los bancos europeos, o lo que es lo mismo, la inversión en los mismos, es ahora la mitad de lo que era en mayo del año pasado, también debido a que los bancos europeos han reducido su dependencia de la financiación estadounidense, gracias a las ayudas del BCE.

Fondos europeos

También los datos de Fitch muestran que los fondos monetarios europeos están tratando de diversificar su exposición fuera del sistema bancario del Viejo Continente hacia entidades estatales o cuasi-estatales. Parte del problema es que los bancos de la región han visto rebajado su rating de corto plazo debido a la crisis, lo que afecta a la capacidad de los fondos monetarios de invertir en ellos. Como respuesta, un análisis de Citi decía que hay señales de que los bancos están empezando a reducir su dependencia de los fondos monetarios como financiadores, incrementando sus reservas de liquidez.