Mirabaud: razones para ser optimistas en emergentes

Asia
Yewenyl, Flickr, Creative Commons

Mirabaud es la última gestora internacional en romper una lanza a favor de los países emergentes. La casa ofrece cinco razones para ser optimistas con el mundo en vías de desarrollo, y la primera de ellas es que consideran que lo peor ya ha pasado: en su opinión, los fuertes flujos de salida de dinero de estos mercados ofrecen “una oportunidad de compra ‘contrarian’ interesante”. 

En consonancia con este punto de vista, la segunda razón que aducen desde Mirabaud es el atractivo de las valoraciones, cercanas a mínimos históricos, mientras que los parqués del mundo desarrollado cotizan en la parte de máximos. 

La tercera razón alude a la posibilidad de un hard landing chino. “En manos del nuevo gobierno, la economía china está atravesando una época de transición, en la cual los dirigentes buscan cambios que impliquen crecimiento más sostenible y de mayor calidad, impulsado por el consumo interno”. Para conseguir esta misión, desde la gestora valoran que el Ejecutivo chino “tiene a su disposición unas herramientas monetarias y fiscales para poder asegurar el mantenimiento de un ritmo de crecimiento sostenible aunque reducido”

La cuarta razón que hace que Mirabaud mantenga una postura optimista con respecto al mundo emergente es la fortaleza de los resultados empresariales. Citan hasta nueve ejemplos, valores presentes en sus fondos: Sands China (filial de Las Vegas Sands), el buscador ruso Yandex, el banco turco HalkBank, Magnit (cadena rusa de hard discount al estilo de DIA), la teleco saudí Mobily, el tailandés Siam Commercial Bank, la aseguradora AIA, Samsung Electronics y Great Wall Motor, fabricante de coches chino. 

Finalmente, la quinta razón para el optimismo en opinión de los expertos de la gestora es que las perspectivas a largo plazo para el área emergente siguen incólumes. Para ello se apoyan en las siguientes tendencias: perfil demográfico favorable frente al envejecimiento del mundo desarrollado, bajo endeudamiento de las familias y del Estado (en comparación con los países desarrollados) y crecimiento incipiente del consumo interno, que “recibirá el impulso de un crecimiento económico fuerte, lo cual aumentará el desarrollo de los productos financieros  y reducirá los índices de ahorro de previsión en tanto que las administraciones incorporen mejoras a los servicios sanitarios y las pensiones”.