Moody’s está barajando un cambio en su escala de calificación para los fondos monetarios. La nueva escala abandonaría el clásico rating de Aaa para calificar los fondos de MF1+ a MF4, según su habilidad para proveer liquidez y preservar capital. Varias gestoras han mostrado su desacuerdo. Moody’s acepta comentarios hasta el 5 de noviembre.
En septiembre de 2008, coincidiendo con la suspensión de pagos de Leehman, 31 fondos monetarios calificados por Moody’s con grado de inversión suspendieron reembolsos. Dos de ellos terminaron por generar pérdidas de principal para sus partícipes. La batería de medidas, ayudas e inyecciones de liquidez por parte del Tesoro americano evitaron un mal mayor para la industria de los fondos monetarios, pero como consecuencia Moody’s rebajó la calificación de los 31 fondos por debajo del grado de inversión.
Esta mala experiencia para la casa de calificación crediticia, y también para sus clientes, ha motivado a Moody’s a plantearse un cambio de metodología a la hora de calificar fondos monetarios. Moody’s ha presentado un borrador con sus propuestas, que de aprobarse llevarían a los fondos monetarios a aparcar su clásica calificación basada en la Aaa como puntuación máxima. En su lugar, los fondos monetarios recibirían una nota que iría de MF1+ -fondos monetarios con excelente habilidad para proveer liquidez y preservar capital- hasta MF4 –fondos con débil habilidad para proveer liquidez y preservar capital, o que en ocasiones no han sido capaces de proveer liquidez a sus partícipes-.
La idea de preservar capital y proveer liquidez es inherente a lo que la mayor parte de los inversores en fondos de dinero andan buscando por lo que el cambio en la metodología de Moodys debería ser bienvenido. Sin embargo, ha habido quejas relevantes por parte de algunas gestoras. En primer lugar, los fondos deben reflejar en su calificación la calidad crediticia de sus inversiones. El sector está familiarizado con la escala basada en Aaa y la nueva escala generaría desconcierto. Otro escollo relevante es que muchos mandatos de gestión, tienen prohibida la inversión en fondos monetarios con calificación inferior a la Aaa. El cambio de nomenclatura per se constituye un problema para los departamentos de riesgo de muchas entidades.
Moody’s plantea que el cambio en la escala de calificación va a dar información no solo sobre la calidad crediticia del fondo monetario, sino también sobre riesgos de liquidez y de mercado. Por ejemplo, la nueva metodología da más valor a la predisposición que tenga la gestora de apoyar al fondo en caso de retiradas masivas de liquidez. Los críticos se cuestionan cómo valorar algo tan subjetivo, sino es basándose en experiencias históricas con lo que se premiaría a fondos que ya han tenido problemas de liquidez, si bien sus gestoras les apoyaron.
En todo caso el debate está abierto. Moody’s espera comentarios de gestoras, inversores y también de los reguladores hasta el próximo 5 de noviembre. A partir de ahí tomarán su decisión.