Los monetarios vuelven a fallar en su objetivo de ser la alternativa al depósito

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Hernan Piñera, Flickr, Creative Commons

El mercado andaba tiempo buscando una excusa para recoger esos beneficios en muchos casos inesperados que habían acumulado en el primer trimestre, y aprovechó los nocturnos tuits de Donald Trump del 5 de mayo en los que amenazaba con incrementar los aranceles a China (amenaza que luego cumplió) para plegar velas. Las caídas bursátiles, que ya venían produciéndose algunos días atrás, aumentaron con este resurgimiento del temor al impacto que una guerra comercial podría tener en una economía en modo desaceleración y de ahí que en el último mes se hayan visto retrocesos en los principales índices que van desde 2% del Dax al 6% del Nasdaq, según los datos de Bloomberg.

En otros contextos de incertidumbre a los que se ha enfrentado el mercado en los últimos años lo habitual habría sido ver mucho movimiento de productos de renta variable a otros más ligados al mercado monetario. Al fin y al cabo, los monetarios siempre han sido considerados como la alternativa a los depósitos sin riesgos dentro de la industria de fondos. Sin embargo, lo cierto es que estos productos parecen estar atravesando una travesía en el desierto de las rentabilidades en un contexto de bajos tipos de interés que limitan al máximo su potencial de rentabilidad y que, además, se prevé que se mantenga durante un tiempo mayor al esperado.

De hecho, son muy pocos los fondos monetarios a los que tiene acceso el inversor español (se incluyen siempre las clases más antiguas de cada producto) que consiguen ya no solo rentabilidades a corto plazo sino también a medio y largo plazo. En concreto, según los datos de Morningstar Direct, el 82% de los fondos monetarios acumula en 2019 rentabilidades negativas y esa cifra crece hasta el 94% cuando se analiza la rentabilidad anualizada a tres años y alcanza el 87% cuando el plazo en cuestión asciende a los 5 años.  “Muchos bonos seguros ofrecen rendimientos cero o ultra bajos y ahora que la mayoría de los bancos centrales han dejado de aumentar tipos, es difícil encontrar retornos en efectivo fáciles y atractivos”, apunta Neil Dwane, estratega global de Allianz Global Investors. Y la situación se complica en el caso de los monetarios ya que invierten precisamente en las emisiones a más corto plazo del mercado y por tanto en los cupones menos atractivos desde el punto de vista de la rentabilidad.

Aunque la fotografía es lo más desoladora en términos generales, existen en el mercado algunas excepciones, fondos que sí consiguen mantenerse en terreno positivo tanto a corto como a medio y largo plazo.  Es el caso de fondos como Bankoa- Ahorro Fondo, Mediolanum Premier S, CS Corto Plazo B, Trea Cajamar Corto plazo o Mediolanum Fondcuenta S ya que todos ellos consiguen no solo aguantar en positivo en un año como éste sino también alcanzar rentabilidades anualizada82s positivas tanto a tres como a cinco y diez años.