Los tres ingredientes para invertir actualmente en value en Europa

Andreas Wosol y Alexandre Drabowicz

En un almuerzo con inversores en Lisboa, Alexandre Drabowicz, subdirector de Renta Variable de Amundi, y Andreas Wosol, director de Renta Variable Value Europea y gestor del Amundi Funds European Equity Value, fondo con Rating FundsPeople 2022, tuvieron la oportunidad de pintar el panorama actual imagen de la inversión value en Europa. También enumeraron las formas en que los inversores deben enfrentar el mercado en un escenario económico que llama a la cautela.

Para Drabowicz, después de todas las turbulencias que han afectado a los mercados de renta variable, el pesimismo empieza a desvanecerse en cuanto a la inversión en esta clase de activos. Pero aún se requiere precaución. “El escenario actual exige cautela y detalle en la forma en que se aplica la inversión en renta variable. El segmento de crecimiento, con mayor duración y por lo tanto está más expuesto a la subida de tipos de interés, es sin duda la parte más peligrosa del mercado. Por eso en Amundi estamos más optimistas con el segmento del value y en la expectativa de un retorno a la rotación de estilos en el mercado”.

El especialista señala los tres ingredientes que cree que por separado o combinados podrán cocinar una receta de éxito en la inversión en bolsa en la coyuntura actual.

#1 Capacidad de fijación de precios

“En este entorno de mayor inflación es muy importante enfocarse en la capacidad de una empresa para fijar precios. En la capacidad de una empresa para absorber los mayores costes que enfrenta y/o poder trasladar los mismo a los clientes”, apunta Drabowicz. El experto deja claro que en este entorno tenemos que ser selectivos. “Los márgenes se están exprimiendo. Sin embargo, hay muchas empresas en el mercado que tienen la capacidad de prosperar en este contexto. El foco, repito, está en el poder de fijar precios”, sentencia.

#2 Apuesta por la rotación al value

“Si bien vemos algunos retrocesos en el segmento value en el corto plazo, en el largo plazo aquellas acciones value que logren preservar los márgenes y con un perfil de calidad deberían resistir la presión”, defiende.

La rotación en el segmento value ha sido mucho más evidente en la parte más cíclica del mercado. “Si observamos el segmento de consumo discrecional, el sector automovilístico, por ejemplo, mostró mucha resistencia hasta principios de febrero. Históricamente, el sector ha mostrado mucho poder en la fijación de precios. Es uno de los sectores que creemos que tiene capacidad para recuperarse con fuerza de este episodio de estrés”, atestigua.

#3 Apuesta por la ASG

“La integración de la ASG es fundamental para la evolución del mundo de las inversiones. Debería ser una parte integral del análisis financiero y la selección bottom-up”, introduce. Esto, que ya es un tema estructural en Europa, en el camino hacia la descarbonización de la economía, cobra aún más central en un contexto en el que se pone de manifiesto la importancia de una mayor independencia energética. “La Unión Europea tiene mucha pólvara seco. Son más de 200.000 millones de euros de estímulos de la pandemia que están por gastar y que seguramente se destinarán a inversiones adicionales para asegurar una menor dependencia de los suministros energéticos de terceros”, explica el especialista de Amundi.

Dos categorías value

Pero incluso considerando cada uno de estos vientos de cola de creación de valor, no cualquier activo tiene un lugar en las carteras. Para Andreas Wosol, es necesario diferenciar valor de precio. “El precio refleja todo un conjunto de sesgos de comportamiento, mientras que el valor refleja los fundamentos”, señala. Por eso, sea cual sea el factor de valor, para Wosol hay dos formas de invertir: valor básico o rentabilidad constante (basic value o earners consistentes).

Los primeros suelen ser modelos comerciales más mercantilizados. “Normalmente se trata de empresas cuyo poder de generación de resultados depende del ciclo económico, cuyas métricas de rentabilidad empresarial dependen del momento económico en el que nos encontremos”, explica.

“Cuando encontramos estos modelos de negocio, necesitamos un mayor margen de seguridad para invertir. Un margen para compensar el riesgo que resulta del hecho de que hay muchos factores que impactan en la rentabilidad del negocio que están fuera del control de la compañía”, dice el gerente de Amundi. Wosol ve un predominio del sector industrial y empresas vinculadas a la construcción o materiales en este segmento. Aquí también se requiere un mayor margen de seguridad.

Por otro lado, las empresas con ingresos constantes (earners consistentes) son empresas cuyo modelo de negocios cumple con el ingrediente número uno señalado por Alexandre Drabowicz. “Estas son empresas cuyas ventajas competitivas les dan poder de fijación de precios. Son empresas que muestran una mayor consistencia en su perfil de rentabilidad”. Por lo tanto, es menos exigente en el colchón de valor que requiere. Por lo general, como explica el gerente, las empresas de calidad con marcas sólidas entran en esta categoría de oportunidades. Negocios que “amplían consistentemente su rentabilidad, pero cuyo precio no refleja la consistencia de esta evolución”, concluye.

En definitiva, invertir en Europa exige cautela, pero las oportunidades abundan y Drabowicz y Wosol dejan muy clara su opinión sobre cómo abordar el mercado. Tres ingredientes con potencial y dos formas de hacerlos destacar en la receta.