Han sido unos últimos 12 meses desafiantes para el inversor y los family office quieren estar mejor preparados para el nuevo entorno de mercado. Según revela la última Encuesta Global a Family Office que BlackRock realiza cada dos años, casi la mitad de los family office tienen la intención de realizar más ajustes tácticos en las asignaciones de sus carteras en respuesta al actual entorno de mercado. Sienten una necesidad de ser más ágiles y oportunistas en busca de nuevas ideas y oportunidades de alfa. Eso les está empujando a revisar sus carteras o posiciones con mayor frecuencia (76%) y a buscar cada vez más aportaciones de socios externos (64%).
Como bien apunta Marc Pilgrem, responsable de Family Offices, Charities e Investment Trusts para BlackRock EMEA, es un comportamiento curioso de ver teniendo en cuenta que los family office son un segmento de inversores de muy largo plazo. “Normalmente tienen un plan de inversión muy bien definido”, resalta. Y esa postura más oportunista de los family office tiene múltiples implicaciones para la industria.
Por ejemplo, en la elección de producto. Desde enero su utilización de ETF ha aumentado. “Los ETF siempre han sido un producto en las carteras de los family office, pero ahora claramente lo ven como una herramienta para entrar y salir con agilidad de un mercado”, afirma Pilgrem. Es decir, están cuestionando mucho con qué tipo de producto acceder a los mercados públicos.
El año del crédito privado
También influye en la demanda de determinados activos. Concretamente, en BlackRock detectan más interés y flujos por monetarios. “Al final un monetario con crédito grado de inversión le puede dar un 5-6% dependiendo de la divisa. Pero si un family office buscase más rendimiento, se irá directamente a crédito privado antes que a high yield”, cuenta. Es un tema de gestión de riesgos. Los family office que invierten en crédito privado tienen una mayor visibilidad y control de las operaciones subyacentes en las que están invertidos que cuando invierten en fondos de high yield, donde el número de operaciones sindicadas es mayor y dificulta el control desglosado del riesgo. Además, el crédito privado les permite beneficiarse de una prima de iliquidez y de la posibilidad de desarrollar una relación de confianza con el equipo gestor.
“El crédito privado es el tema de inversión de 2023-2024”, sentencia Pilgrem. Es la clase de activo donde están teniendo más conversaciones con los family office. Concretamente, en el segmento de senior secured direct lending, en euro o dólar.
Buscando productos ágiles
Y es que los family office están buscando adaptarse a lo que ven como un cambio en el régimen del mercado. Y esto lo aprecia Pilgrem en tres puntos. La primera, es que están buscando productos ágiles en todas las clases de activos para acceder a mercados únicos. Incluso la renta fija. De hecho, hay firmas que han pasado en cuestión de meses de tener el 5% de su cartera en renta fija al 20%.
El segundo punto es un cambio de enfoque en mercados privados. “Los family office también han sido muy amigos de la estrategia 60-40, pero no la tradicional, sino 60-40 mercados públicos y mercados privados”, cuenta el experto. Ahora la manera de mirar hacia los mercados cotizados está cambiando entre los family office. Buscan descorrelación.
“En private equity los inversores aún están esperando la corrección en las valoraciones que sí vimos en mercados cotizados”, explica Pilgrem. Así, el mercado privado primario está en pausa porque los family office sienten que van a llegar las oportunidades en el mercado secundario.
Así, cuando el experto dice que ve apetito por estrategias de descorrelación está hablando de infraestructura. Es una clase de activos que tradicionalmente no ha tenido un peso muy relevante en las carteras de los family office. “Ahora veo un deseo por entender cómo integrar mejor en cartera la infraestructura no cotizada, un activo que históricamente ha tenido una correlación muy baja con los activos tradicionales”, cuenta el experto. Más de un 40% de los encuestados por BlackRock está pensando en aumentar su peso en este segmento.
También es un viento de cola para la infraestructura el hecho de que es un mercado que permite acceder y posicionarse en la temática de la transición energética. Sobre todo, las nuevas generaciones, detecta Pilgrem, ven una enorme oportunidad. “Son conscientes que de que hay que hacer una transición y de toda la inversión que hay que hacer para que se cumpla”, cuenta.
Priorizando los costes
Y, por último, también están evolucionando las relaciones comerciales. Los family office cada vez están dando más prioridad a la eficiencia operativa. “Todo el mundo tiene la misma presión de unos costes crecientes y, encima, en un mercado cada vez más competitivo”, reconoce Pilgrem. Como bien recuerda el directivo, un proceso de due diligence es un proceso complejo y costoso. De hecho, es el servicio que más se externaliza, como vemos en el gráfico que comparten desde BlackRock, seguido de la gestión de riesgos.
Además, hay family office que saben que muchas veces no cuentan con las herramientas y equipos necesarias. “Si está buscando hacer una inversión en deuda privada en Asia necesita entender los competidores locales, las estructuras que tienes que tener en marcha para protegerte de los riesgos”, explica.