La exposición a renta variable supone casi la mitad de sus carteras
Al igual que hicieron en julio los gestores españoles, los profesionales británicos apostaron fuerte por la recuperación económica del país a través de la vuelta a los mercados bursátiles, que llevó consigo un recorte de sus posiciones en renta fija en agosto.
Según publica el diario Telegraph, con datos de una encuesta de Reuters efectuada a 11 instituciones británicas, la exposición a renta variable se incrementó en más de 3 puntos porcentuales con respecto a julio, un parámetro visto por primera vez en los últimos cinco meses y que dejó las posiciones en el 49,8% de sus carteras, frente al 46,4% del mes de julio. Y todo, mientras las asignaciones a deuda cayeron desde el 25,5% hasta el 24,2%.
“Las preocupaciones sobre una doble recesión parecen haber pasado. Demasiados pocos inversores miran la historia económica y en realidad este tipo de sucesos son muy raros, especialmente cuando el sector privado ha comenzado a recuperarse”, afirma Andrew Milligan, responsables de estrategia global de Standard Life Investments. Según su interpretación, los cambios de agosto reflejan además la búsqueda de mayores rentabilidades por parte de unos inversores cansados de los bajos retornos que ofrecen los bonos públicos. Con todo, Milligan se declara fan de los activos de deuda, pues “en un mundo con bajos tipos de interés, baja inflación e incertidumbre sobre los futuros beneficios corporativos, nos hemos refugiado en los retornos seguros de la renta fija con grado de inversión”, afirma.
Advertencias pasadas por alto
La decisión de los gestores británicos llega después de las advertencias sobre una futura contracción económica y sus negativos efectos en los precios de las acciones y los beneficios corporativos. De hecho, la semana pasada, Albert Edwards, un estratega de Société Générale, avisó sobre la llegada de un baño de sangre en renta variable y el colpaso de la rentabilidad de los bonos del Tesoro británicos a 10 años por debajo del 2%.
Jeremy Beckwith, consejero delegado de Kleinwort Benson, estaba también entre los que pedían cautela: “Una doble recesión no es probable este año pero la recuperación ha llegado a su tope y el crecimiento se está desacelerando”, afirmaba, recomendando invertir en renta fija y oro e infraponderar las bolsas hasta la reanudación de las políticas monetarias expansivas e inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales.
Con todo, los inversores han vuelto a confiar en la bolsa británica. Algunos gestores prefieron los índices de blue chips, gracias a la exposición que proporcionan al extranjero. De hecho, el 80% de los beneficios de las compañías del FTSE 100 se generan fuera de Reino Unido. “En términos de posicionamiento, nos estresa que, debido a la naturaleza del mercado británico, sólo un tercio de las ganancias vengan de la economía nacional; por eso nuestras carteras están sesgadas hacia firmas con exposición al exterior, y principalmente a los mercados emergentes”, comenta Alec Letchfield, consejero delegado de HSBC Global Asset Management.
EEUU y Europa reducen posiciones
Reino Unido es uno de los pocos países que vieron un incremento en sus posiciones en bolsa en agosto, además de Japón, según la encuesta, debido a que los gestores estadounidenses y la mayoría de los europeos recortaron su exposición. Así, en EEUU, las posiciones cayeron hasta el 61,5%, desde el 65% de julio, debido a las preocupaciones sobre una nueva recesión. La renta fija pasó a suponer el 31,8% de sus porfolios en agosto, frente al 29,8% de un mes antes, y las posiciones en liquidez crecieron el 50%, del 2% al 3,1%.
En Europa, los gestores cuentan con el 45,1% de sus carteras en bolsa, desde el 46,8% de Julio, y el porcentaje de bonos es del 41,2%, desde el 40,6% de un mes antes, mientras la liquidez se mantiene estable en el 6,9%, tras una ligera subida desde el 6,7%.