El gestor de este popular fondo de renta fija corto plazo explica a FundsPeople cuál es su posicionamiento actual, así como aspectos que le parecen relevantes de lo que está viendo en el mercado, como el hecho de que, en investment grade, el nivel de dispersión entre emisores se haya más que duplicado.
Tras el ciclo de subidas más agresivo de la historia de la zona euro, Michael Krautzberger cree que nos encontramos en un punto de inflexión. “El BCE reconoció en su reunión de septiembre que los tipos han alcanzado niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente al retorno de la inflación a su objetivo del 2%. La inflación en la eurozona tiende ahora significativamente a la baja, y los indicadores adelantados apuntan a un nuevo y rápido descenso de las tasas de inflación interanuales a partir de ahora. También se observan indicios claros de que las subidas de tipos anteriores están afectando a la economía real”, afirma.
Y, según el gestor del BGF Euro Short Duration Bond, uno de los fondos de renta fija corto plazo con más activos en el mercado español, este debilitamiento del crecimiento exige ser muy selectivos. “En el mercado de crédito de investment grade en euros, el nivel de dispersión entre emisores se ha más que duplicado con respecto a la era de la política monetaria laxa, lo que refleja el impacto desigual de la subida de tipos en toda la economía. Aunque la clase de activo ofrece en general rendimientos atractivos y fundamentales lo bastante sólidos como para capear una ralentización del crecimiento, esta dispersión exige centrarse más en un profundo análisis fundamental”, explica.
Oportunidades de valor relativo
Dadas las perspectivas de menor crecimiento, actualmente prefieren los activos de alta calidad, evitando los sectores muy cíclicos”. En el equipo también se centran en la búsqueda de valor relativo, al entender que estas estrategias proporcionar un alfa menos dependiente de la beta del mercado. De hecho, el equipo de Renta Fija Euro de BlackRock, bajo la dirección de Krautzberger, se ha convertido en sinónimo de inversión en valor relativo. El equipo ha desarrollado una filosofía de inversión basada en la premisa de que pueden aplicarse estrategias sofisticadas a las carteras de renta fija para obtener rendimientos superiores ajustados al riesgo.
Dado que la volatilidad de los mercados sigue siendo elevada en lo que va de 2023, Krautzberger observa que abundan las oportunidades de valor relativo. “Por ejemplo, ha habido una notable divergencia en el comportamiento de los mercados de inflación europeos y estadounidenses. En los primeros, los mercados ya incluyen en precio un nuevo régimen, con una inflación que persistirá en niveles tres veces superiores a los observados en el periodo anterior a la crisis. Sin embargo, en EE.UU., el mercado refleja la vuelta a los niveles de inflación anteriores a la crisis. Por lo tanto, hemos añadido una expresión de valor relativo, buscando una mayor coherencia entre estos dos mercados”.
Posicionamiento actual de la cartera
Han aprovechado la debilidad de los tipos en septiembre para ponerse largos en duración, favoreciendo las oportunidades en Europa y Estados Unidos. “Algunos activos, como los swaps europeos a 5 años a plazo, indican que los tipos de interés en la zona euro se mantendrán por encima del 3% (territorio restrictivo) durante los próximos 10 años. Consideramos que esto es poco probable, dada la visible debilidad ya presente en los datos económicos y los avances significativos en la vuelta de la inflación al objetivo”, opina.
Respecto a la deuda pública de la eurozona, se mantienen relativamente cautos ante la incertidumbre sobre si el BCE intentará reducir activamente su balance, deshaciendo años de compras de activos en el marco del programa de quantitative easing. “En consonancia con la preferencia por mantener la calidad, nos siguen gustando los bonos garantizados con calificación AAA, que ofrecen a los inversores protección adicional y un repunte muy atractivo en relación con los bonos del estado”.
En cuanto a los activos de crédito, también adoptan una postura de mejora de la calidad, al entender que los bonos con calificación BBB resultan ahora caros en relación con los bonos con calificación A. Del mismo modo, dada la compresión de los diferenciales y la debilidad del crecimiento, se muestran prudentes con respecto al crédito high yield.
“Vemos un valor especial en los grandes bancos nacionales, cuyos fundamentales han mejorado sustancialmente en la última década y cuyos márgenes se benefician ahora de unos tipos de interés más altos. Los bonos corporativos investment grade en euros siguen siendo muy atractivos en relación con sus homólogos en dólares, sobre todo teniendo en cuenta los elevados costes de cobertura en dólar para los inversores con euros como divisa base”, concluye.