Hatem Dohni, responsable de volatilidad y convertibles de CCR AM, subsidiaria del grupo UBS
Los mercados están nerviosos. No sólo por el peligro de riesgo sistémico derivado de la crisis subprime y financiera que estalló a finales de 2007, sino también por los riesgos que suponen para el crecimiento económico las nuevas medidas adoptadas por los gobiernos para salvar el sistema y dar carpetazo a la crisis de deuda. “Los inversores aún no han asumido el primer problema haya desaparecido cuando surge una preocupación más, que se deriva de los planes de austeridad que han tenido que adoptar los estados después de verse contagiados por la crisis financiera al tratar de salvar el sistema y que llevarán a un aumento del desempleo y a un freno en el crecimiento económico”, asegura Hatem Dohni, responsable de volatilidad y convertibles de CCR AM, subsidiaria del grupo UBS. Esta situación, que hace a los inversores pensar que aún no puede vislumbrarse la luz al final del túnel y que tendrán que esperar para ver llegar un nuevo ciclo, impregna a los mercados de un nerviosismo que se materializará en un mantenimiento de los altos niveles de volatilidad actuales a medio plazo.
“Los inversores saben que aún no se ha solventado el problema de los bancos, grandes tenedores de bonos estatales, y que la crisis de los gobiernos dota de mayor riesgo unos activos que hasta entonces habían sido seguros, y este factor elimina los incentivos hacia activos de riesgos”, afirma. De hecho, la carencia de una tendencia compradora hacia estos activos hace que cualquier noticia negativa genere una reacción de mayor intensidad. “Sólo contamos con jugadores de dinero rápido como hedge funds, que aprovechan la volatilidad del sistema y la crisis de sus jugadores, y es precisamente la falta de inversores de largo plazo la que garantiza que los niveles de volatilidad permanezcan elevados, en niveles de entorno al 30% en Europa”, afirma Dohni.
De ahí que pida a los inversores y a los “asset allocators” que protejan sus portfolios, mediante una exposición larga a volatilidad, en productos como su fondo CCR Long Vol. “Los inversores son más conscientes que nunca de que el mercado es más susceptible ahora al riesgo de cola, es decir, a sufrir impredecibles movimientos bajistas”, afirma. Por eso, y aunque reconoce que comprar volatilidad puede resultar caro y que es más apropiado esperar a que se sitúe en niveles de entorno al 25% como a principios de año, afirma que el riesgo de downside es limitado (“no pierde mucho en momentos de tranquilidad”) y que la opción resulta barata frente a la cobertura con puts. Además, su ciclo es corto, suele durar un año, lo que reduce la espera para un punto de entrada apropiado.
Aprovechar la situación
Sin embargo, y más que como protección, también recomienda aprovechar el atractivo de la volatilidad como inversión, con productos como el UBS Volatility Arbitrage (domiciliado en Luxemburgo), el CCR Arbitrage Volatilitè 150 o el CCR Arbitrage Volatilitè 50, fondos UCITS III de liquidez diaria y de retorno absoluto cuyo objetivo es batir al mercado monetario con una volatilidad muy limitada y unas estrategias descorrelacionadas de los mercados de renta variable, que utilizan opciones como principal herramienta si bien incluyen también bonos convertibles. “Los derivados permanecen líquidos casi siempre, incluso lo hicieron en 2008”, asegura el gestor.
Las estrategias de la gestora son principalmente de valor relativo, si bien productos como el CCR Active Alpha incluyen algo de direccionalidad. Los fondos utilizan tres estrategias principales: el enfrentamiento de dos valores o índices para aprovechar el spread de volatilidad entre ambos; la contraposición de distintos vencimientos, es decir, comprar volatilidad a corto plazo y venderla a largo o viceversa (en periodos como el actual la volatilidad a corto es más cara que a largo, aunque se puede jugar a la recuperación, si bien desde CCR consideran que aún quedan eventos negativos por venir, con lo que prefieren comprar volatilidad a corto plazo); y el juego de los movimentos en los gaps que se generan entre el coste de protección del riesgo bajista y el alcista (es decir, entre puts y calls).
En el proceso de inversión intervienen varios expertos: así, mientras Dohni analiza la volatilidad en los índices globales, otros lo hacen en los valores concretos de la zona euro y Suiza y cada uno implanta estas tres estrategias dentro de su universo. Así, el proceso no es sólo cuantitativo, pues todos los análisis se hacen en base a criterios fundamentales.
CCR también cuenta con un experto al mando de la calibración de riesgos, un factor clave teniendo en cuenta los cambios en los patrones de volatilidad. “Hasta ahora las crisis de Europa o EEUU tenían un claro efecto contagio en todo el mundo y los países emergentes se mostraban más volátiles que el mundo desarrollado, pero en esta crisis soberana el riesgo ha impactado más en la zona euro que en las demás. Y es que cada día encontramos nuevas situaciones, pues cada crisis tiene sus propios parámetros", apostilla el experto.