Marcelo Assalin: "Las monedas de los emergentes deben seguir mostrando altos niveles de correlación con los bonos de EE.UU"

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Foto: peterkreder, Flickr, Creative Commons

Para Marcelo Assalin, lead portafolio manager de ING Investment Management, todavía hay espacio para nueva salidas en el mercado de divisas de los mercados emergentes. Esto se debe a los países con grandes desequilibrios externos, como Turquía.

En los últimos años, los bajos tipos de interés en los países desarrollados han supuesto una importante presión sobre el dólar, y ha generado que grandes cantidades de capital fuesen invertidos en los mercados emergentes. En cambio, el incremento de los tipos de interés de la deuda estadounidense que se viene observando desde mayo de 2013, ha creado el efecto contrario sobre la divisa, según explica el experto. De esta forma, "los mercados emergentes han experimentado grandes salidas de capital en este período, y la preocupación sobre nuevas reembolsos afecta al sentimiento de los inversionistas".

"La subida de los tipos de interés en Estados Unidos supone un reto significativo para estos países, cuando intentan atraer el capital necesario para financiar sus cuentas, y también podrían sufrir importantes salidas si las condiciones de mercado empeoran". Por estas razones, y siguiendo una estrategia que busca dejar al mínimo el riesgo a la hora de configurar la cartera, Assalin señala que "tenemos muy poca exposición a las divisas de los mercados emergentes en estos momentos", y si embargo, indica que "nos gusta la divisa mexicana, brasileña, entre otras, porque creemos que se trata de países cuyos fundamentales están en una mejor situación para enfrentar un mercado adverso".

Pensando a largo plazo, Assalin señalan: "mientras que el escenario base prevé una estabilización de las tasas en Estados Unidos en un futuro próximo, desde ING IM consideramos que aún es prematuro afirmar que la venta masiva ha ido demasiado lejos. Esto se debe a que todavía hay una gran cantidad de incertidumbre en torno al proceso de reducción del QE, y dada la importancia de los flujos a muchos países emergentes, sus monedas deben seguir mostrando altos niveles de correlación con los bonos del Tesoro de Estados Unidos.