La salud, el inmobiliario cotizado global y la sostenibilidad, temas de inversión con potencial a medio plazo.
La gestora Janus Henderson ha celebrado en Madrid su encuentro Smart Investing. En el evento se han presentado tres temas de inversión para un mundo en el que, como señaló Martina Álvarez, directora de Ventas para Iberia, “es esencial ser conscientes de todo lo que está cambiando”.
Smart en este caso es el acrónimo de los factores que hay que tener en cuenta a la hora de invertir: La sostenibilidad, la macroeconomía (dado el cambio en el escenario), la gestión activa, los riesgos y los tipos de activos (subrayando la vuelta de la renta fija).
Salud

Jen Nicols, responsable de Carteras de Clientes de la gestora, expuso las oportunidades de inversión en salud. Para Nicols, hay tres razones muy poderosas para apostar por este tema. En primer lugar “la aceleración de la innovación, sobre todo a raíz del COVID-19”, señala. Esta innovación se refleja en el crecimiento en el número de aprobaciones de nuevos medicamentos por parte de la FDA. También hay que contar con los efectos de la globalización: China e India ya representan una tercera parte de la población mundial y a medida que se desarrollen sus clases medias, habrá más gasto en salud. Por último, cita el envejecimiento de la población. Según la experta, “en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), lo que supondrá un aumento del gasto sanitario”.
Además, se trata de un sector con características defensivas y unas valoraciones históricas todavía atractivas. Nicols detalla que la reciente caída del sector biotecnológico es la mayor desde una perspectiva de rentabilidad absoluta desde 2006. Además, el retroceso es el peor en relación con el índice S&P 500 y el sector sanitario del S&P 500, con un -66,2% y un -74,8%, respectivamente. “Es también la caída más larga de la que se tiene constancia, con más del doble de duración que una caída típica”, añade.
Ahora bien, a la hora de invertir, en su opinión, en esta temática es esencial la gestión activa. “Es el sector con mayor dispersión entre ganadores y perdedores, hay que tener en cuenta que el 90% de las drogas nunca obtienen la aprobación de la FDA”, explica.
Inmobiliario cotizado
Guy Barnard, responsable de Renta Variable Inmobiliaria Global, habló de la inversión en REIT globales. “A la hora de invertir en inmobiliario cotizado, tenemos muy en cuenta las grandes tendencias estructurales y las necesidades que pueden generar”, afirma. La digitalización, la demografía, la sostenibilidad y el estilo de vida son algunas de estas tendencias, que pueden dar lugar a la necesidad de invertir en centros de datos, laboratorios, residencias para mayores, inmuebles con paneles solares o centros logísticos.
Barnard es consciente de que las subidas de tipos pueden afectar al sector, ya que habrá menos capital disponible para operar, pero asegura que la mayoría de las compañías en cartera tienen un bajo nivel de apalancamiento. Además, señala que históricamente, los REIT han obtenido buenos resultados tras una pausa de la Fed así como mejores resultados en las recesiones y en las primeras fases del ciclo de recuperación.
Sostenibilidad
Por último, Steve Weeple, responsable de carteras de clientes, abordó la sostenibilidad como “una propuesta de inversión para obtener mejores resultados”. Weeple, comenzó reconociendo que 2022 ha sido un año complicado para la inversión sostenible, así como el cambio de sentimiento por parte de algunos inversores, (sobre todo por parte de los estadounidenses). No obstante, en su opinión, “la inversión sostenible es una práctica muy buena para conocer mejor a las compañías y los negocios y para asignar activos a tendencias muy interesantes en el largo plazo”.
Además, subrayó que hay que tener muy en cuenta el impulso que pueden suponer la regulación y los grandes proyectos de infraestructuras. Concretamente la IRA (Inflation Reduction Act) impulsada por Biden en EE.UU. va a suponer un volumen de inversión pública sin precedentes en temas como las infraestructuras de agua (55.000 millones de dólares) y los ferrocarriles (102.000 millones de dólares).