M&G (Lux) European Strategic Value y su doble premio

Richard Halle
Foto: cedida por M&G Investments.

Desde el punto de vista de Richard Halle, gestor del M&G (Lux) European Strategic Value, existen dos factores determinantes para el fenómeno del value: unos horizontes de inversión cada vez más cortoplacistas por parte de los inversores y su percepción de riesgo. “Los horizontes de inversión se han acortado en los últimos años, mientras que una parte del mercado sobrereacciona de modo recurrente ante episodios que pueden ser temporales. El miedo a la pérdida hace que muchos inversores perciban una compañía cuyas acciones han descendido como una opción de mayor riesgo, lo que no siempre se ajusta a sus fundamentales”, explica el gestor a FundsPeople.

Estas son las empresas o situaciones que buscan para la cartera de este fondo con Rating FundsPeople+ en 2023 y que también acaba de ser reconocido por Morningstar como mejor fondo de bolsa europea el año pasado. Doble premio. “Nos centramos en empresas que coticen con valoraciones deprimidas en comparación con su valor fundamental. Para ello, adoptamos una visión muy disciplinada y a largo plazo, basada en un sólido análisis bottom-up-. Nuestro objetivo es explotar el comportamiento de reversión de precios de las acciones: el proceso por el cual las acciones que son demasiado baratas eventualmente regresan a una valoración más adecuada y que refleje la realidad subyacente del negocio”, subraya.

Sin embargo, Halle reconoce que el proceso para que una acción barata vuelva a una valoración adecuada es complejo y depende de múltiples factores, siendo incierto cuánto tardará en conseguirlo y hasta qué punto se recuperará. “Si solo observamos stocks individuales, la incertidumbre aumenta. Por esta razón, es indispensable contar con una cartera bien diversificada que tenga el potencial de ofrecer rentabilidades atractivas a través de los diferentes ciclos que puedan atravesar las acciones individuales del conjunto de la cartera”. 

Compañías que les entusiasman

El año pasado aprovecharon la oportunidad que les brindó el nerviosismo colectivo en torno a los precios de la electricidad en Europa para ampliar posiciones en tres compañías industriales cíclicas (o económicamente sensibles) de alta calidad y gran capitalización: BASF, Siemens y Saint-Gobain. Les pareció que todos estos valores ayudaban a equilibrar la construcción de la cartera, dada la impresión de que la actividad industrial tenía menos peso en el fondo que en el mercado.

“Si bien nos preocupa lo que pueda deparar el futuro a la industria química europea, no nos parece que las cosas puedan empeorar mucho más para la alemana BASF ahora que su valoración ha caído hasta siete veces en los beneficios. Se trata de la mayor empresa química del mundo, con activos en todo el planeta, y dado su enfoque verbund (integrado/eficiente), consideramos que se halla en una posición mucho mejor que muchas de sus competidoras europeas para seguir generando buenos resultados”, explica el gestor de M&G Investments.

Un caso muy similar sería el del Siemens, donde a principios de año ampliaron algo su posición en su filial Siemens Energy. “Siemens es una empresa de categoría mundial en muchas áreas, como automatización industrial y tecnología, que van a ser cruciales en los próximos años. Por ello, estamos dispuestos a soportar cualquier debilidad a corto plazo para obtener el tipo de exposición que ofrecen estos títulos”, afirma.

Por último, en cuanto a la compañía de materiales francesa Saint-Gobain, creyeron que, a una valoración de siete veces en los beneficios, el mercado no solo descuenta un riesgo de desaceleración de la construcción a todas luces excesivo, sino que además está ignorando la extraordinaria renovación interna que se ha producido en esta firma en los últimos años. Además, les parece que los inversores están pasando por alto que esta empresa suministrará productos clave para descarbonizar uno de los sectores más contaminantes de la economía: el de la construcción.

Otro sector que les entusiasma por la dicotomía entre valoración y fundamentales es el de consumo discrecional, eso sí, dejando fuera las compañías de lujo. “Los artículos de lujo son un segmento importante en Europa, pero nos negamos a invertir en este universo dado el elevadísimo múltiplo de estos altos beneficios que se nos pide que paguemos por estas empresas. Al mismo tiempo, nos parece improbable que se mantenga el escenario tan negativo que descuentan muchos otros valores de consumo discrecional. Así pues, estamos muy satisfechos de poder invertir en muchas empresas de consumo discrecional, que son dominantes o muy fuertes en sus categorías, a múltiplos de beneficios tan bajos como tres veces y, en la mayoría de los casos, de un solo dígito”.

Visión de mercado

Respecto a su visión del mercado, no quieren hacer ninguna predicción en firme, pero en el equipo siguen pensando que el reciente repunte del value aún tiene recorrido. “Vivimos en un mundo plagado de volatilidad e incertidumbre, con muchas situaciones cambiantes en las que emergen nuevos líderes en un mercado en el que los diferenciales de valoración son espectacularmente amplios en términos históricos. Esta coyuntura es propicia para el estilo value, incluso aunque la inflación ya hubiera tocado techo”.

A medida que avance el año, creen que es probable que veamos que el mercado lucha con algunos problemas importantes, entre los que destacan qué va a pasar en la guerra entre Rusia y Ucrania; qué pasará con los costes energéticos en Europa; cuál va a ser el camino de la inflación global y europea; si podrá el BCE contener la fragmentación de los rendimientos de los bonos de los países de la UE en un año de alta emisión y ajuste cuantitativo; o si podrá China contener la desaceleración de su sector inmobiliario y volver a comprometerse con el resto del mundo tras el final de su política de Covid cero.

Pese a las dificultades que atraviesa Europa, Halle aún ve posible construir una cartera diversificada y razonablemente equilibrada con características de valoración muy atractivas combinadas con fundamentales decentes. “Aún siendo muy conscientes de la cantidad de cosas que podrían ir mal en 2023, estos parámetros indican que el mercado ya descuenta muchas de las malas noticias. Con todo, sabemos igualmente que en el mundo también pueden ocurrir cosas buenas. En este principio de año ya hemos visto caer en picado los precios del gas y China está reanudando cabalmente sus intercambios con el resto del mundo y apuntalando con firmeza su sector de la construcción. Esperemos que esto marque la pauta del año”, concluye.