La industria de asesoramiento financiero no para de recibir ataques de todos los frentes desde que, en 2008, se desató la última crisis financiera. El último es el fallo de la justicia suiza respecto a los incentivos (o retro-comisiones) ilegales y escondidos que reciben las bancas privadas y brokers de parte de los emisores de títulos y estructuradores de productos de inversión, por el dinero que los clientes invierten en sus instrumentos.
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