Los gestores comienzan a rotar sus carteras de bonos hacia la bolsa

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stef_dit_patoc, Flickr Creative Commons

El optimismo acerca de la economía global, impulsado por las mejores perspectivas en China, está superando los miedos creados en torno al ajuste fiscal en Estados Unidos. Según la encuesta de gestores de BofA Merill Lynch correspondiente a noviembre, en la que han participado 248 gestores con 695.000 millones de dólares en activos, el 34% considera que la economía se fortalecerá en los próximos 12 meses, el nivel más alto desde febrero de 2011. Y eso, a pesar de que crecen los temores sobre el precipicio fiscal en EE. UU., el considerado mayor riesgo ya desde el mes pasado, cuando el 42% lo señalaba, mientras ahora ya el 54% del panel cree que es la mayor amenaza.

En este contexto, las expectativas sobre beneficios corporativos también crecen por segundo mes seguido: el 4% dice que las previsiones mejorarán el próximo año, frente al 28% que predecía un empeoramiento hace dos meses. Por ello, la asignación de activos de los inversores hacia las acciones está aumentando y el 42% del panel optará por vender deuda pública para hacer una mayor apuesta por renta variable, cinco puntos más que en octubre. La reducción de la liquidez es la segunda opción para comprar bolsa.

“Estamos en la cúspide de una gran rotación fuera de los bonos y hacia las acciones. El único ingrediente que falta es la resolución del ajuste fiscal estadounidense”, dice Michael Hartnett, estratega de inversiones en BofA Merrill Lynch Global Research.

Y es que, según los datos, esa rotación podría estar comenzando. Los asignadores de activos, por quinto mes consecutivo, han aumentado su posición en bolsa a la vez que han reducido la de renta fija: el 35% sobrepondera las acciones frente a un 25% que lo hacía un mes antes, mientras el 35% infrapondera bonos desde un 26% que los infraponderaba en octubre. Y es que se esperan mayores tipos de interés en la medida en que las presiones inflacionistas también aumenten.

Ese ligero mayor apetito por el riesgo no sólo se materializa en las bolsas y también va acompañado de la rebaja de posiciones en materias primas, y el alza de activos alternativos hasta el 9% en las carteras, dos puntos más que un mes antes.

Optimismo hacia China

Por áreas, y aunque el sentimiento en Europa sigue débil, las mayores asignaciones a acciones globales señalan una mejoría general de la confianza. Sobre todo, ante el optimismo hacia China. Así, las perspectivas para el país se han situado en niveles máximos de tres años, algo que ha impulsado ese mayor optimismo sobre la economía global y las bolsas. El 51% de los participantes en la encuesta asiática, de mercados emergentes globales y Japón creen que la economía china se fortalecerá el año próximo, la mejor lectura desde verano de 2009.

Por ello, los inversores vuelven a mostrar un mayor apetito por el mundo emergente: el 37% sobrepondera renta variable emergente global, desde el 32% de octubre, mientras el 30% afirma que es la región que más sobreponderaría el próximo año (frente al 22% de un mes antes). De hecho, el apetito por renta variable se dirige en gran parte al mundo emergente, y especialmente a China.

Sobre Japón sigue la cautela. Los inversores globales infraponderan la bolsa del país nipón en un 34%, sólo cuatro puntos menos que el 38% de octubre. En paralelo, hay pesimismo sobre la divisa: el 39% el panel cree que el yen se depreciará frente a las principales divisas durante los próximos doce meses, frente al 23% del mes pasado.