Anuncia una nueva herramienta para medir el Nivel de Compromiso ESG con cuatro notas: líder, avanzado, básico y bajo.
Cada vez son más las gestoras que incluyen a la ESG en sus ADN ante el aumento de la demanda de este tipo de productos que se ve por parte de los inversores institucionales y también ante la creciente necesidad por parte de las empresas de mirar más allá de los números y tratar de contribuir con sus modelos de negocio a la construcción de una mejor sociedad. De hecho, los aspectos sociales ya acaparan más conversaciones en las presentaciones de resultados corporativas que los propios números.
En este contexto, cada vez son más las iniciativas que salen a la luz con el fin de evaluar el compromiso ESG de las gestoras y empresas con el objetivo de dilucidar lo que es un puro greenwashing de un compromiso real por parte de estos participantes del mercado en una temática como es la de la ISR que, si bien avanza hacia una taxonomía común, aún tiene muchos aspectos que pulir para conseguir una homogeneización real.
Morningstar, que ya en su día lanzó un rating de sostenibilidad para fondos (los famosos globos) ha anunciado una nueva medida de análisis que busca identificar el nivel compromiso ESG de las gestoras de activos. “Este nivel de compromiso ESG expresa las valoraciones de nuestros analistas sobre el compromiso de los gestores de activos y las estrategias individuales para incorporar los factores ESG en su organización y procesos de inversión. La escala va de mejor a peor de la siguiente manera: Líder, Avanzado, Básico y Bajo” explica Christopher J. Traulsen, CFA en un artículo publicado en Morningstar.
En un principio el proveedor analizará 100 fondos y 40 gestores de activos cubiertos pero la idea es ir ampliando esa cobertura hasta cubrir a todos los fondos que cuentan ya con un rating de análisis de Morningstar, con el objetivo de que ese nivel de compromiso ESG sirva de complemento a ese rating y también al específico de sostenibilidad del proveedor (los globos). “El Nivel de Compromiso ESG se esfuerza por mostrar a los inversores cómo y en qué medida los factores ESG se incorporan en la estrategia de un fondo, y qué fondos y gestores de activos están a la cabeza en lo que respecta a su compromiso con la inversión ESG”, afirma Traulsen.
En cuanto a la metodología empleada para los fondos activos, los analistas se basarán en revisar tres pilares: Proceso (45%), Recursos (35%) y Gestor (20%). El Proceso incluye una evaluación de la manera y el grado en que el ESG se incorpora en el proceso de inversión, los esfuerzos de participación activa (proxy voting) y compromiso con respecto a los temas ESG) y la transparencia de los informes.
En el caso de los fondos gestionados de forma pasiva, cambian un poco el enfoque el enfoque ya que excluyen el factor recursos y ponderan el proceso en un 80% y el gestor en un 20%.
Eso en cuanto a los fondos, pero este nuevo baremo también se aplica en la evaluación de gestoras. En estos casos analizan sobre todo Filosofía y Proceso (40%), Recursos (30%) y Participación Activa (30%). Es decir, por un lado se fijan en la participación histórica de las gestoras en la inversión ESG y por otro, examinan la cantidad de fuentes de datos sobre ESG que utiliza la empresa y la Participación Activa evalúa las políticas y medidas de una empresa para votar por poderes (proxy voting) y colaborar con las empresas en cuestiones de ESG.
Para conocer más sobre el proceso se puede pinchar aquí